domingo, 31 de enero de 2016

when you tell me that you love me


Cuando tú me dices que me amas,
siento que me tocas con el alma,
cuando tu me dices que me amas
y te acercas y me tocas,
eres como el héroe que rescata a su princesa.

Cuando tú me dices que me amas,
me miras a los ojos y luego me sonríes,
miles de estrellas bailan para mi
llevándome al mismo cielo.

Cuando tú me dices que me amas,
cualquier cosa la veo hermosa, la veo bella,
todo lo imposible es posible.

Cuando tú me dices que me amas,
lo único que puedo desear es abrazarte
y sentir como me derrito entre tus brazos.

Cuando tú me dices que me amas,
deseo verte venir acercándote a mi
y sentirte en cada poro de mi piel.

Cuando tú me dices que me amas,
quiero sentirme de este modo,
encender a toda mi ser 
y decirte las más lindas rimas 
y hasta un simple te quiero.

Cuando tú me dices que me amas,
nada es más importante que amarte
y tenerte entre mis brazos, 
llenar a tu rostro de besos y caricias.

Cuando tú me dices que me amas,
quiero sentir en mi 
toda esa pasión y esa sensación
que me transforman, 
volviéndome la mujer más romántica,
la más bella, la más hermosa.

Cuando tú me dices que me amas
hago lo imposible, posible  
hago que mueran las mentiras y que viva la verdad;
hago que mueran las envidias y que viva la comprensión;
hago que muera la infidelidad y que reine la fidelidad;
hago que mueran las peleas y que únicamente reine el amor;
hago que mueran las dudas para que todo sea solo confianza;
hago que muera la rivalidad y que viva la unidad;
hago que muera la vanidad y que todo sea humildad;
hago que todo se vuelva hermoso en este mundo.
Todo eso será posible...
Cuando tú me dices que me amas.

Cuando tú me dices que me amas,
creo que nuestro amor será eterno,
te quiero cerca de mi, tan cerca 
que nuestras pieles se acaricien.
todo se será como el más bello sueño; 
y si además me tocas,
harás de mi mundo lo más bello, lo más hermoso,
podré ver lo invisible, pues todo le veré con el alma,
como un ser enamorado al que todo le es posible;
derretirme entre tus brazos y perderme en tu mirada,
deleitarme de esa bella sonrisa,
acariciarte y besarte, entregarte mis cinco sentidos;
olvidar que soy libre y que solo quiero pertenecerte.
Tan solo si me dices que me amas y además me tocas.







viernes, 29 de enero de 2016

I´ve got you, under my skin


Te tengo, bajo mi piel, ahí vives tú,
veo que eres feliz y te siento
porque te tengo en especial lugar.

Viajas a través de mis venas 
y me llenas de energía.

Me ruborizo al sentir 
como acaricias 
cada espacio de mi cuerpo. 

También cuando transpiras 
por mis poros 
eso me enciende 
y luego me sonrió.

Y no se diga cuando me besas, 
mis mejías las enciendes 
y las coloreas de un rojo pasión.

Lo sabes muy bien 
y juegas conmigo 
pero soy feliz teniéndote aquí
justo bajo mi piel.

Cuando dispones viajar
por mis venas 
y recorres todo mi cuerpo
visitas lugares ajenos,
no para ti.

Pero el lugar preferido para ti
es y siempre será, mi corazón 
a quien pones a latir a mil.

Lugar cálido para ti
me lo llenas con ese amor
que me hace feliz
que lindo que vivas ahí.

Desde que llegaste a mi
te metiste en mi piel
y ahora vives feliz,
te tengo bajo mi piel.

Me conoces mejor que yo
me recorres por dentro y por fuera.

Pero si algo me gusta
es sentirte como mil mariposas 
volando locas en mi estómago.

Esas cosquillas me 
ruborizan y me hacen reír,
me hacen sentir lleno de vida
y es que soy tan feliz 
de tenerte bajo mi piel.

Ya nunca saldrás de ahí,
pues si lo intentarás
cerraría cada poro 
para mantenerte ahí bien segura,
justo bajo mi piel.

Llegaste un día  
y te metiste por los poros de mi piel
y yo te lo permití.

Y atrapada quedaste adentro de mi,
que feliz soy con tenerte aquí,
de tenerte bajo toda mi piel.

Te tengo bajo mi piel
y ahí estarás 
hasta que un día mueras conmigo.

Te tengo bajo mi piel
ahí tengo todo tú amor;
te tengo bajo mi piel
y en lo más profundo 
de todo mi ser;
te tengo bajo mi piel
y tambien en mi mente
que solo piensa en ti;
te tengo bajo mi piel
esas son las cosas mágicas
que da el verdadero amor;
te tengo bajo mi piel
eres mi sangre y cada latido 
de mi romántico corazón;
te tengo bajo mi piel
conoces mis más íntimos secretos;
te tengo bajo mi piel
y beso cada poro 
para sentir tu aroma de mujer;
te tengo bajo mi piel
y te mantengo ahí,
viajas por mis venas 
y a mi corazón lo haces vivir;
te tengo bajo mi piel
quiero residas ahí, 
nunca te vayas de mi;
te tengo bajo mi piel,
cerraré cada poro 
que hay en mi piel
para que nunca salgas de mi.

Te tengo bajo mi piel,
vives ahí, te amo mujer, 
quédate siempre junto a mi;
no permitas a mi corazón 
dejar de latir, pues, 
si sales de mi podría morir.
Quédate ahí bajo mi piel 
por siempre y para siempre.






jueves, 28 de enero de 2016

Corazón de cristal en cuestiones de amor


Una vez tuve un corazón hecho de cristal cortado y mis venas sangraron y casi muero desangrada.

Entonces lo cambien por otro, uno de cristal templado, lista para recibir golpes fuertes, segura que nada lo quebraría, pero en el primer encontrón, mi corazón se despedazó en mil pedazos y como pequeñas rocas sobre el pavimento del amor ahí quedó. Lo recogieron con palas y al basurero fue a dar.

Pensé, solucionaré mi problema de una sola vez y me construí un corazón, está vez lo fabriqué con vidrio a prueba de balas, me sentía supergirl y, con mi corazón a prueba de plomo me dispuse a salir, muchos desengaños y traiciones resistí; hasta que conocí a tremendo terrorista y a mi corazón de cristal a prueba de plomo lo hizo estallar y hasta el cielo fue a dar, subió y de ahí, solo humo quedó.

Dispuse ser quien rompiera corazones y me mande a hacer uno de vidrio soplado, pedí los mejores colores, los más brillantes y espectaculares, realmente valió la pena, pues a muchos chicos cautivé y hasta los enamoré, por un tiempo una mujer feliz fuí, con citas diarias y variadas, bello fue, pero lo que ignoré fue que éste cristal es uno de los más frágiles y con nada un día alguien por acariciarlo lo rompió y sin mi bello corazón de cristal soplado me quedé. 

Se lo agradecí, no lo maldecí, pues me había vuelto igual a ellos, una sinvergüenza y vagabunda pero hermosa. Pero no era lo que yo buscaba, así que se quebró y nunca lo reparé y otro menos quise para mi.

Me ofrecieron uno de vitral de iglesia, pero me negué, no quiero ser una Sor Inés, mucho menos encontrarme a un Don Juan y menos que todo me lo diga en rima, asi que me negué y Don Juan se largo con sus vitrales en busca de alguna monja arrepentida.

Me gustó la idea de un vidrio importado, así que lo coticé por Internet y al mes me lo instalaron, pensé, ahora si la hice, pero el problema era que no entendía su idioma y desilusionada mejor lo devolví, lo bueno fue que me reintegraron mi plata.

Probé con vidrios de luz neón y salí con mi corazón iluminado e ilusionado, pero tanto gas terminó por enviciarme y en una clínica de adictos terminé, meses me costó mi recuperación y cuando por fin me desintoxiqué y de la clínica sana salí, me dije, ya no más corazones de vidrio ni de ningún otro material. 

Regresé a mi hogar y debajo del tapete extraje la llave que por años ahí deje olvidada y recordé cuando prometí nunca por ella volver, pero ella fiel, ahí oxidada pero aun estaba, la tomé y con ella corrí a la pila y la lavé, le quité lo más que pude todo el oxido y con ella como un fiel tesoro me acompaño hasta un lugar en donde alquilan cajas de seguridad, entre en el lugar y mi contraseña me exigieron y yo les demostré que la dueña de la caja de seguridad era yo. 

Entramos, un agente del banco y yo, primero él introdujo su llave y luego me vio como indicándome ahora meta la suya, yo traté, pero el oxido me lo impedía y durante media hora agente y yo, tratamos de meterla, pero era algo dificil, yo pensaba mientras lo intentábamos; ¿tendré qué regresar a mis corazones de cristal? Pero el agente dijo; al fin señorita, lo logré, mueva usted la mía a mi cuenta... Uno... Dos... Tres.... 

Y le dimos el giro y clarito escuché, cuando la puerta sin llave por fin quedó y ahí se encontraba, aun latiendo, mi  corazón original. Al verme, le dio taquicardia, yo lo acaricié y luego lo calmé, el emocionado de un brinco a mi pecho se lanzó y cabal quedó; de inmediato con mi cuerpo se conecto y a funcionar empezó. 

Yo me sentí agradecida, ahora con mi corazón de carne y sangre latiendo adentro de mi pecho, que un suspiro se me escapó y me dije; a ser de nuevo una chica normal,  y a buscar al verdadero amor. 

Cuando le di las gracias al agente de seguridad, éste caballerosamente se quitó el quepis y fue cuando sentí a mi corazón latir a mil adentro de mi, allí fue que me enamoré y por fin encontré al verdadero amor. 

Y a partir de ese instante, la mujer más dichosa soy, cada día despierto con mi amor al lado y él jamás una traición me ha dado y segura estoy, que ni lo ha pensado.

                                          El Fin 

CANTO 23


Jesús, mi Señor, eres mi protector, mi guía y quién me sosiega,
nunca, nada me hará falta.
Él, encontrará los mejores lugares, con fresca y delicada hierva;
y en ellos, con mucho amor me hará reposar y hasta mi sueño cuidará.

Ese bello lugar, se encuentra al lado de cristalinas aguas en reposo
y en ellas me cuidará, mientras con ojos de amor me verá en confianza descansar;
a mi alma le dará comodidad y bienestar

Más tarde me guiará sabiamente por los caminos estrechos de la justicia 
será por amor y en Tú nombre, Señor Jesús.

Aunque yo camine perdido, en los caminos de los vicios y las drogas, junto a personajes viles y esté cerca de la muerte
(Aunque vaya de un camino a otro, en medio de vicios, drogas y personajes viles, en medio de la misma muerte).

Jamás, nunca mi alma sentirá temor alguno;
porque Tú, mi Señor Jesús, estarás muy junto a mi.

Tú bastón encorvado, digno instrumento del fiel pastor,
me comunicarán que Tú aliento y amor están a mi lado.

Dispones y condimentas miles de manjares sobre la mesa solo para mi,
lo haces en presencia de los que consideras mis enemigos, personas que dicen ser mis amigos, pero que tratarán de hacerme daño, bien lo sabes, señor Jesús.

Mientras ellos nos miran, me aplicas aceites y bendiciones, para que sepan que protegido por Ti estoy.

Y a mi cuerpo lo cubres, con tu preciada sangre, símbolo de que contigo nada me faltará ni acontecerá.

Ciertamente Contigo, el bien, la compasión y el perdón de mis pecados y mis sufrimientos tendré,
y estarán conmigo por todos los días de mi vida.

Y por fin, en la casa de nuestro Padre, mi Señor Jesús, viviremos por toda la eternidad.

Amén.


