Para mi todo estaba acabado, ya nada me daba calor y mucho menos,
luego de varios días de estar encerrado, decidí por fin, salir a las
calles de mi ciudad. Me puse la ropa que estaba a la mano y metí mis
manos en mis bolsillos y me abandone por las calles de la ciudad la cual
estaba completamente solitaria, hacia mucho frió, pues la bruma y la
cantidad de nubes grises no dejaban llegar a los rayos del sol hasta mi
ciudad. Camine por varias horas sin detenerme y sin tener un destino a donde
ir, solo quería caminar y caminar. Con mi cuerpo encorvado, mis manos en
mi pantalon, mi vista observando a mis tenis rotos. Mis pensamientos
seguían torturándome, haciéndome la misma pregunta _¿Porqué?...
-¡Que
estúpido fuí! Y cuando por casualidad pasaba por uno de esos lugares que
antes frecuente, las fotografías aparecían en mi mente haciéndome mas
desagraciado, sacudía mi cabeza como así queriendo sacarlas de mi mente, pero eso era imposible, luego de estar parado en ese lugar continuaba mi
camino hasta llegar a otra estación en mi viacrusis; al llegar a ese
lugar, lo mismo, otra fotografía me atormentaba yo me preguntaba _¿Cómo era
posible que siendo la ciudad tan grande siempre llegaba a esos lugares? _Esos a los cuales quería olvidar. Luego me dije. _Déjame en paz
subconsciente cabrón. Pero nada, todo seguía igual y seguía mi caminar tal
cual un zombie, lo extraño era que seguía la oscuridad y la ausencia de
personas, la ciudad seguía solitaria. Ya entrada la tarde, pero aun de día, me encontré con otro ente igual a mi, si esa persona venia igual que yo, con su cuerpo encorvado, su vista perdida al suelo y sus manos metidas en
su pantalon. Me pregunte _¿Y, esto que es? _¿Qué esta pasando?
Al fin, esa
persona se topa contra mi persona y luego de disculparse y de seguir nuestro camino, ambos levantamos la vista y ésto paso:
-¡Hola! Le dije muy emocionado.
-¡Hola! Me respondió, pero con un tono diferente en su vos.
-¡Quiero pedirte, que por favor me perdones!... ¡Fui un estúpido!
-¡Esta bien ¡Te perdono!... ¡Ya no aguanto a seguir con este dolor!
En
ese momento, la bruma desapareció y las nubes que cubrían al sol se movieron un
poquito, permitiendo que un rayo de luz nos diera a los dos, como si se
tratara de un reflector de teatro, ese que en medio de la oscuridad
alumbra al personaje central. Luego de seguir, con mis disculpas y de
jurarnos nuevamente amor eterno, me acerque a ella hasta que nuestras
narices se encontraron, luego de una tímida sonrisa, nuestros labios
se hicieron una caricia. En ese momento, otro milagro... Los cielos se
abrieron aun mas, quedando ambos como si tuviéramos una aura de luz a
nuestro alrededor, la verdad, era que asi nos sentíamos. Luego de esa
simple caricia de nuestros labios, nos besamos apasionadamente. La
musica llego de golpe a mis oídos, era una melodía celestial, la que mi corazón
escuchaba; una sinfonía nueva, la curiosidad me gano y abrí mis ojos, los
de ella continuaban bien cerrados. Pero algo mas bello pasaba a nuestro alrededor, si la bruma había desaparecido en su totalidad y los nubarrones
negros, huían asustados, pues el amor habia regresado a mi ciudad y
entonces; todo retomaba sus colores, solo que esta vez tenían un brillo
especial y, en las calles empezaron a aparecer; niños jugando, señores en
bicicleta, señoras con el mandado en sus manos vecinas platicando, a los
arboles retornaban las aves, todo habia cobrado vida y colorido y los
sonidos eran estupendos, hasta nosotros vestíamos el traje del amor
nuevamente, ella me habia perdonado y estábamos nuevamente juntos. Luego
de ese deliciosos beso, nos vimos a los ojos, sonreímos, nos tomamos de las
manos y juntos recorrimos a la que hace unos minutos era una ciudad
solitaria.
Entre todo ese mar de gentes, nos perdimos tomados de nuestra
mano, simplemente riendo y escuchando a esa música hermosa que nace de un corazón enamorado.
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