_¡Levántate y arregla tu cuarto! _¡Pero a que huele aquí! _¡Saca
esos calcetines tiesos! _¡Agww!
_¡Ya voy ma! _¡Que exagerada eres!
_¡Mañana te prometo que arreglare el cuarto!
La madre salio del cuarto hasta con
nauseas. Mientras, el joven sigue aún desparramado sobre las sabanas,
pues en su vientre bajo siente una serie de cosquillas. Luego de una
media hora mas tarde a la visita de su madre; se levanto, se quito la pijama y
con el calzoncillo roto y amarillento se dirigió al baño,
mientras caminaba rumbo al baño a su trasero rascaba. Entro en el
baño y orina por casi tres minutos un gran chorro de orina, la cual se escucha
en toda la casa. Ya metido en el baño y bajo la regadera, abrió la llave de y
se colocó bajo la ducha a recibir el agua tibia, paso ahí metido por una
media hora, hasta que por fin tomo el jabón y se lo paso en lugares
estratégicos: el sobaco, el trasero y sus bolas, luego de
estar jugueteando esa parte con el jabón, éste se le resbalo y ahí
tirado lo dejo. Tomo el shampoo y a sus manos embadurno, luego de
colocarlo en su cabellera, otro poco tomo, porque la primera aplicación ni
espuma le hizo, en la segunda aplicación, lo movió suavemente entre
sus cabellos por varios minutos, hasta que una gran espuma formo en su cabeza,
todo ésto sin abandonar a la rica agua tibia, pues desde hace media hora
que a la ducha encendió y nunca la apago, después de
enjuagar el shampoo, coloco el bote en el piso y al acondicionador
tomo, luego de aplicárselo se dejo la espuma en su cabeza y por
un rato con sus partes intimas jugo; luego se enjuago el acondicionador,
cerro la llave de la regadera y de ella salio con la toalla rodeando a su
cintura, se dirigió frente al espejo, tomo el rastrillo de su
papá y a los únicos tres pelos, que él llama barba rasuro. Luego de ello,
observó que un nuevo amigo le adornaba su linda cara adolescente.
_¡A la mierda otro horrible barro!
Se aplico la loción de su padre, aunque
hizo una expresión de ardor por los tres pelos antes
sacrificados, ningún dolor le causo. Luego se vació
la loción por todo su cuerpo; que si alguien hubiera
entrado en ese momento, de una mascarilla habría necesitado.
Tomo a la secadora de pelo y del mueble
saco una revista, la abrió en la pagina que ya tenia separada
y empezó a darle a la secadora y al cepillo, ésto duró casi una hora,
pues el objetivo era quedar lo mas idéntico al artista de la
revista, que según él, son idénticos.
Su cabellera es tan sagrada que nadie
puede tocarla una vez, según él, quedo igual al de la revista.
Se dirigió a su recamara y abrió el closet, el cual esta
completamente lleno de ropa nueva, pero él, comienza a tirar toda la ropa por
el aire, hasta casi vaciar el closet, para ponerse nuevamente la playera que su
madre acaba de entrar y él se pone todos los días; ademas, se coloca unos
viejos jeans, rotos, los que en sus mangas dejan ver unas costuras echas a
mano, que él mismo coció para dejarlos lo mas apretado posible.
Vuelve a pararse enfrente del espejo y observa si su cabellera sigue
intacta o si ya algún pelo se le movió, pero eso es
imposible, pues si ha esa frondosa cabellera llegara una
mosca, quedaría pegada y ahí moriría, por tanto gel fijador
que se ha aplicado para darle forma a su cabello. Luego, aún parado frente al
espejo, hace las muecas que su artista preferido; el que de la revista hace
naturalmente, él quiere imitarle... La mueca de la sonrisa, el ritmo del
caminar, la manera de pararse, los pasos de baile... En fin, todo un papel
carbón del artista.
Por fin, sale de su cuarto y baja al
comedor, ahí se encuentran sus hermanos y padres desayunando, se sienta pero
antes molesta a sus hermanos menores y no se detiene hasta hacer un caos en la
mesa, el padre sigue leyendo el periódico y le toca a su madre ponerlo en
cintura, se le ocurre tirarle un trapo para hacerlo volver a la cordura, pero
éste se enoja, se levanta y sale de su casa asotano a la puerta.
Mientras se dirige a la puerta va gritando que en esa casa nadie
lo quiere, que nadie lo entiende, que todos están en contra de él, que
solo sus amigos lo entienden y lo quieren.
Al estar en la calle, se encuentra con su
vecino y amigo y a pesar de que es temprano, sacan un cigarrillo para fumarlo
en la esquina, exhibiéndose, para que todo el vecindario vean lo machos
que son. Ahí, pasan toda la mañana, solo regresan a su casa a almorzar y
luego sin lavarse los dientes salen de nuevo, al mismo lugar a fumar otro
cigarrillo. Se la pasan piropeando a las chicas que por allí deambulan
y a darse de golpes entre ellos; parecen un par de gallitos con
sus inmóviles copetes en su abundante cabellera, la cual hasta ese
momento sigue inmóvil. Así, transcurre el día, al anochecer
regresa a sus casa a cenar y luego de hacerlo se lava sus
dientes, se retocan la cabellera aplicándose otro poco de gel,
se inundan de loción todos los rincones del cuerpo y sale a la calle
de nuevo, esta ves se dirige a la casa de su novia adolescente, quien lleva
horas arreglándose echa un manojo de nervios, para impactarlo cuando
éste llegue a su casa. Mientras, camina hacia la casa de la señorita
afortunada, se fuma otro cigarrillo.
Ya frente a la casa de la jovencita, la
llama por su celular para indicarle que ya llego; ella lo invita a que toque a
la puerta, para que cuando éste lo haga, ella bajara como loca de sus
habitación, lo vera por la mirilla de la puerta y luego de hacerlo esperar un
poco, éste aprovecha para acomodarse el cabello, soplar la palma de su mano
para inspeccionar si le ruge el aliento, se rasca ahí abajo.
Entonces, ella le abre la puerta y éste la
ve con cara de extrañeza, al darse cuenta que su adorada novia, lo recibe
con una parte de su cabellera lisa y la otra ondulada, que un ojo lleva una
pestaña larga y postiza y, el otro al natural, que sus uñas son un desastre;
pero a él no le importa.
Entonces, ella lo jala hacia adentro de su
casa, lo abraza y al oído le susurra:
_¡Tu eres lo que yo mas quiero!...
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