Salmo 23; Rey David
Adaptación por S. Raga







Ladies Night


Era ya media noche y por la calle oscura, debajo de un poste con un bombillo ya envejecido el cual proporcionaba una luz muy tenue, salieron un par de chicas, con minifaldas que casi les llegaban a la espalda, sus piernas largas encerradas en unas medias negras y caladas y arriba de sus minifaldas, unos tops de lentejuelas, que brillaban al ritmo que le daban sus enormes y operadas bubis, el vaivén era rítmico y excitante, sobre sus tops, unas toreritas de colores fucsias, sus melenas las movía el aire fresco de la noche, la cual la iluminaba una enorme y lujuriosa luna de color plateado, como si en ella estuvieran encendidos miles de reflectores dispuestos a alumbrar el andar de tremendas ladies, de su ombligo, les colgaba un dije muy caro el cual, tambien guardaba el ritmo de los senos que se ondeaban un poco más arriba. 

Mientras caminaban por las calles vacías de personajes bien, pues en ellas solo se encontraban personajes aventureros, los cuales les silbaban: ¡Qué cuero!, al escuchar los silbidos ellas sonreían orgullosas de sus bellos cuerpos, en sus rostros, los mejores y más caros colores, del maquillaje de marca que se compraron con mucho esmero y ahorros para utilizarlos en ocasiones como ésta, sus pestañas eran enormes y las caídas de ojo que les daban a los que a su paso las admiraban, era como para decirles, solo ver pero no tocar. 

Las ganas a los parroquianos no les faltaban, hubo algunos que se atrevieron a preguntar: _¿Cuanto cobras mamacita? pero fueron respondidos con una mirada que los desarmó por completo pues, a pesar de sus atuendos tan insinuantes; ellas, no eran unas de esas, o al menos no para esos tipejos que no tenían en donde caerse muertos. 

Las chicas movían sus caderas de una manera como si se tratara de un desfile militar, con gallardía y sin perder el paso, uno firme que se acentuaban con sus zapatillas de tacón alto, que sabe Dios, cómo podían equilibrar las no más de 100 libras bien colocadas y repartidas en cada lugar de sus perfectos cuerpos. 

De sus zapatillas se lograban salir a recibir los aplausos simulados, al menos tres de los cinco dedos, a los cuales se les veía una pedicura muy cara bien trabajada y las uñas pintadas de un color sugestivo, que hacía tono con el resto de su atuendo, eran unos pies, al igual que ellas, muy excitantes. 

Ellas seguían su andar sin claudicar, con caminar seguro, sin quien sabe, que esa noche sería inolvidable y que seguramente obtendrían lo que salieron a buscar, las cuadras eran devoradas con pisadas de fuego al andar. 

En sus orejas, brillaban los pendientes que tambien respetaban el ritmo de su andar y de su cuello no se diga, de él colgaban delicadas pero adecuadas gargantillas; que a una se le introducía entre sus hermosos, enormes y muy firmes senos. ¡Ah quién fuera ese  dichoso dije!

Mientras que a la otra, a penas le llegaba justo en lugar en donde empezaban esos hermosos atributos femeninos, pero tambien dichoso, pues en cada paso que ella daba, lograba acariciar a torneados y morenos senos.

Luego de andar y dejar por el lugar una estela con un olor rico y caro perfume, por fin, llegaron a una esquina, en la cual viraron sin detenerse y de una, luego de ver hacia el norte y luego al sur pero sin detener su andar, cruzaron la enorme avenida, una de two ways, con tres carriles cada una.

Ahora, se balanceaban sus caderas mucho más, pues ya se dejaban escuchar las notas de las melodías de las canciones del lugar a donde se dirigían con paso seguro, en el lugar, una enorme fila, la cual ellas no respetaron, pero nadie dijo nada, por el contrario, los tipos que hacían la fila, simplemente las admiraron, esperando tener la suerte de encontrarlas adentro de la discoteca que las esperaba. 

Al llegar a la puerta principal, los gorilas que hacían respetar la fila y cuidaban la puerta, quitaron la cadena que impedía a cualquiera entrar y con enorme sonrisa en sus rostros mal encarados las dejaron entrar, sin preguntar, ni pedir boleto alguno. 

Ellas entraron, y al hacerlo, a un costado de la puerta principal, un rotulo que indicaba... Ladies Night.






miércoles, 27 de enero de 2016

Brick house (Casa de Ladrillo)


Siempre existió, quedaba a la vuelta de mi casa, justo enfrente de la alcantarilla donde aquellos jóvenes sacaban un balón de fútbol y uno de ellos se voló los dedos (ver: El coyote y el corre-caminos). Para mi, siempre fue una casa más del vecindario, pero si recuerdo que era muy mencionada esa casa de ladrillos, pues que yo recuerde nunca la pintaron o la repellaron, siempre se quedo así, de ladrillos de color rojo, a mi que me importaba, lo que me interesaba en la época era la casa de doña Senovia, la dueña de la tienda, o mejor abarrotaría, lugar en donde había de todo. Un enorme mostrador el cual nunca logré recorrerlo por completo debido a que siempre había algo que llamaba mi atención y ahí me quedaba pegado al vidrio y cuando por fin reiniciaba mi caminata hacia otro punto del enorme mostrador, mi madre daba las gracias y me decía.
_¿Nos vamos mi amor? 
Con su mano esperando por la mía y de regreso a mi casa. El tiempo pasó y nos cambiamos de casa, pues allí alquilábamos y nos trasladamos a la nueva casa, la propia, claro después de pagarla durante 20 años. En aquel entonces, yo era un niño de apenas seis años. 
Ya instalados en nuestro nuevo y propio hogar, el tiempo siguió su inexorable caminar y me crecí, hasta llegar a convertirme en un adolescente, uno con algún barro mal ubicado, miles de espinillas, pelo largo y grasoso, pues era la moda, bueno lo largo, lo grasoso era por falta de higiene (que hueva).
Una tarde, uno de los de mi tribu, otro huevón igual a mi, llegó todo entusiasmado con un notición, éste juntó a la palomilla para darnos a todos la noticia, pero nadie sabía que a mi ya me había contado el secreto (jejeje)

Esa noche nos juntamos frente al árbol de don Mario y colocados como zanates, cada quien en su rama, esperando a que llegara Fredy con la tremenda noticia; por fin, dejaron salir a Fredy y éste apareció entre la bruma, como lo haría Drácula, que hasta vi como todos agitaron sus alas del susto.
_¿Qué onda mis chavos?
Dijo Fredy y les dio la mano a cada quien, ese saludo fue algo largo, pues era un saludo sacado de una película de tipos de color y todos sabemos como se saludan estas tribus. Por fin, luego de varios minutos me saludó a mi y todos se apearon de sus ramas y nos encaminamos hasta unas gradas que estaban como a un para de metros del árbol de don Mario y ahí nos acomodamos como si estuviéramos en galería de cine, dispuestos a ver una película para adultos (lo digo por lo que nos contarían)
_Bueno, ya tanta mierda, deci lo que nos venís a contar.
Dijo Mario algo maleado, mientras el resto al unisono lo callamos.
_¡Shhhhhhhhh!
_¡Su madre! 
Dijo un Mario con la cara toda colorada.
_Ok, les informó algo que les va a gustar mucho.
Dijo un misterioso de Fredy y prosiguió con su cuento.
_¿Alguno de ustedes conoce: La Casa de Ladrillos?
_¡Yo! 
Dijo un emocionado de Willy, cosa que nos extrañó, pues nadie había escuchado de esa casa misteriosa.
_¡Ajá! 
Le dijimos a Willy, para que soltara la sopa y él inició con la canción de los Commodores: "Its a brick... House..."
_¡Ya shooo cerote, vos y tus muladas! 
Le gritamos en coro. Y regresamos al rostro misterioso de Fredy, quien se veía como la gran puta.
_¿Me dejaran terminar?... ¡Gracias!
Dijo molesto y continuo. 
_Mi primo, el Fito, me contó que recien fue a la Casa de Ladrillos y ¿qué creen?
_¡¿Quéeee?!
_¡Es una casa de nenas! ¡Jajajaja!

Rió todo emocionado, mientras nosotros nos quedamos con los ojos abiertos, muy bien abiertos, por la admiración de saber de que alguien, aunque no era de la tribu, pero sí primo de uno de los miembros, había ya visitado uno de esos lugares, de los cuales, sí sabíamos que existían, pero donde se encontraba uno, nadie sabía, nadie había podido dar con uno de ellos y si que nos urgía, pues nuestra única revista de la Play Boy, la cual se la había robado Rolmy de una barbería, ya nos tenía aburridos, a pesar de que las señoritas de la revista eran unas diosas.
_¿Y, dónde queda? 
Preguntamos con la ansiedad en nuestra cara.
_Calmados chicos... ¡Tengo la dirección!
_¡Eeeeeeeh! 

Gritamos como salvajes, que hasta don Mario encendió las luces de su hogar, pues quedaba a un lado del árbol, al ver las luces encendidas salimos huyendo, como recinto de cucarachas allanado.
Cuando don Mario apago las luces, no regresamos de inmediato, pues, ya conocíamos sus mañas, seguramente estaba detrás de sus cortinas, vigiando para cacharnos e ir con el chisme a nuestras madres y con seguridad le aumentaría a la historia y nuestras madres descolgarían la reata que colgaba de la pared y por varios días no podríamos sentarnos. 
Esperamos el tiempo necesario y regresamos a las gradas que quedaban al lado del bello árbol. Nos sentamos esperando escuchar de Fredy más detalles.
_Bueno... 
Dijo y nosotros lo escuchamos, tal cual lo hacíamos en la clase de Filosofía.
_Además de la dirección, tengo los detalles más importantes, los cuales son: La cerveza cuesta el triple de lo que cuesta en la tienda, las aguas igual, no dan boquitas, el lugar está rodeado de espejos, y con luces de colores rojo, azules, violetas, las mesas están pegadas a la pared de ladrillos, tienen un bar con licores de todas las marcas y precios y una pista de baile para bailar con las chicas que elijas, claro, luego de introducir una moneda a la rockola y...
_¡Ya, ya, ya!
Lo interrumpimos, pues nunca hablaba de lo que nos interesaba. Así que le preguntamos directamente
_¿Y, las chicas?
_¡Las más bellas jamás vistas por nuestros ojos, salvo en la revista, que por cierto hoy me toca a mi!
_¡Aaaah! ¡Cállate cerote!
Dijo Mario, pero ya con sus mejías normales, sí, lo apoyamos y casi al unisono preguntamos.
_¿Cuanto cobran las chicas?
Cuando Fredy nos dijo el precio por estar con una de esas diosas del sexo, se nos cayó el cielo estrellado de aquella noche encima, Rolmy dijo.
_¿Y cómo putas vamos a reunir esa fortuna? ¡El hueco de tu primo porque es rico el cerote!
Y todos los zanates quedamos meditabundos y en total silencio.

Pasaron los días y el clan se encontraba con un bajón enorme; por fin conocíamos la ubicación de uno de esos palacios del placer y no podíamos ir por falta de recursos, ¡maldita suerte la nuestra!, sin embargo, nuestras mentes seguían en la búsqueda de la respuesta; tal cual hoy día los laboratorios y científicos buscan la cura al Sida o al Cáncer. 
En una de tantas noches, dijo Julio.
_¿Qué les parece ésto?
_¡¿Qué?!
_Y, si vamos solo a ver; digo, para un litro de cerveza si juntamos nos alcanza y una gaseosa para el Chejo.
Luego de un meditabundo silencio, todos brincamos y gritamos
_¡¡Síiiiii!!
Las luces de don Mario se encendieron de nuevo y todos salimos corriendo de nuevo, ésta vez como reducto de ratas allanado.

