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jueves, 25 de febrero de 2016
Papa
Hombre fuerte y duro en su trabajo
para ganarse el pan,
pero al llegar a casa cambia
por un hombre suave y dulce
como el mismo pan.
Cada noche me lleva y acobija en mi cama
luego de orar conmigo
besa mi frente y me duerme
con un bello cuento.
Él sueña con que llegue pronto el fin de semana
para poder jugar conmigo,
llevarme a comer y por la tarde
ver juntos una película de cartoons,
aburrida para él,
pues a él fascinan las de acción
y todo por estar conmigo.
Siempre dijo:
Que juntos éramos más fuertes,
yo pensé que se refería a él y a mi
pero al crecer lo comprendí
que hablaba de la unión familiar.
Como todo lo bueno
el tiempo pasa volando tambien
y cuando sentí
junto a él envejecí tambien,
recuerdo a mi madre siempre a su lado
muy unida y apegada a él;
sus ojos al igual que los míos
lo veían con admiración y respeto
y amor también.
Un día,
mi madre enfermó
él la vio muy bien y ella lo sabía
y sufrían a escondidas,
todo para que yo no sufriera
pero ya era un hombre mayor
y me di cuenta del dolor de los tres,
cada uno a su modo.
Mi madre murió una madrugada
mi papa sufrió su muerte
y con respeto a Dios pidió
que se lo llevará a él
y me devolviera a mi madre;
porque él sabía que era lo mejor para mi.
Despues de su muerte
él ya no fue igual,
no subía al segundo piso
pues sabía que ella no se encontraría ahí.
Se mantenía durmiendo en su hamaca
y en sus ojos, rojos por el dolor a flor de piel;
por más que hice no lo rescaté.
Un día,
él se me acercó y me dijo:
Hijo, orgulloso estoy de como has crecido
y hombre bueno ahora eres,
como lo soñamos tu madre y yo.
Gracias papi, también te quiero, le dije
pero el solamente me sonrió.
Me vio con sus ojos tristes y su cara tambien;
él me dijo: Hijo, debes de salir
a encontrarte con la vida, vivirla y gozarla,
tienes mucho por conocer...
tienes mucho por ver...
Encontrar a una mujer
que te de hijos tambien,
vete... Por mi no temas,
yo estaré bien solo.
Hoy día,
al ver a mis hijos y hacer con ellos
lo que mi papa hizo conmigo,
me doy cuenta,
de que todo era la pura verdad.
Y cada que estoy con ellos
disfruto y tambien sufro
al recordar sus sabias palabras:
Un día tus hijos crecerán
y te dejaran tambien.
Papa te amo y te recuerdo
con cariño y mucho más amor,
los esfuerzos que hiciste
por hacerme hombre de bien.
Y ciertamente
al ver a mis hijos te recuerdo hoy,
lo mismo, seguro me pasará a mi.
Educado fui muy bien
y tambien un niño y hombre por su papa amado,
cada noche que oró
vienen a mi mente tus cuentos y el beso en mi frente.
Como te extraño mi papa y tambien a mi mama.
Cómo olvidar el alimento y el zapato en mi pie,
eras un hombre duro para el trabajo
todo lo hacías tú muy bien
y hoy comprendo que era por mi, por mi madre.
Papa:
Hombre duro en la calle y en el trabajo también,
que al legar a casa, aun cansado
siempre tuvo tiempo para su familia.
Él se convertía,
como aquel héroe incógnito,
de hombre serio y duro
en el mejor de los panes,
ricos suaves y dulces.
Te extraño
y practico todo lo que con paciencia
un día me enseñaste, papa.
Y aunque no lo creas,
aun duermo pensando y recordando
los maravillosos cuentos
que seguramente te inventaste,
y me los contaste,
luego tú oración y del beso en la frente.
¡Papaaaaa!
Inspirado en la canción del mismo nombre: Papa de P. Anka
Por ello no tildé la palabra Papa.
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