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miércoles, 9 de marzo de 2016
Ave Fénix, eso quiero ser
Siempre quise estar en todas partes,
en lugares que nadie alcance.
Quise ser una ave libre
que jamás pudo atraparse.
Yo quiero ser hombre libre
y aparecer en todas partes,
lugares en donde pueda abrazarte,
sin compromiso poder amarte,
que no me sientes nunca de tu propiedad
y poder largarme cuando se me antoje.
Me verás con tristeza desaparecer de tu vida,
pero jamás podrás olvidarme
pues siempre viviré en tu mente,
en tus recuerdos.
Ser como aquella ave que vuela alto,
que solo se aprecia y se le admiran
los bellos colores de su plumaje.
Yo, siempre eso quise ser,
sin pensar que nadie
nunca pueda atraparme,
verme recorrer cualquier lugar
y descansar en otro regazo.
Tomar de ti, lo que se me plazca.
Ser lujurioso amante
y luego que tu descansas,
yo elevo mi vuelo
a lugares que solo podrás ver
y me desearás.
Pero solo podrás recordar.
Eso siempre quise ser.
Desde las alturas,
poder ver a mi próxima victima,
caer en picada y tomarte por sorpresa,
meterte entre mis brazos,
poder amarte y una vez saciarte
y extasiarte, elevarme.
Y que desde el cansancio
me logres ver, volar libre,
como aquellas aves,
que jamás podrán atraparse.
Me llevarán en su corazones,
en sus mentes y nunca me olvidaran.
Pero un día,
desde la altura yo te vi,
y me dije,
otra para disfrutar entre mis brazos,
y en picada caí de las alturas
y entre mis brazos
te cobijé y después te amé.
Pero al querer levantar el vuelo,
algo me lo impidió,
una de esa pesadas bolas
y cadenas con grilletes
atadas en mis garras.
Yo me volteé y con mis ojos tristes
a los tuyos vi, y te vi sonreír.
Esa sonrisa que hipnotiza,
me asuste y me apresuré por elevarme,
pero con aquel peso me fue imposible.
Mientras yo luchaba,
tú seguías con esa sonrisa,
sentí que mi cuerpo se desvaneció.
Me sucedió, me enamoré.
Como un día lo pensé;
no se si alguna vez alguien me atrapará,
así sucedió y debo confesar que me gustó.
Y ahora el azul del cielo
solo es grato recuerdo,
pero entre tus brazos soy ave feliz.
Soy Ave Fénix.
Ave Fénix me llamarás,
pues, cuando creíste haberme atrapado,
de mis cenizas renací.
Y una tarde, con el viento del sur
logre largarme
muy lejos de te vi.
Tú, me seguías
con esa sonrisa entre tus labios.
Me dije: Su bella sonrisa o mi libertad?
y decidí ser,
aquella ave que vuela alto,
de la que solo puedes admirar
sus bellos colores en su plumaje...
PERO ATRAPARME; ¡ESO JAMÁS!
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