Al día siguiente, nuestras madres en una tertulia con don Mario, nos veían con ojos de malicia, sabían que algo tramábamos, pero ellas tampoco lograban resolver con don Mario el problema, ellos eran otros científicos en la carrera por encontrar la cura a dichas enfermedades, solo que las bacterias a destruir eramos nosotros.

Acordamos ir el próximo sábado y la emoción se sentía en nuestras barrigas, cada día que pasaba y el sábado se acercaba, el viernes casi sentimos vahídos de la emoción y en la casa de don Mario, las cortinas de todas las ventanas se movían misteriosamente, claro, era don Mario y nuestras abnegadas madres que estaban en plena investigación.
_¿Ya se dieron cuentas?
Les dije a los chicos.
_¡Sí! Dijo Mario, _Creo haber visto a mi mamá! ¡Qué putas les pasa!

El ansiado sábado llegó y ese día nos tardamos más que de costumbre en el baño, dándonos el sagrado baño del sábado, luego, al salir y ya en nuestros cuartos, buscando nuestros mejores trapos, los de fiesta. Alguien tocó a mi puerta y dije: 
_¡Pase! 
Era mi madre quien entró, se me quedó viendo a la cara, mientras yo la escondía y alejaba su mirada de la mía; cuando ya no aguanté, le dije un poco molesto.
_¿Qué? ¿Necesitas algo de mi?
Sin mediar ningún preámbulo, me soltó la bomba.
_Van a ir a donde las putas, ¿verdad?

Mi rostro se encendió en mil colores, pero los que más alumbraron fueron los de tono rojizo.
_¡Madre, qué cosas dices, claro que no; iremos a un repaso!
_¿Si? ¿dónde quién?
Me había atrapado, pero en eso entró mi padre y le ordenó a mi madre que me dejara tranquilo, que ya su niño era todo un hombre y que no me metiera en sus asuntos. Mi madre salió de mi cuarto bien molesta.
_¡Alcahueta, pero si le pegan una enfermedad vos verás que haces con el niño! 

Y, somató la puerta, mi padre me sonrió y me guinó el ojo, luego preguntó
_¿Necesitas dinero, esos lugares dicen que son muy caros?
_¡Papá! ¿No sé de qué me hablas?
_¡Si, claro! 
Dijo con una sonrisa sarcástica y abandonó mi cuarto.

Nos dirigimos con rumbo a la dirección de la Casa de Ladrillos. Nos bajamos del bus, y caminamos con rumbo ya previsto, nuestros jóvenes corazones latían a mil.
_¿Creo que es por acá?
Dijo Fredy, quien llevaba las indicaciones de su primo. Mientras caminábamos, yo me di cuenta que era el lugar en donde había vivido mis primeros años de vida y recordé cuando escuché a mis hermanos y sus amigos hablar de la famosa, Casa de Ladrillos. Entonces con orgullo les dije.
_¡Síganme; es por aquí!
Y, ahí estaba, imponente y moderna, la Casa de Ladrillos, de adentro se escuchaban salir las notas de canciones provenientes de la rockola y el bullicio de la perdición. Tomamos aire y nos encaminamos con rumbo a nuestra primera aventura en uno de esos palacios de lujuria, vicios y sexo, un lugar prohibido, pero anhelado por adolescentes calientes. 

Yo, con la confianza de haber vivido en el barrio, toqué la puerta y de ésta se abrió una puertita o ventanita y en ella, un tipo, nos vio y  la cerró, luego abrió la puerta grande y al hacerlo para adentro no se veía nada, pues había una lujosa cortina de terciopelo, de color rojo. 
Entramos y la puerta de, "La Casa de Ladrillos" se cerró con nosotros adentro.




Historia inspirada en la canción: Brick House de: The Commodores.


Tomado del libro: Historias de un Adolescente Tímido 2. De S. Raga.








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martes, 26 de enero de 2016

Don Junaito y su gallina


Sonó el timbre y mi madre atendió, era Pablo, quien me buscaba, mi madre le indicó que me encontraba en mi cuarto y se dirigió hasta mi cuarto; entró como siempre sin anunciarse y al hacerlo, como cada vez que lo hacía, se asombraba de lo suertúdo que era yo. 
Embelesado, admiraba a las chicas de la Play Boy, que adornaban las paredes de mi pequeño y acogedor cuarto; me saludo dándome la mano pero sin dejar de ver a la Señorita Mayo, y es que era una belleza, y la pose que tenía, no dejaba nada a la imaginación, si que era bella esa venteañera, trigueña de ojazos verdes, aunque no creo que Pablo estuviera como enajenado admirándole sus bellos ojos, más bien, luchaba con una erección, pues así como él entró en mi cuarto, podría entrar mi madre a ofrecerle algo de tomar.
_¿Queres usar mi baño?
Le pregunté con sarcasmo, eso lo trajo de regreso conmigo, no sin antes dejar salir un suspiro, los mismos que muchas veces di yo.
_¿Salimos?
Me preguntó, yo me estiré sobre mi cómoda y acogedora cama, quien me abrazaba cálidamente para que no la abandonará a esas horas de la mañana, a pesar de que, desde la cocina me llegaba el olor del exquisito pollo horneado, especialidad de mi madre, esa era otra condicionante que me impedía abandonar mi sacrosanto templo, mi hogar.
_¿Será? 
Le dije, mientras bostezaba y me estiraba, tal cual, si estuviera en una cama medieval de tortura, en medio de la inquisición, solo que aquel estirón fue satisfactorio, creo que crecí otro tanto.
_¡Hacéte para allá! 
Irrumpió en mi cama y mis piernas hizo por un lado, eso no me gustó para nada y me levanté.
_Esta bien ¡salgamos!
Le dije, pues si no lo hacía, seguro se acostaría a mi lado a observar a la Señorita Abril, mi preferida, quien estaba en el lugar de honor... El techo. 
_¡Vuelvo pronto!, me dejas pollo, ¡que no se lo terminen!
Le grité a mi madre, pero el gritó más pareció una suplica y es que ese pollo que mi madre nos preparaba, era superdeliciosísimo, y no era comido, ¡era devorado!
Ya afuera, el sol estaba algo fuerte, le dije, pensando más que todo en el pollo, que en la hueva de caminar bajo el sol a esa hora, en la que no habría nada, ni nadie que me motivara a caminar muy lejos de mi casa.
_¿A dónde vamos?
_No sé, ¿vos qué propones? 
Si por mi fuera, me quedaría en casa, pero ya que estamos acá, eso pensé, me senté en las gradas de doña Carlota, mi vecina de enfrente; tan solo habíamos atravesado la avenida, y Pablo se sentó a mi lado. No habrían pasado ni quince minutos, cuando apareció, doblando la esquina sur, don Juanito, bien avergonzado (borracho), seguramente doña Chilita lo echó fuera de la casa para que no le vendiera nada, mientras ella se iba a atender su puesto en el mercado.
_¿Qué putas trae don Juanito atado a una pita? 
Preguntó el Pablo, cagándose de la risa, yo volteé y extrañado vi como don Juanito daba tumbos (caminar de un borracho), pues a eso no se le podía llamar caminar y efectivamente, en un extremo de la pita de lazo amarillento, lo que parecía traer atado, no era un perro, era una gallina de color blanquizo, la cual cacaraqueába a cada tumbo de don Juanito.
Don Juanito, a pesar de que era un vecino de escasos recursos y que atendía junto a su esposa, doña Chilita, un puesto en el Mercado Central; a sus hijos los tenía estudiando en buenos colegios y a uno, el mayor, en la Universidad y él, era la educación andando, aunque estuviera completamente etílico, tal era el caso de ahora. 
Mientras don Juanito se enredaba con la pobre gallina, que por ratos se quedaba escarbando en el concreto buscando, según ella, algún gusano, pero lo que ingería eran piedritas; don Juanito le llamaba la atención como todo un caballero a su mascota; el vulgar de Pablo se retorcía en las gradas de la casa de doña Carlota, hasta una cadena de pedos se le escaparon al coche de Pablo, quien ya no aguantaba el dolor de estómago el que se le acalambraba, fue cuando ya no pude más y empecé también a reír, y no por burlarme del cuadro que nos ofrecía nuestro vecino, que ya de por sí, era algo muy cómico, sino, de ver cagarse, literalmente al burlo de Pablo.
Después de media hora de dar tropiezos y de jalar a la gallina, don Juanito pasó frente a nosotros; cómo iría de zocado que ni nos vio, pero el chavacan (Burlesco, bulliciosos ante algo) de Pablo le llamó la atención.
_¿A dónde va con su elegante perro de raza don Juan?
_¿Ah? ¡Hoolaa!, ¡hip! mis amigos, hip, no es un perro jovencito, es una gallina ¡hip! que le robe a la Chila, para ver si la vendo o la cambio por un cuto (Poco de alcohol o guaro); ¡Shhhhh! 
Nos pidió silencio para no ser atrapado en la jugada, ¡la mala jugada!
_¿Cómo dice que se llama su perro?
Empezó el Pablo a chingar a don Juanito, aprovechándose de su estado embriagante.
_¡Qué no es un perro!, ¡hip!, ¡Es una gallina de la Chila!
_¡Ah, que se llama Chila dice!
Dijo el abusivo de Pablo. Don Juanito lo vio con ira en su rostro, pero su educación iba más allá de la borrachera que cargaba, que simplemente lo ignoró, luego me vio y se dirigió a mi, con lagrimas en sus ojos, me agradeció el que hace unos días,  le reparara una radióla.
_¡Ah! si aquí está mi amigo Chusito.
_¡Que tal don Juanito!, debería de regresar a su casa y dejar en el corral a su gallina, pues su esposa se va a enojar con usted.
_Que se enoje, ¡hip!, para que no me dejó dinero para quitarme esta horrible goma (resaca, guayabo, cruda), ¡hip!, me dejó afuera, pero me logré sacara a esta gallina. 
Dijo don Juanito y, se metió de nuevo el Pablo.
_¿Por eso, lleva amarrada a la Chilita?
Algo que me molestó, pero don Juanito siguió ignorándolo, más bien me dijo.
_Chusito, hip, te agradezco el que me repararás a mi radióla, quedó, ¡hip!, calidad, ahora puedo oír a mi Rigo Tovar, ¡hip!, ¡eso merece un trago! Ésto lo decía llorando como niño.
_No tenga pena, para mi fue un gusto servirle don Juanito.
Entonces, de nuevo el Pablo se metió en nuestra platica educada.
_Pero vos Juan, contános: ¿vas a vender a la Chila entonces?
_¡Vos no seas abusivo, ya estuvo bueno!
Le dije al Pablo, pues me pareció que ya se estaba saliendo de la raya y aunque nuestro vecino estaba hasta las cañas (demasiado borracho) de lo zocado (borracho) que se encontraba, no era para ser abusivo con él, un personaje muy educado y mayor en edad que nosotros.
_No estoy siendo abusivo con nuestro amigazo, ¿verdad vos Juan?
_Gracias Chusito, usted si es un joven muy bien educado, me quito el sombrero - y lo hizo -, sus padres deben de estar muy orgullosos de usted, pues es un joven con alta educación, ¡hip!, - ésto lo decía aun con lagrimas en sus ojos y la garganta cortada - Y a la vez, tirándole un manotazo al rostro del Pablo. Agregó: 
_¡En cuanto a usted, mierda!,  ¿qué se puede esperar del hijo de un zapatero? ¡y no digo que su señor padre no merezca mis respetos, pues también es un señor, en todo el sentido de la palabra!, ¡hip!, ¡pero usted: Vago de mierda!; ¡vaya a chingar a su madre! 
Agarró a su gallina y siguió su camino con ella en brazos, mientras caminaba, le iba sacaba la madre al Pablo, quien quedó en las gradas, mudo y sobándose el rostro por abusivo...
_¡Ahí te ves!
Le dije al abusivo de Pablo y a travesé la avenida en busca del dorado pollo que me esperaba en la mesa de mi casa, mi hogar, al cual cuando entré, vi a mi madre y le sonreí, luego la besé, y le dije:
_¡Gracias!
Ella pensó, que ese agradecimiento fue por el pollo dorado y horneado, pero no, mi agradecimiento fue por la educación que ella y mi padre me heredaron, y que cuya herencia, conservo hasta el día de hoy.



