domingo, 30 de octubre de 2016

El eco de un dolor


Se escucha el eco de un dolor, alguien que llora la soledad que un recuerdo le llevó a su corazón. Lo hizo lamentarse, al verse sumergido en una enorme desolación. 
Vio su sombra y en ella se refleja su dolor, la gallardía que un día lo definió, de ella, nada queda hoy. 
A su vida le llega una extraña sensación, una completa desolación.  Y de nuevo se escucha el eco de un dolor. 
Nadie sabe de dónde llega, en dónde se origina, pero a sus almas las estremece y las hace llorar, al escuchar, como alguien le implora al Señor, que le borre tanta pena, que le extraiga de su mente cada recuerdo, para con ello, volver a la vida, volver a cantar, regrese a él la gallardía que su sombra hoy no puede reflejar.

Se oye el eco de un dolor, de un recuerdo que hoy sufre y a su vida en tinieblas hoy la tiene. 
Le suplica al Señor: quiero olvidar, quiero encontrar su perdón, quiero piedad para mi corazón, te lo imploro; ¡oh mi Señor!
Sácame de entre las tinieblas en las que vivo hoy, borra los recuerdos que me hacen hoy sufrir, vuélvelos un canto, devuélveme la vida, haz de mi vida una alegre canción, regrésame a la vida.

Es su sombra y da pena, de él sale el eco de un gran dolor, solo soledad habita en su corazón, recuerdos en su mente hay, que lo hacen gemir con dolor, sus heridas no han logrado sanar, es un corazón sin amor, desea olvidar y encontrar el perdón. 
Pide piedad para su alma y su corazón, implora el perdón y lograr escapar de entre las tinieblas, de entre las llamas, dejar de sufrir la soledad, su dolor. 
Asegura que al encontrar su perdón volverá a la vida, volverá a cantar, volverá a ser el gallardo que un día fue.

Es el eco de un dolor, el que las almas las deja sin control. les deja sin paz, es la sombra de lo que un día fue, en ella se ve, lo que de él quedó, porque ella no lo puede disimular.
El lugar donde ahora está, triste soledad, es la única compañía que tiene hoy. Junto a ellos se logra ver una extraña desolación.

Se preguntarán: ¿cómo fue a dar ahí? Almas en plena hoguera, que un día mataron lo más bello que hubo en su corazón, mataron a un gran amor y su castigo ahora es, ser el eco de un dolor, la sombra de una pena, alguien que suplica el perdón, pues su pecho arde entre fuego y cenizas. 

Y en otra dimensión, las almas que ahí esperan, mientras se decide su futuro, a ellas les llega el eco de un dolor, el lamento de una sombra, que un día gallardo fue. No saben de donde llega el eco de ese dolor, pero saben que está muy cerca de allí, eso les da mucho miedo, ¿lo perdonará el Señor? Triste soledad es la que sienten, los que momentáneamente ahora ahí viven. 

A su mentes les llegan los recuerdos, de que un día alguien les amó y que la sombra que ahora son, no supo corresponder, solo entregó maldad, hasta consigo mismo terminar. 
Pues el corazón que entregó su amor, no sufrió daño alguno, sí sufrió en el momento, pero el tiempo le devolvió la paz y con otro amor lo premió. 
Pero, a quien hoy, es solo eco de un dolor, una sombra es nada más suplicando al Señor otra oportunidad.

Pero esta nunca llegará, si a quien lastimó no lo perdona, eso del Señor escuchó. Las almas que lo escuchan, tambien escucharon al Señor. 
Ahora todas se lamentan, suplicando al ser que él le causó dolor, logre su perdón entregar, pero a la vez se preguntan: ¿cómo podrá ella saber, que con su perdón el eco de un dolor cesará y quien lo grita ahora a la vida podrá volver? Pues, esa es la condición que el Señor le entregó. 
Todas dicen: habrá que esperar, para que el perdón de quien lo amó le llegue. 

Mientras, ellas tambien emiten su dolor, pues conocen la solución, desean nunca llegar a ser el eco de un dolor, no llegar a ser la sombra de lo que aun no son, aunque consientes están, que traicionaron a quien los amó y les consuela pensar que el daño que hicieron no es tan grande, ni tan grave, ni tan cruel; como el que ahora eco de un dolor es, entre llamas y ceniza una sombra solo es.

Se oye el eco de mil dolores, todos gritan pidiendo perdón con antelación, pues en la antesala de donde llega el eco de la sombra están. Se les oye pedir tambien piedad para su corazón y sus almas, que ya sufren debido al lamento que hasta ellos llega y lloran por recordar que un día alguien tambien les amó. 

Todos piden perdón al Señor y Este les dice: ustedes aun no han sido juzgados, no imploren lo que aun no son, a su tiempo lo sabrán, pues hay cosas en su mente que ustedes no saben o que ya olvidaron, pero aquí todo se les recordará y su perdón o su maldición pronto tendrán.

Mientras, la sombra, el eco de un dolor, a la espera del perdón y de quien lo espera. Ella, viviendo la felicidad, viviendo en plenitud, simplemente porque entregó su corazón y lo hizo con amor, lo hace cada día y cada día ama más. De quien le hizo daño ni se acuerda, pero quiza un día lo hará. 

Debo decir continuará, pero no será así, por qué solo el Señor sabe lo que sucederá, aunque sabemos que no intervendrá; pues cada quien es libre de elegir que hace con su dolor, con su amor, con su historia, con su vida. En fin... 

Y en algún lugar, el eco de un dolor, la sombra de un gallardo que ahora está entre tinieblas, sigue gritando que se le perdone; consumiéndose entre llamas y cenizas, pero la consigna fue dada y nada se puede hacer. 

Por ello, los que ahora leen esto, piensen bien, cuando quieran hacer daño. Si desean terminar y alejarse del amor, sepan que depende de como lo hagan, para seguir en la vida con otro buen amor o simplemente: el eco de un dolor, por la eternidad serán.

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