jueves, 4 de septiembre de 2014

Los ojos del corazón

Una tarde maravillosa, de su casa como siempre, una pareja salió, simplemente a su caminata diaria.
La tarde era normal, para el resto de los vecinos, pero para ellos, la pareja, la tarde al igual que las otras, era maravillosa. 
Salieron, se tomaron de la mano y en silencio tomaron el rumbo acostumbrado, sin hablarle el uno al otro, se introdujeron por el camino. 
Éste camino, era uno: con hoyos en el pavimento, basureros a flor de piel, unos maltrechos arboles dañados por el paso del transporte urbano, sobre sus pelonas y descascaradas ramas unos zanates negros y bulliciosos; el cielo con unas nubes grises con orillas blancas, bien cargadas de agua, el sol tímidamente se asomaba por momentos, cuando las nubes le permitían que lo hiciera. 
Así era el ambiente por el cual la pareja caminaba todas las tardes, pero eso si, siempre tomados de la mano.
Mientras, éstos avanzaban esto veían y por ello era que guardaban silencio para no distraer a sus cinco sentidos de lo que sus enamorados ojos veían con forme avanzaban en su caminata tomados de la mano.

"El pavimento liso y sin agujeros, en la carretera ninguna basura, todo era reluciente, los arboles eran unos enormes y frondosos que les proporcionaban a la pareja una sombra deliciosa, acompañada de una refrescante brisa que al hacer contacto contra sus rostros, les dejaba una deliciosa oleada de frescura. En la altura de los frondosos arboles, unos nidos de pájaros multicolores, con unos colores brillantes, pintados con la paleta divina del amor. Así era el plumaje de los pájaros, que con un hermoso trinar, musica celestial, se acercaban con una flor en el pico, de aromas enmielados y de colores vividos a pesar de haber sido cortadas, en las flores alguna abeja bebiendo su néctar, éstas eran colocadas entre los palitos y ramitas verdes, que iban conformando a los nidos de amor, en donde algunos ya terminados contenían a un huevecillo, mientras que otros ya con el pajarito bebe, tratando de emitir sus hermosas melodías y otros practicando a su vuelo, volviendo de inmediato a su nido pues solo eran vuelos de ensayo. 
El cielo, completamente azul, con nubes blancas formando figuras hermosas, ella asegura haber visto a un corazón traspasado por una flecha y él, logro visualizar a cupido apuntando a ese corazón, el sol en todo su esplendor, pero sin provocarles el mas minimo agotamiento, por el calor con que éste regaba a la ciudad. 
En eso, una lluvia se dejo caer de las nubes grises, las que en realidad eran; las que estaban en el cielo, pero la pareja quien seguía caminando por la calle tomados de la mano, veían caer del cielo a unos cristales que fragmentaban la luz emitiendo unos colores muy parecida a la del arco iris, al chocar contra ellos esos cristales se volvían en pétalos transparentes que en el cabello de ella se quedaban adornándole la cabeza (ésto lo veía él) mientras que ella veía en él, como los cristales se volvían en mariposas multicolores y alrededor de su cabeza revoloteaban como coronándole su cabeza. 
Despues de su paseo diario retornaban a su hogar y en él entraban aun tomados de la mano.

Éstas maravillas solo te pueden suceder cuando a tu lado llevas al ser amado... El amor, te hará ver, solo maravillas de la vida; lo malo y oscuro se desvían de tus ojos, como cuando usas los mejores anteojos ultravioletas o te colocas el mejor de los bloqueadores solares, para que los rayos del sol no te dañen la piel.

Con los ojos del amor, no ves lo que todos ven, pues el resto de la gente ve al mundo con su cerebro; mientras que los enamorados ven al mundo con los ojos del corazón

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