Tomado del libro: "Historias de un adolescente tímido 2" de S. Raga









She believe in me


Ella cree en mi, a pesar de que tanto le mentí y aun le miento y ella sigue siendo mi creyente.
Creo no merecerme su confianza, mucho menos tanto amor, pero mi naturaleza es así, no puedo controlar mi situación. Y le pido perdón. 

Ella me responde; que aunque no tenga la razón, ella me perdona y esperará
hasta que madure, y me convenza de que a quien amo es solo a ella. 
Yo le sonrió y ella ve en mi, una falsa sonrisa y también me sonríe, pero su semblante es triste, pensará qué, ¿hasta cuando tendrá que esperar y mentirle a su corazón? Para que crea un poco más en mi, que me dé el tiempo que necesita para ser quien ella tanto desea. 
Mi problema es que lo amo, y eso no me deja ver lo que es evidente... ¡Su traición!

Ella cree en mi, me espera hasta la madrugada en cada viernes y también los sábados; me siente alcoholizado y en mi ropa los olores de otras, peo me recibe con un beso y recoge mis porquerías, me arropa y se acurruca junto a mi, vela mi sueño hasta que quedo profundo. 

Mientras yo duermo, ella besa mi espalda y mi pecho sucio, con manchas de carmín, con mucha paciencia y mucho amor me limpia los trofeos de esa noche, ve mi rostro y en voz baja me repite una y mil veces más: ¡Qué me ama!

Ella cree en mi, mientras yo, la traiciono, debo dejarla, pero no puedo, creo que también la amo y creo que su amor es sincero,  me esmero por cambiar, ¡es tiempo ya!, para pertenecer a una sola mujer, y a mi me toco la mejor, pero nunca la valoro.

Ella cree en mi, me ha observado toda la noche hasta que amaneció y al despertarme mis labios con mucho amor me ha besado. Yo la aparto, para evitar me sienta perfumes ajenos y manchas que sin yo saberlo, ella ya limpió y me dirijo al baño, a quitar de mi cuerpo las porquerías que otras dejaron impregnadas en mi. Al salir, ella me espera con café caliente y una sonrisa sincera, y en su carita de ángel, un par de ojos azules que me ven con demasiado amor.

Ella cree aun en mi, en que puedo a mi vida corregir, y al ver su esmero, yo desespero y busco la manera de cambiar, de ser merecedor de tan bella mujer y tanto amor, a quien un día le robé el corazón. Desde mucho lo llevo conmigo, egoísta seguro soy, por no devolvérselo para que encuentre a quien entregarlo. Y así recibir lo que espera de mi y que  mejor crea en el indicado, hombre bueno y no malvado, ese que le podrá dar, lo que yo no le puedo dar; pero al pensarlo e imaginarlo, verla salir de mi vida, se me rompe el corazón; entonces corro y la abrazo y la protejo como lo más preciado que ella es para mi, y digo sin querer en voz alta: ¡Perdóname mi amor! 

Ella me ve con ojos de mujer eternamente enamorada, con ojos de mujer que todo perdona, para no perderme y me responde: ¡Claro que si mi amor,! yo creo en ti y mi corazón te eligió para bien o para mal, me conformo con un pedazo de ese enorme corazón que llevas en tu pecho y esperaré a que un día vengas a mi y me ames como yo a ti.

Ella cree en mi y yo creo en ella, en el amor que me entrega y en su confianza, de que un día seré solo para ella. 
Lo malo es que, hasta esta época y su modernismo sexual está su contra, pues, en la oficina con mis compañeras, bellos ejemplares y unas pu...diera decirlo, pero no; hoy quiero empezar a cambiar y me esmero y por aquí deberé de comenzar, por respetar a mis amigas y compañeras. Pero soy débil y de nuevo es viernes, y otra vez caigo en una nueva traición.

Ella cree en mi y está dispuesta a esperar por mi. Pero el tiempo pasa igual para ella y para mí. 

El cielo se dio cuenta y al ver su abnegación y entrega hacia mi, dijo: ¡La habré de ayudar!, y mando una dura y definitiva prueba, que será dura de superar. 

El quién nunca la dejó, por que a su modo la amó y a quien ella tanto esperó y nunca desesperó porque realmente lo amó, en las garras de la muerte, un sábado se encontró. 

Y en la emergencia del viejo hospital, un lleno por completo por ser sábado; una bella mujer llora por la vida de quien fue su gran amor, por ese alguien a quien tanto espero para que cambiara, para que un día madurara y que solo a ella la amara, en él que siempre ella creyó.

_¡Señora, su esposo falleció! 

Ella lloró hasta más no poder, pues tanto lo amó, que aun hoy muerto... 
Ella sigue creyendo en él.

lunes, 18 de enero de 2016

Emmanuel (erotismo light)


Era una niña, de dónde vino, nadie lo supo, yo al verla, en mi inocencia dije: Seguro vino del cielo.
Su sonrisa; era musica, sus labios; eran tentación, sus ojos; estrellas de noche oscura. Una cándida y bella niña era mi amiga, una niña bien, que junto a mi vio llegar la adolescencia y un poco más tarde el adolescente fui yo, ella me ganó pero me esperó, no sé por qué, pero lo hizo, su carita hermosa se volvió en rostro de mujer; su boca mi perdición, su sonrisa la invitación, y sus ojos estrellas fugaces sobre un cielo lleno de estrellas; esa era mi amiga fiel, yo sin tomar forma aún, seguía siendo un aguilucho cambiando su plumaje, pero ella seguía a mi lado. El tiempo pasó, como suele suceder, y por ahí todo cambio, igual que ella; ahora una  mujer bella. 
A quien deje de ver por un tiempo, el mismo que le tardó en convertirse en mujer bella y sensual; yo, ya estrenaba un plumaje completamente nuevo y muy colorido que llamó su atención. Yo no la reconocí pero ella a mi, sí, se bajó de tremendo carro ultimo modelo, todos en el barrio una vez más suspiramos por Emmanuel, ese era su nombre, bello tambien. 
Al descender del auto lujoso que la trajo de vuelta al barrio, nos obsequió una vista hermosa que nunca más volvimos a ver, era Emmanuel, de sus labios, la musica y la tentación eran su carta de presentación; de sus ojos, una lluvia de estrellas y más al fondo las estrellas fugases en cielo estrellado de siempre. El paisaje ya no se concentraba solo en su carita de cielo y angelical, ahora traía algo nuevo que me cautivó un poco más y a mis amigos los enloqueció; era mi Emmanuel. 
Su cuerpo, la importación directa del pecado en su piel y en sus curvas perfectas, trampas para morir por ellas, derrapar y caer al abismo, sus senos dos circunferencias perfectas, su cintura el fin y el inició de la mejor de las mieles, un panal de rica miel, en sus pronunciadas redondeces que desembocan en dos piernas largas y torneadas, hasta sus perfectos pies, con sus manos, se acariciaban una hermosa y convexa parte, mientras con la otra se corregía su cabello corto y lacio color de miel, a quien no dejaba en paz el viento, era mi Emmanuel, quien volvió y aun no se por qué o más bien por quién, luego de permitir admirar tan tersa piel; ella caminó, era la reina de la pasarela, paso adelante uno del otro y el contoneo era melódico, sus senos casi no se movían, era por el peso que en cada uno llevaban y eran naturales, lo que nunca perdió, pues la vi y la escuché, fue su exótica sonrisa, algo que me confundía, pues su cara era angelical como creada en el cielo y seguramente así fue, pero su cuerpo era de un mujer diabólica, la pura tentación. 
Mientras caminaba, uno a uno, mis amigos se alejaron hasta que quedó yo solo. Mi plumaje tomó un color muy especial, justo el del apareamiento, deseaba impresionar a tan bello ser de mi misma especie, eso era casi imposible pero por lo menos hice el intento y no claudiqué, ahí como un valiente que espera su destino sembrado sobre piso movedizo quedé, hasta que junto a mí; mi hermosa Emmanuel. 
_¡Hola! me dijo y agregó; ¿me recuerdas?, yo pensé: ¿cómo podría olvidar a hermosa hembra, mi dulce amiga Emmanuel? 
_¡Hola Emmanuel!  le dije tímidamente; ella acercó su bello rostro y mi mejía con cariño besó yo no pude responder, su olor era tan fiel, que me quedé oliendo a ella, ese aroma me cautivó y su figura ni se diga, ahora que estaba a mi lado, era mucho más bella y especial, que me enamoró otra vez. _¡Maldita sea! no puedo escapar de su amor. 
_He vuelto por ti. Me dijo y yo sentí que la tierra me tragó, pero no perdí el color de mi plumaje, ahora brillaba más y mi corazón también se aceleró. 
_¿En serio Emmanuel? le sonreí y luego le pregunté: ¿en dónde has estado todo este tiempo?, ella me dijo: Es una historia muy larga y no tengo mucho tiempo. Luego me tomó de la mano y hasta su lujoso auto me condujo, le abrí la puerta, corrí y a su lado me senté, al hacerlo no puede evitar ver sus rosadas piernas, su minifalda se le corrió tanto que me dejo ver un poco más, mi corazón por un segundo se detuvo y de inmediato tomé una respiración profunda, para poder regresar, ella puso en movimiento su auto y me llevó a una casa de la playa, una muy elegante, de gente bien, me refiero gente bien pagada, gente con mucha plata.
_¿De quién es casa? le dije a Emmanuel. 
_Es mía, bueno de mi esposo fiel, un diplomático acaudalado y muy bien ubicado, con él aprendí el arte del amor; pues, cuando le conocí yo era una niña bien, me presentó a sus amigas, las de su edad; ellas, me condujeron por un viaje sensual, de lujos y de placeres mil, y de las maravillas del sexo disfruté, ahora soy la mejor en eso, aprendí muy bien; pero en mi mente nunca pude sacar a mi 
amigo fiel, el niño que fue mi amigo desde mi infancia y al que siempre creo que amé, ese eres tú, me dijo; mientras me servía un trago yo sonreí incrédulo de ver y escuchar lo que me confesaba mi amiga Emmanuel, luego de dar un sorbo al licor, ella continuó y me dijo. 
_Veo que de aquel niño educado sus frutos han dado a un hombre muy guapo y sensual, siempre lo presentí y al hacerlo tambien te deseé y por ello heme aquí.  Mientras me dijo ésto, de su mano me llevaba hasta una lujosa habitación, en ella, una enorme cama y en el cielo un enorme espejo, a nuestros pies, una alfombra Persa de colores rojo y miel, como una comparación de su rostro y piel, cara angelical con dulce sabor a miel y cuerpo de diablilla con la experiencia y llena de fuego en su piel para compartir conmigo. Me soltó la mano y siguió caminando, como felina lo hacía y se lucía hasta la enorme cama; mientras lo hacía, sobre la alfombra quedaban todas las prendas que me impedían ver bien el majestuoso cuerpo de bella mujer, al llegar a la cama yo vi su reflejo sobre el espejo y en él lo que vi, me hizo casi morir de pie, como lo haría el mas viejo roble y así me sentía entre mis piernas; ella, una imagen que no podré olvidar, pues si me hicieran una autopsia, en mi mente, el día que muerte, ahí encontrarían tatuado el cuerpo de Emmanuel, así de bella era ella. 
Sin emitir una sola palabra, solamente la sonrisa que ya he descrito tanto antes, fue quien me invitó y mi andar ahí empezó con rumbo a la enorme cama, mientras avanzaba junto a las ropas de Emmanuel las mías quedaron, como fiel presagio de lo que me esperaba sobre ese enrome cama; mis ojos bien abiertos veían como ella se frotaba con sus hábiles dedos y de ellos la mas rica miel le recorría por sus muslos y le llegaban justo al (...) lugar en donde terminan su torneadas, bellas y aterciopeladas nalgas; mientras se acaricia, sus pies se encorvaban, mi cuerpo empezó a responder a tan bella imagen, luego, cuando estuve ya completamente desnudo y ella vio mi virilidad apuntando al mismo cielo, ella llevo a su hábil mano y se saboreo los dedos con la miel que salia de su entrepierna, una vez más, gateé y la empece a lamer desde sus pequeños y limpios dedos de sus pies, al hacerlo cerré mis ojos, no quería ver más, pues si veía, no podría aguantar llegar hasta el final junto a ella, mi lengua esculcaba a su dedos, que no quedo uno solo que no lo probara; luego bese sus pantorrillas y así continué con sus largas y torneadas piernas, ademas de besarla tambien la acaricié, su olor de mujer húmeda y de hembra caliente me atrajo y como un imán a ella llegué; la bese como loco, mi lengua sin darme cuenta se volvió en ese momento un elemento habilidoso, que de una escuché la ansiada respuesta salir de sus labios y los quejidos se hicieron presentes, esa musica era la batuta que me daba el ritmo; mientras, ella acariciaba mi piel, mi cabellara, tambien mis hombros y mis fuertes brazos. 
No se cuanto tiempo la besé, mi lengua entraba en toda ella y acariciaba sus labios por dentro y por fuera y a veces me ganaba el deseo infame y un mordisquito por acá y otro por allá, fue ahí cuando escuche de ella luego de un largo suspiro acompañado de un corto quejido que me condujo al mismo cielo; ella dijo: ya no más, por favor dame un descanso y su pecho se hincho, dejando escapar de sus labios un delicioso quejido de satisfacción y le dió el remanso, yo la entendía, pues tambien me deseaba sentir no solo por afuera sino por dentro tambien; entonces le dí el deseado descanso del placer que hasta ahora de mí recibía y me coloqué sobre su hermosa y tierna piel, cuerpos cóncavo y convexo quedaron exactos, como mandados a hacer y entonces bese sus labios, los que siempre emitieron linda musica para mis oídos, ella respondió y su lengua sentí que me entró, la recibí con la mía y sus sabores más íntimos que aun permanecían impregnados en mi, con su mano tomó mi hombría y hasta su lugar lo llevó y en el umbral lo dejó. Sentí cuando su cuerpo me invitó a entrar y ella, mientras yo entraba gimió más fuerte y me recibió con un calor delicioso, ese que no quema la piel, pero te estremece al resto de la epidermis; mientras seguí mi camino, ella me esperaba con deseos, eso lo sentí muy bien, pues con sus bellos pies me empujaba por mis fuertes nalgas, mientras me clavaba tiernamente sus uñas, rasgó suavemente sin causarme daño toda mi espalda hasta mis nalgas y al llegar a ellas, me dió el ultimo empujón y ya adentro; inició el erótico baile, ella baila muy bien y yo le seguía el ritmo, me esmeré por bailar muy bien. Mientras ese vaivén nos aceleraba el corazón y la circulación y tambien la respiración, sentí como sus senos se hundían en mi pecho como dos puñales duros y sin filo, me acomodé sobre el cuerpo de Emmanuel y sorbí de cada seno en mi boca, mientras a uno lo succionaba, al otro lo acariciaba pero con mi lengua y mordiscos en su base, por otro rato dibujaba su aureola con la punta de mi lengua y le mordía la cúspide de tan bello montículo en el pecho de Emmanuel; ella quiso tomar el control, pues se dió cuenta de que lo que yo hacía estaba muy bien. 
Me detuvo y beso mi pecho, se colocó sobre mi y siguió con sus besos, por un camino siempre por hombre deseado, hasta que estuve adentro de su dulce aliento, todo lo que le podría dar, yo quería dar más, pero ya no era posible, mientras su aliento con su rico aroma me endulzaba mi sensible piel yo acariciaba su tersa, larga y chica cabellera y mi cuerpo convulsionaba como oleaje, pues ella lo hacía muy bien, podría decir que era una experta mi linda Emmanuel. 
Cuando ella sintió tanto en su aliento como en su entrepierna, la cual la acariciaba su habilidosa mano, debo decir que era ambidiestra para éstas actividades, se detuvo y mis labios beso, mi lengua recibió tambien a su lengua y a los jugos de mi delicada piel, pero mientras hacía esto yo sentí una vez más su mano firme sobre mi delicada piel y el calor de su piel interna se hizo presente y una vez adentro de mi Emmanuel; la danza erótica dio inicio. 
Todo empezó como un viejo bolero, pero pronto cambió a rica salsa, también hubo cumbia, para finalizar con exótica samba y reflejado en el espejo, en el cielo, arriba de nosotros vi los más bellos e inimaginables juegos artificiales. 
Ésto se repitió varias veces toda la noche y cada vez fue mejor que al anterior hasta que por la ventana entró el amanecer, se sentía muy agotado y desvelado, pero le dijo: Emmanuel ya estuvo bien; deben de alejarse, pues ya es de día y eso no esta bien. Ella me vió, esta vez vi la luz del sol en sus ojos color azul y su sonrisa me dió la paz, siempre como una bella musica, ésta vez un hermoso vals fue lo que escuche. Ella me dijo: Desde niña te amé, te amo hoy y te amaré mañana y moriré amándote; yo le dije: Lo mismo me sucede a mi, solo que yo moriré el día de hoy; ella me sonrió como indicándome que nada podía hacer para evitar mi muerte, yo entendí y de sus brazos me separé, me di un baño; mientras, ella con un café me esperó en la cocina, su bata no disimulaba nada o es que ya la conocía de memoria. Me bebí el delicioso café, pero ninguno dijo ya nada más, al terminar mi caliente y rico café, me levanté y su frente besé y en sus ojos ya no hubo más sol, mucho menos lluvia de estrellas, ni estrellas fugaces, esta vez solo agua salada y un mar con oleajes de color azul y en mi pecho un dolor enorme que hizo se me aguaran mis ojos, pues sabía que era nuestra despedida. Nuestras manos se negaban a separarse, hasta que por fin quedamos como el cromo de la Capilla Sixtina y muy triste de ahí me fui...
Juro que nunca supe más de mi Emmanuel, aunque si la sueño muy a menudo, sé que es feliz, a su manera vivió su vida, pero la mía esa ya no fue vida después de probar tan rica miel, he buscado pero solo azúcar he encontrado y no es lo mismo, pero me queda el más grande recuerdo de haber amado a la mujer que todos han y habrán deseado y lo mejor, que ella me ha buscado, su amor me ha confesado, para mi eso es un aliciente, más no la vida. 
Gracias mi hermosa Emmanuel por tu cándida amistad de niña y tu indiscutible amor y erotismo de hermosa mujer. 
Sigo con la esperanza de que un día regresará, no importa cuando, ni si su cara bella estará arrugada, me gustaría morir tomado de la mano de tan bello ser, mi querida Emmanuel, pero eso el tiempo será quien lo decidirá. 
Todas las tardes me asomo a mi ventana con la ilusión de ver llegar al pueblo un coche lujoso, lugar en donde conocí a mi Emmanuel. 
Mientras espero sé que muero, vuelve por mi Emmanuel te amo tanto... Canto esta canción por el alma de Emmanuel...  Te espero, mi bello secreto de nombre: Emmanuel.




Inspirado en la novela erótica: Emmanuel. Escrita en 1959 por Emmanuel Arsan (seudónimo)





viernes, 15 de enero de 2016

Ven a mi... (erotismo light)


Ven a mi
y hazme sentir
sensaciones que solo siento junto a ti,
quiero perder el control
pero solo si es contigo amor.

Ven a mi,
compartamos nuestro sudor,
mezclemos nuestras pieles,
siente junto a mi 
lo que yo siento junto a ti,
cosquillas por dentro y por fuera amor.

Ven a mi,
dejemos salir de cada poro
sudor y otras mieles,
que sea por dentro y por fuera,
que solo quiero disfrutarlo si es contigo amor.

Ven a mi,
tu y yo, 
cuerpos desnudos en gran frenesí, 
sentir tu piel caliente pegada a la mía ardiente;
lenguas de fuego 
provocando quemaduras
por dentro y por fuera de ti y de mi.

Ven a mi,
acompañemos al erotismo y 
dejemos el pesimismo,
es hora de amar y disfrutar;
tú ardiente mujer 
y yo hombre complaciente,
pero solo cuando estas junto a mi 
y yo junto a ti, mi amor.

Ven a mi,
desgarrémonos la ropa, 
que queden regadas por el suelo
que luego nos uniremos a ellas;
brilla tu piel por el sudor 
mientras te froto la mía 
y recibo con mi lengua
todos los sabores que brotan 
de cada poro de tu cuerpo mi amor.

Ven a mi,
el momento esta por llegar
acércate más y fúndete de placer en mi, 
que nuestros cuerpos sean uno,
y nuestra piel comparta sus jugos,
que te daré lo más deseado por mi y por ti.

Ven a mi
y descansa sobre mi
sentiré como te estremeces para mi,
nada más delicioso que esta sensación,
algo que se logra 
combinando amor y erotismo real,
pero nunca fue mejor que junto a ti mi amor.

Ven a mi,
siente las palpitaciones de mi corazón 
que ahora están a mil,
y apuñala mi piel 
con tus rígidos pezones;
mientras me sientes en tu vientre caliente,
besa mi boca, que tiene el sabor de toda tu piel
interna y externa, pues no he dejado 
un lugar sin explorar de ti mi amor. 

Vean a mi
y sigue pegada así,
que nuestro sudor 
sea pegamento insoluble en nuestra piel,
descansa bien, 
que ésto solo ha sido el principio
y la noche aun es joven. 

Ven a mi,
que pienso repetir esta dosis de éxtasis,
droga eres para mi, 
que me haces perder todo el control;
siente como me coloco en encendido
y tu en modo receptivo;
este es un encuentro de amor y erotismo,
pero siempre será mejor si es contigo amor.

Ven a mi, junto a mi, que ya espero por ti, amor. 



jueves, 14 de enero de 2016

Alguien que le pertenece a otra


Cuando te vi y tu sonrisa sentí acariciar mi rostro, me prometí nunca dejarte ir 
y aunque luego de aquella caricia, tu mirada me dijo que sentías lo mismo por mi 
presentí que jamás me permitirías alejarme de ti. Yo tambien sonreí y tu rostro enrojeció, 
no se si de pena o por lo cálido que mi caricia fue. 
Por horas pasamos solamente viéndonos, tú haciendo historias conmigo 
y yo haciendo las mías contigo, no imaginé que nuestras historias serían las mismas; 
que tú historia y la mía, era una maravillosa historia de amor, y que perduraría 
más que el mismo tiempo.
Supe entones, que ya te pertenecía en cuerpo y alma y que tú me pertenecía a mí tambien. 
Tu sonrisa me atrajo como miel y desde mi lugar hasta mi flor volé, para deleitarme de esa maravillosa miel de tan bella flor, que con sus pétalos me acarició y como una flor carnívora 
ahí me atrapó. Yo me deje atrapar, pues me sentí cómodo y enamorado y aunque luego me diste libertad de elegir, elegí pertenecerte a ti. La misma que ahora me pertenece y me hace feliz. 
Suele pasar, pero es dificil que lo nuestro se repita, por ser una historia de otro tiempo, 
uno diferente. Amores que cuando se entregaban eran para siempre yo tuve la suerte de pertenecer a un pasado que ahora es ridiculizado, pero aun te miro y siento tu sonrisa como aquella caricia; y la mía aun te sonroja la mejía, será mi cálida caricia o simplemente, es que aun te ruborizas con mi mirada escaneádora de bella alma que aún vive en tu ser. 
Cuando alguien pertenece a otra, nada los podrá separar, siempre habrá un lugar especial para encontrarse e intercambiarse sonrisas y miradas, que te dirán lo mucho que te aman 
y te amarán; lo saben tu cuerpo y tambien tu alma. 
Dos personas que se conocieron antes de llegar a este mundo y se prometieron volver a encontrarse para enamorarse y tambien amarse y lo cumplieron. Y si no lo hubieran logrado habrían muerto de inmediato, para así reencontrarse una vez más en el lugar en dónde un día amor se prometieron y que más tarde se reencontrarían para amarse y seguir amándose 
por siempre. Eso pasa, cuando...  Alguien le pertenece a otra.  

War (internal war)


_¡Shhhhh! ¿Quieres que nos oigan y nos vean?
_¡No! ¡Dios nos libre de caer en manos de esos hijos de puta!
Los dos inquietos muchachos escondidos en una espesa jungla, allá en el altiplano, muy bien camuflados que era imposible que los instruidos soldados o insurgentes -¿quién podría distinguirlos?, si eran iguales en todos los aspectos-

_¡Que frío hace en éste maldito lugar!
_¡jajaja! ¡Ya te acostumbrarás! 
_¡En mi país no hace estos fríos!¡Sin embrago el gringo se siente como en casa!
_¡jejeje! ¡Para mi es un clima muy deliciosos! dijo uno de los canches, uno muy alto y fornido, mientras caminaban por uno de los pocos senderos que habían por esas montañas, en busca del enemigo, -con quién normalmente jamás convergían, pues mientras un bando andaba por estos lugares montañosos, el otro bando andaba por las faldas de esas montañas-... 
Pareciera que el enemigo era a quien se encontrarán en su camino, y a quienes siempre hallaban mientras patrullaban era a los aldeanos, que por siglos vivieron ahí y quienes no estaban dispuestos a abandonar sus parcelas, pues si lo hacían ¿de que vivirían?, morirían con sus familias, internándose en las selvas, lugares en dónde no se podría sembrar ni cultivar absolutamente nada y además podrían ser victimas de la fauna salvaje que dominaban esos territorios y con un oxidado machete, ¿qué podían hacer? y además con una retahíla de hijos entre los 8 y 15 años.

la patrulla continúo su caminar, armados hasta los dientes, pues, los paises que les ayudaban en ésta guerra desigual, pero igual, eran los mismos; pareciera como si los que les instruían en las artes del miedo, de la tortura y de la muerte, peleara una guerra propia pero en tierras ajenas, con la consigna de velar, por que la vida cómoda de unos pocos adinerados, dueños y terratenientes de esos paises, siguieran con sus beneficios y sus vidas que da el poder del dinero.

_¿Los seguimos vos?
_¡Pero solo otro poco! ¡idiotas, si fuéramos el enemigo ya los habríamos terminado, a éstos indios, ladinos y extranjeros de ese maldito ejercito!
Los siguieron por un par de horas, hasta que llegaron a un lugar, el cual era propicio para pasar la noche.

_¡Atención! ¡aquí pasaremos la noche! Dijo el comandante del pelotón; normalmente un capitán, mayor o teniente.
_¡Ya oyeron al comandante! Dijo el sargento mayor, y todo el pelotón; dijo.
_¡A la orden mi comandante! y colocaron sus objetos en el suelo, mientras los mandamáses se acomodaron en los mejores lugares, los de menor rango se colocaron a trabajar en maniobras como; hacer las fogatas y a preparar lo que cenarían esa noche.

_¡Hasta aquí llegaron vos, Peter!
_¡Así parece, regresemos a casa Johnny!  Los que vigilaban desde la clandestinidad de la selva montañosa se dirigieron a sus chozas, hogar que estaba muy adentro de la selva y que les garantizaba que jamás podrían ser atrapados por ellos; ejercito o insurgentes, no importa, pues ambos eran lo mismo, aunque ellos decían que eran diferentes, pero no era así.

_¡Apúrenle patojos o no cenarán hoy! les dijo la madre de los hermanos, Peter y Johnny; Mary, su madre y de otros seis más, pero menores que ellos.
_¡Bueno ma! Dijo uno de los hermanos que se burlaban de los mismos, pero diferentes ejércitos. Mientras que el otro, le preguntaba a su madre.
_¿Llegaron otros hoy ma´?
_¡Si m´ijo, aquel señor y sus dos niñitos; cuenta que la madre no corrió con suerte y que la alcanzó una bala mientras huían!
_¡Pobres! entonces dijo Johnny, quien escuchó lo que su madre y su hermano hablaban mientras él se lavaba las manos para la cena, con agua que Mary habría traído del río que quedaba como a un kilómetro de esa colonia perdida en lo alto de una montaña de un bello país; que vivía una pesadilla que quedaría escrita en los libros de su historia y lo peor, era que los ahí refugiados, ignoraban que se peleaba, si ellos no tenían nada de valor, más que su fuerza y deseo de trabajar y de vivir una vida en paz, pero que lamentablemente habían quedado en medio de un campo de batalla que rara vez, recibía la sangre de los soldados de ambos lados, pues como dije; casi nunca convergían, pareciera que los bandos conocían de la ubicación del otro y a propósito se alejaban en direcciones opuestas, para no tener un encontrón. 
Sin embargo a los cuarteles les llegaban las notificaciones, a propios y extraños, de las bajas en sus filas; por ejemplo: Un día llegó un pelotón de reconocimiento como de diez soldados, entre altos mandos y el resto de soldados rasos. Al entrar a la base militar, se veían agotados y algunos con leves raspones, los cuales, ellos hacían más dolorosos, por lo que eran mandados a enfermería y además se ganaban un permiso para visitar a sus familias, por el echo de haber sido heridos en combate. Lo más increíble, era que sus familias eran muchas veces de los mismos lugares que antes habían masacrado, seguramente éstos aguerridos soldados asesinaron a parientes, por increíble que parezca.
_¡Deme su informe soldado! le exigía el comandante y jefe de esa base militar. 
_¡Cómo ordene mi general!, Le informo que fuimos cobardemente emboscados y que nuestros heridos se defendieron como jaguares, Señor, pero lamentablemente el Teniente Malinche murió en la emboscada y con él, mi Subteniente tambien, pero él, supongo que murió por la inexperiencia; pues, recién se había graduado de oficial, señor! 
_¡Mierda!, ¡malditos! ¡Asesinaron a uno de mis mejores oficiales! Se lamentaba el General del cuartel.
_¡Lo lamento tambien señor! indicaba el Sargento, quien permanecía frente a su general en posición de descanso dando su informe verbal. Pero lo que el General no sabía, era que su mejor hombre, el Teniente Malinche, era un hijueputa bien hecho y que a soldado que llegaba a su pelotón le sacaba la mierda y que en poco tiempo se había ganado el odio de sus subalternos, y que entre ellos, ya cansados de las sacadas de mierda del Teniente Malinche, en este caso, ellos, el pelotón a la vos de uno de sus lideres, otro soldado igual a ellos, decidieron inventarse una emboscada y en ella, ellos mismos le daban muerte a sus oficiales, que en este caso, fueron el Teniente Malinche, y su Subteniente Pérez; un cadete que recién abandonaba la escuela que los educaba y entrenaba como oficiales para que al no más graduarse, llevarlos a la selva a pelear una guerra que muchas veces ni ellos entendían. 
Ésta vez, el Subteniente no entró en el aro con los subalternos y al intentar ayudar a su superior el Teniente Malinche, entonces al pelotón no le quedó de otra que matarlos a los dos, y así, se deshicieron de un desgraciado hijueputa, que abusaba de ellos y de su pupilo, que por lo visto estaba aprendiendo a ser otro hijueputa, igual que su superior. Pero ya no chingaran más, pues en el cuartel, ahora están sus cadáveres, listos para ser enviados a sus familiares, para que les den cristiana sepultura. Y, en las barracas del cuartel, se escuchan comentarios tales.
¡Qué bien que mataron al desgraciado del Malinche y de paso a su gato el Pérez! Así era la guerra que se llevaba a cabo en las selváticas montañas. Mientras, entre los oficiales de uno de los bandos, aunque ésto se daba en ambos lados, crecía el odio por el enemigo, pues mataban a sus mejores hombres, quienes ahora eran unos héroes.

Mientras en la selva esa noche, Peter y Johnny hacían chiste de como siguieron a los soldados por horas y ellos ni en cuenta, pero después de escuchar a los intrépidos hermanos, quienes eran los encargados de traer provisiones y de rescatar a niños que se encontraban por ahí, temblando del miedo de saberse solos en esa selva, pues sus padres ya habrían sido asesinados por cualquiera de los bandos, esos hermanos, unos pillos y excelentes en artimañas para el camuflaje, algo que ya lo traían en la sangre, pues no hace mucho tiempo les toco algo similar o igual a los ahora refugiados del lugar y ellos también habían tenido que salir huyendo de su aldea con su madre herida y sus pequeños hermanos además de uno no nato; por su padre no se pudo hacer nada, pues había muerto quemado en una de las aulas de la escuela de la aldea, otros habrían muerto en las mismas circunstancias, pero adentro de una iglesia, creyendo que sería respetada junto al curita y corrieron pidiendo ayuda al párroco y al estar en cuartelados adentro de dicho templo, se dió la orden de ser quemada con ellos adentro. 
Desde esas terribles experiencias, los hermanos adquirieron una habilidad digna de un animal depredador de la selva que ahora compartían, para el camuflaje, para salvar su vida, la de su madre herida y demás hermanos. 
Esa noche escuchaban como habían llegado los uniformados a la aldea elegida por cualquier bando y entraron apostados por los flancos y emboscando a los lugareños, quedando atrapados los que se encontraban en dicha aldea, salvándose únicamente los que en ese momento andaban afuera de la aldea; quiza trayendo agua o leña, o simplemente en los sembradíos, vigilando su cosecha, alimento para la familia y dinero por la venta de sus granos al terrateniente que se las pagaba a como a él se le antojara, para luego llevarlas a la ciudad en sus camiones, cosa que no podría hacer el aldeano, y ahí vendería aquellos granos a precios que lo harían más rico y poderoso, para seguir explotando al aldeano quien su único pecado había sido, nacer adentro o aledaño a las tierras del terrateniente, quien estaba protegido por ambos ejércitos, que se mantenían en guerra, pero sin enfrentamientos, sí algunos, pero muy raramente y esporádicos. El objetivo de estos ejércitos en sus maniobras castrenses, importadas para evitar bajas, era encontrar los lugares dónde sus enemigos se concentraban y se asentaban sus lideres, los pensantes, que de una manera sutil tambien vivían muy bien, haciendo algo que ellos creían era lo correcto y cuya intención era, llegar al poder, y sabían que democráticamente jamás lo lograrían, pues las naciones poderosas no se los permitirían, pues eso sería catastrófico para sus intereses, por tanto, ellas, esas naciones poderosas, instruían y tambien participaban de esa guerra, participaban directamente e indirectamente, proporcionándoles armamentos para librar las batallas.


Continuará...




miércoles, 13 de enero de 2016

SOLO


Nunca había dormido tanto,pero me dió esa luz tan fuerte en mi rostro, luz que me trajo del lugar de los sueños, lugar de dónde nunca debí haber vuelto, pero me tocó y me despertó; me levanté, me desperecé y solo con unos jeans, los que me vestían y cubrían mi desnudez salí del cuarto esperando encontrarme con mi familia, pero nada, recorrí el que fue mi hogar, cuarto por cuarto y a nadie logré hallar; en un pasillo, frente al viejo espejo me vi reflejado y mi rostro estaba demacrado, con barba de días, el pelo alborotado, me preguntaba ¿donde están? 
Me di cuenta que estaba solo, escuché un ruido y corrí, bajé por las gradas hasta la estancia, gritando: ¿Quién, quién?, luego de darme cuenta que tan solo era la vieja puerta, la que sirve para evitar que los mosquitos entren y frieguen la que se somataba; la puerta que siempre me negué a reparar, era ella la que golpeaba contra su marco, entonces grité: ¿Hay alguien ahí? Llegué hasta con ella y vi mi patio, uno tan grande que me hizo sentir más soledad, salí al patio y el sol era tan fuerte que me impedía ver más allá, recorrí el enorme patio y no vi nada otra vez me sentí solo, regresé y entré, pasé de largo por la estancia de mi hogar y me dirigí hasta la puerta que da a la calle, salí y en ella... ¡Nada! 
Me tomé de la cabeza y pensé: ¡Dios mio! ¿qué sucede, a dónde se fueron todos, por qué todo se ve tan solo? 
El piso tan caliente, hasta ahora me di cuenta, pues mis pies me quemaban, parecía que estaba sobre la arena de cualquier playa, al medio día, pero no tenía zapatos, corrí calle abajo hasta encontrarme con una sombra de un viejo árbol, uno que siempre fue el hogar de miles de zanates, cogí una piedra y la arrojé con todas mis fuerzas, las cuales no eran muchas y del árbol no salió nada, solamente unas hojas secas me cayeron encima; vi para el norte, tambien para el sur y para el oriente, como tmbién para occidente y mis ojos a nadie vieron. Vi al cielo, pero era dificil ver para ahí y a todo pulmón grite con desesperación: ¿A dónde están todoooos? y a lo lejos alguien un grito dió. ¡Dios mio, hay alguien que tambien se pensará solo! dije, y corrí para donde escuché el sórdido grito y en el lugar entré, era una casa muy cerca de donde me hallaba, no toqué, simplemente entré y nada, desilusionado me enteré que se trataba de una melodía que de un viejo tocadiscos, del cual se repetía y repetía una canción vieja del Bee Gees, sonreí al escuchar que el disco estaba rayado precisamente en una estrofa, en donde Barry daba su clásico y entrañable grito; el aparato estaba conectado a una batería de carro, pues electricidad no había en el lugar, se me ocurrió luego de detener al pobre del Barry dando de gritos levantar el auricular de uno de los quiza últimos aparatos de teléfono y tambien estaba mudo, lo coloque en su lugar de nuevo y a la casa registré en busca de algo que me pudiera servir, pero nada. 
Ahí vivía un viejo hippie y muy buen inventor, le dije a un su retrato: ¡Amigo Steve, te extrañaré a ti y a tus maravillosos inventos! Salí del lugar y de nuevo ya en la calle, solo como hace unas horas que me desperté, me dije: ¡Maldito rayo de luz solar! ¿por qué me despertaste de mi sueño?, debería de haberme quedado ahí tirado. 
Metí mi dedo en la boca y pensé: ¡Caminaré para donde me lleve el viento! con mi dedo húmedo lo elevé y sentí una carecía, que dulce la sentí, pues hacia mucho que no recibía una, esa caricia que rápido se disipó, pues como dije, el sol era muy fuerte. Me dio mi norte y caminé por las calles, el ardor de en mis pies ya no me hacían mella, quiza si alguna ampolla, pero sin embargo caminé, mientras lo hacia veía por ventanas y puertas que permanecían abiertas, mis pensamientos eran: ¿A dónde se fue toda la gente?, ¿por qué me quedé en este lugar solo? y además pensé: ¿Habrá en algún otro lugar del mundo otro desafortunado ser que al igual que yo, hoy se despertó y se encontró completamente solo? 
Seguí caminando por varias horas, ya habré caminado varios kilómetros, me dije, pero ni los sentí, antes hubo mucha gente aquí, llegué al que por mucho tiempo fue un tremendo Mall y entre en él; el parqueo como siempre lleno de autos de variadas marcas y modelos, me dirigí hasta el supermercado y entré; era enorme y ahora mucho más, pero en él ni una sola alma o tal vez miles, pero no las veía por eso de que eran almas, me sonreí, tomé una carreta y la llené de lo que se me antojó, luego ya con la carretilla llena la vi y dije: ¿Para qué quiero todas estas babosadas? nada de lo que había ahí era ahora importante para mi, leí los rótulos que pendían del cielo y busqué la que decía, alimentos; hasta ellos llegué y me encontré con muchos alimentos, carnes importadas pero crudas y algunas ya agusanadas, la refrigeración no servía me di cuenta de que ahí a adentro estaba iluminado pero no estaba una sola bombilla encendida, entonces me recordé que no había electricidad, tomé alimentos enlatados y frutas, las cuales vi frescas, fueron contadas, solo las que duran un poco más que las otras agarré, lo que me serviría para ese día y otros, sin hacer cuentas de nada, pues ¿qué pasaría, quién sabe? tomé botes de agua pura aunque habían tantas Coca Colas, me sonreí y me dije: ¡No gracias, me podrías hacer daño y necesito a mi cuerpo sano! que ironías de la vida, salí y cuando caminaba hasta mi hogar pensé, cualquier casa es mi hogar, es más, toda esta ciudad es mi hogar, ¡soy el dueño del mundo enteroooo! grité y luego empecé a llorar como un niño al recordar que ahora era un simple ser humano, solo en un lugar tan enorme, además pensé, que sería una bacteria para el mundo; dije: Ahora la tierra esta sana, pues su laxante hizo efecto, se deshizo de todas las mierdas que lo destruían, pero como nada es perfecto, le quedó una, esa porquería que le quedó era yo.  Pensé: ¡Si hubiera estudiado ahora sabría que hacer, pero como solo tenía un celular y una computadora de la cual extraía nada más que porquerías, deberé de confiar en mi instinto! ¡pero que desgracia que ni eso tengo!, un ser sin tecnología no es nadie, me recordé del señor Einstein y me santigüe, me repetí: Ahora si soy creyente, pero antes ni a misa jamas fui; parado ya en la enorme avenida de two ways y cinco carriles en cada una, de nuevo vi para uno y otro lado y la soledad estaba ahí conmigo, caminé hasta el centro de la ahora free way y me recosté en ella, juro que deseé ser atropellado aunque fuere por un mono de laboratorio que aprendía a conducir, como aquel comercial que siempre me gustó ver. Entonces el miedo me invadió, aun más que el saber que estaba solo, hasta hoy no me dió miedo estar completamente solo, pero saber que no habría más televisión, eso si que me aterró y grité: ¡Estoy solooooo! que desconsuelo, pelé una banana y a media avenida me las comí, ese fue mi alimento, di gracias a Dios por ellos, algo que jamás imaginé que haría, pues solo era de llegar a la alacena o a la refrí y ahí estaban, deliciosos y frescos alimentos, pero jamás dí gracias por ellos, sí a la tecnología por inventar las refris unas tan inteligentes, hornos tan potentes, estufas a corriente; pero a Dios, nunca, nunca me recordé de Él, más bien si lo hice de mi vecino el gran inventor, sonreí y dije: ¡Pero, si era cabrón el condenado! me puse de pie y pensé, ¿ahora que haré?, regresaré a mi casa ¿no? y entonces me dije: ¡Éste es mi hogar ahora, el mundo entero! y no me alcanzará la vida para recorrerlo, por lo menos éste lado, en este continente, pues de aquí que llegué al otro lado del enorme charco, eso creo que no pasará, pues ni nadar sé. 
Así empecé mi camino por mi enorme hogar, un mundo vacío, sin nada que darme, más que lo que encontraría en cada casa que irrumpiría, sin medicinas y más que las que aun no caducarán, espero no matarme, pues solo sé que la Aspirina la inventó hace más de cien años la Bayer y que es buena para la fiebre y dolores de cabeza, eso es lo único que de medicina sé, ¡estoy jodido! me repetí, pero para que quiero una larga vida si no tengo con quien compartirla, no tengo ni chucho que me ladre. Cómo los extraño, hasta el que mi nalga de niño los colmillos me enterró, es más, me gustaría verlo venir corriendo tras mio, y yo corriendo como cobarde, eso sería divertido. 
El sol que aun ardía, pues si que era fuerte el condenado a pesar de que por el horizonte agonizaba y detrás de él yo veía como venía la oscuridad total y yo sin sueño, cuanto habré dormido que no tengo sueño, vi las casas que me quedaban cerca a unas cuadras de donde estaba parado y dije: Aquella es bella, tiene tres niveles; pero al momento de cobijarme del tremendo frío a qué noche más inmunda y desventurada, esta todo tan oscuro, pues ni la hermosa y deseada luna se apareció hoy, oscuridad total y un frío que me hacía tronar los dientes, por más ponchos que me eché encima en la casa del viejo hippie, ah como hieden estas colchas condenadas, ojala y aunque se a un piojo o una pulga me acompañen me dije, pero ni eso; deseé que entrara por las ventanas un misero mosquito que quisiera conmigo compartir su cena, pero tampoco, ahí solos, Barry con sus gritos y yo; por eso regresé, pues en todo el mundo tan solo, este aparato sirve y me consuela mientras dure la carga de la batería, por lo menos esta noche tengo musica, me dije y me acomodé y, ¡ay! me paro de golpe, olvidando el frió que hacía esa noche; ¡maldición! lo único que me faltaba, ¿era entonces cierto? yo pidiendo compañía y ahora que consigo una, resulta ser misera cucaracha ¡agg! que asco, pero ella y yo solos en este planeta, ¿será la única o habrá más? regresé al lugar aun con un poco de temor, vaya hombre que soy me dije, no le temo ha estar solo en este misero mundo, pero sí al único ser vivo que en varias horas miro, ¿será que ella tambien se cansó de estar sola y busca un poco de calor? porque vaya que hace frío, me recosté y me dije: ¡Lo que quiera Dios! pero ya no estaba solo, entonces la empecé a extrañar y hasta la llamé, como cuando llamas a un cachorro, pero el sueño por fin me venció, sería por el frío, si eso fue. 
Esa noche soñé con cosas bellas: Parques llenos de niños jugando tenta, cuerda, subiendo a los juegos, como los columpios y resbaladeros; tambien soñé con unos hermosos caballos que corrían libremente y tambien vi a linda gente, amable, cómo la que mi generación conoció y las nuevas desecharon, ¡pobres ignorantes! me alegro que se los haya llevado la chingada por ser como fueron, por destruir un hermoso planeta solo por la ambición y la tecnología; y es que, ya todo estaba robotizado. ¡Qué barbaridad! hasta mujeres sintéticas mucho mejores que las de carne y hueso, sí, se pelaron los tecnólogos. 
Éstos eran mis pensamientos, cuando aparecía el sol por mi ventana, aun adormitado vi que no dormí solo, ahí va mi amiga a su agujero, ¡te veo más tarde! le grité, ella solo movió sus antenas; ¡loco! me dije. 
Así pasaron días y meses y por fin la cucaracha se convirtió en mi mascota, pasaron los meses cómo saberlo, si estando solo de nada sirve saber en que día y mes del año estás, lo supe por sus estaciones, meses de sequía y otros pocos de tormentas e inundaciones, faltará mucho para que éstas fiebres del planeta tomen sus cause y sean como antes fueron; en fin, no se que año ni mes ni día es hoy, cada día me levantaba y caminaba a lugares más lejanos, ella y yo, pues no vi otra más, deberán estar bajo la tierra conviviendo entre ellas, me dije, qué envidia apareándose y tú y yo solos. 
¿Eres hembra? ¡pues tienes unas antenas muy sexys! ¡Ah, ya estoy loco! me sonreí, pues hacía tiempo que no lo hacía, caminaba buscando lugares en donde encontrar alimentos, pues muchos ya se han pasado  y los enlatados ya vencieron, dejé la casa del hippie, pues hasta a su hedor me había acostumbrado con tal de escuchar los gritos del Bee Gees; pero por fin la batería se murió como todo en este enorme y solitario mundo, que ya nada me retuvo en el lugar y empece mi andar, ya deje atrás mi patria, mi raíz; bien decían, que el hombre sabe donde nace, pero no dónde muere... 

Y el hombre, el único sobre la faz de la tierra y su amiga sexy, se perdieron como cada día lo hacía el inclemente sol y le llegaba la fría noche sin luna, pues quién sabe que pasó con ella, creo que todos en el planeta fueron condenados por sus faltas y llevados a una Cadena perpetua en algunas nave que vino del cielo y no digo, que la mandó Dios; como siempre pensaron los Cristianos en la antigüedad; que serían llevados al cielo, pero eso le pudo a haber pasado al hombre antiguo más no al moderno, quien aun habiendo alcanzado tanta tecnología e inteligencia para llevarla a la realidad, se olvidó de lo importante que era el planeta, con el que un día acabó; primero empezó con su criaturas más débiles y cuando no hubo más que matar, siguió con él mismo, pero si fue así, en dónde están los miles de millones de cadáveres. 
¡No!, seguramente llegó el que un día le encomendó el planeta; le dijo: Cuídalo que ya vuelvo y el día llegó y volvió y lo que encontró lo encolerizó y ante la corte los llevó y ahí, un jurado los condeno a Cadena Perpetua, por haber asesinado y terminado con lindo lugar... ¿Qué tonto ser encomendó a horrible ser, para cuidar a tan bello lugar llamado Tierra? 
¿Pero qué sucedió con el que ahora es un hombre solo en este lugar? ¿por qué? él quedó, ¿para qué y por qué? se salvó...  Esa será otra historia. 
Mientras, pensemos: ¿Qué sería de nosotros y de éste lugar, si un día nos despertamos y nos encontráramos, solos?...

lunes, 11 de enero de 2016

¿En Dónde estoy?


El lugar era nuevo para mi, jamás en mi vida había estado antes ahí; ¿y mi familia?, pensé y al darme cuenta de eso me asusté, como nunca antes lo estuve, después de varios minutos reflexionando sobre mi rara situación, me dije; no hay de otra, más que regresar a casa a pie, allá me encontraré con ellos. Me paré en la enorme y silenciosa carretera, vi para ambos lados y ni idea de para dónde debía caminar; ¿qué ruta deberé tomar? Lo bueno era que aun era de día y la luz era muy buena, respiré profundo para tomar fuerzas y para tratar de conseguir una guía para dónde ir y al no recibir respuesta alguna, la buscada y deseada, me dije; caminaré en contra de ese calcinante sol, mejor que me dé en mi espalda y no en mi rostro. 
Y empece mi caminata, una muy larga, seguramente ya llevaría un par de horas caminando por una serpenteante carretera que atravesaba montes, parajes, unos muy bellos por cierto, riachuelos y hasta me detuve por un momento a refrescarme en una pequeña pero bella laguna a la cual, por lo visto aun no le llegaba la mano del hombre pues el agua era de lo más cristalina y refrescante- Me sacudí el pelo y continué mi caminata, con la esperanza de que pronto encontrará un lugar familiar que me indicara que mi caminata no era en vano o que, me dirigía en sentido contrario al camino que me conduciría hasta mi amado hogar a unirme con mi amada familia a la que quería tanto y, con quienes nunca me había separado hasta el día de hoy. 
Por un momento me dije; ¿será ésta otra de mis pesadillas y pronto despertaré en mi cómodo hogar y junto a ellos? ¡ya los extraño!. Para esto habría pasado ya otra hora, eso creo, pues no tengo un aparato que me diga la hora exacta, pero yo creo que más o menos ese tiempo habrá pasado, por ratos encontraba un lugar fresco con buena sombra y literalmente me echaba a descansar, a pesar de que no me he separado de la cinta asfáltica, no ha pasado ni un solo vehículo que me pudiera llevar. Descansé algunos minutos, no se media hora o quince minutos, a quien le interesa el tiempo en éste instante más que a mi, pues no quiero que me caiga la noche y yo todavía en este camino; me di a la tarea de caminar otra vez más y caminé y caminé, no se por cuanto tiempo y cuando creí que desfallecería escuché como un ruido se acercaba hasta el lugar por donde iba. Ya no caminaba, más bien arrastraba mis pies y mis piernas estaban a punto de abandonarme, mi corazón latía tanto y mi sudor; ¿cuál?, yo creo que ya me deshidraté, quise voltear para pedir jalón, pues el ruido que escuché era seguramente de un automotor. 
Efectivamente, ahí va, se me pasó y no me dió tiempo de pedirle auxilio y de aquí que pase otro, será cosa de varias horas, estoy que me muero y caí sentado y decepcionado, casi resignado a que no podría regresar a mi amado hogar. Mientras me sentía morir ni cuenta me dí cuando alguien acarició mi cabeza, dándome consuelo; tan mal habré estado que un desconocido samaritano se me acercó y ni cuenta me dí, levante mi cara, la cual me pesaba tanto, era obvio que mis fuerzas me abandonaban y es que a pesar de que el sol me daba en la espalda, era sofocante y he de comentar que como siempre viajé sobre la cinta asfáltica, a veces el sol me quedaba enfrente, seguramente tengo mi cara requemada, la persona sentada a mi lado esperando a que retomara un poco mis fuerzas, mientras, él seguía acariciando mi cabeza y mis hombros, consolándome. Por fin se aniño y me preguntó.
¿A dónde vas amiguito? yo quise responderle, pero necesitaba beber un poco de agua, pues mi boca era un desierto, tan solo lo vi a su rostro, no era nadie conocido, él me sonrió amablemente yo intenté corresponderle y aunque sentí que me sonreía con él, seguramente que mi cuerpo no me respondía, pues tenía la intención más no las fuerzas hasta para sonreír.
_¡Te ves mal amigo! ¿quieres que te lleve? Me preguntó muy amablemente, y aunque no pude más que asentir son alguna mueca supongo, pues él me ayudo y casi cargado hasta su auto me llevó, me ayudó a entrar y de su maletero, extrajo un bote con agua, la cual bebí con ansías, pero él me dijo.
_¡Despacio, pues te hará daño si la bebes de un solo! Le agradecí y bebí a pocos el agua, me era un poco dificil pero es que la necesitaba, mis pies los sentía lastimados y quemados, los unte con un poco de agua; él simplemente me sonrió y me dijo.
¿A dónde amigo? cuando le iba a responder; me dijo.
_¡Ni modo, a dónde el camino nos lleve!, ¿no? Yo dije; pues si, tiene lógica y con mi cabeza le dije que si.
Era delicioso sentir en mi rostro ese aire que me despeinaba y a mis ojos hacía llorar o a lo mejor sí lloraba, ciertamente de la emoción de saber que iba devuelta a mi hogar con mi amada familia, a pesar de que el aire no era frío, más bien era caliente, pues el sol seguía ahí, observando mi peregrinación, mi desesperación, mi desgracia.
_¡Cierra la ventana, pondré el aire acondicionado! me sugirió, pero no obedecí, para mi ese aire que me alborotaba mi cabellera era lo que deseaba, él comprendió y su vidrio tambien bajo y entonces, ambos disfrutamos del aire que entraba por las ventanillas. Sí, viajamos tal vez otra hora y al fin llegamos a un poblado, al entrar en él yo me avispé para observarlo muy bien y ver si lo reconocía.
_¡Si! me grite en silencio, para no dar evidencia de que tal vez se habían olvidado de mi, pero eso no podía ser posible, así que le dije.
_¡Por ahí, por favor!
¿Estas seguro? me dijo, siempre sonriéndome; yo le dije. 
_¡Sí! ¡mira, es precisamente allá! él notó mi alegría y me dijo.
_¡Tranquilo, que te llevaré hasta la puerta de tu hogar! ¿me dices cuál es?
_¡Es esa! casi que me lanzo del carro, pero el me cachó con una de sus manos y me detuvo, pues mi ansiedad y alegría era tanta y obvia que no podía esperar a llegar a mi hogar.  Él subió los vidrios de su auto y colocó llave en las puertas y me dijo. 
_¡Espera acá, iré a averiguar!
_¿A averiguar qué? le dije. 
_¡Es mi hogar! ¿qué te pasa amigo? Pero por más que proteste me dejó encerrado en su auto, lo vi cuando tocó a la puerta y por fin alguien abrió, pero no pude ver de quien se trataba; pasaron varios minutos y entones la puerta se cerró de nuevo yo dije. 
_¿Qué sucede, por qué no me esperan o me vienen a recoger? 
Ahí, comprendí todo y en mi corazón sentí un agudo dolor y mi estómago se estremeció, fue tan duro que casi vomito; mi amigo regresó al auto y abrió la puerta y al hacerlo, yo lo vi, con mis ojos desorbitados, deseando escuchar una buena noticia, pues todo aquello era raro para mi. 
Él me sonrió con mucha pena en sus ojos y al mismo tiempo con alegría en su corazón, eso si que lo sentí muy bien, pues con su actitud hizo que mi ansiedad bajara y me consolé. Entonces me dijo con una dulce vos.
_¡Bueno mi amiguito!, o ¿debo decirte Firulais?, te llevaré a tu nuevo hogar, eres un perro hermoso, no se por que esa mala gente te dejo abandonado en lugar de darte en adopción; pero no te preocupes, en mi hogar, el cual ahora es el tuyo, hay alguien a quien harás muy feliz como me has hecho a mi en este viaje. 
Arrancó su auto y por el retrovisor vi cómo se alejaba de mi el que fue por un par de años mi dulce y amado hogar y en él, los que fueron mis amos y que me habían abandonado quien sabe por qué razón. 
Pero mi corazón no les guarda rencor, por el contrario, siempre los recordaré y vivirán en mi mente; pero ahora, me toca empezar una nueva vida. Él, abrió la ventanas de nuevo y el aire me dió en mi rostro y lo disfruté por quien sabe cuanto tiempo, ya no me preocupó más. 
Se detuvo por un instante y con su control remoto abrió las puertas y entró en el que desde hoy sería mi hogar; era enorme, amplios jardines y una casa que parecía un palacio; cuando se acercaba a la enorme casa de nuevo hizo lo mismo subió los vidrios y me dijo.
_¡Espera aquí por favor! y así lo hice. Despues de varios minutos salieron de la enorme casa, mi nueva familia: Él, su esposa y dos niños; uno de ellos, el más pequeño, corrió hasta el auto, abrió la puerta y al verme ahí adentro con mi cara de susto, se lanzo sobre mi y con mucho amor me abrazó y me hizo una promesa al oído...

_¡Yo nunca te abandonaré... Bienvenido a casa Firulais!