martes, 7 de febrero de 2017

Ya no estás


Lagrimas en mi almohada, escucho aun tu voz, siento tus caricias, enciendes mi piel y ya no estás.
Susurras a mi oído, comezón en mi sexo, mis labios tienen sed y ya no estás.
Soledad en mi cama, silencios de un silencio, ausencia de quejidos de un placer y ya no estás. 
Una habitación, que ahora es mi prisión, condenada a una soledad estoy, larga condena y ya no estás.
Deberías estar amándome, pero ya no estás, te has alejado, me has desterrado hacia la soledad y no estás.

Sueños húmedos son lo único que me queda, en ellos aun estás amándome, solo son recuerdos remanentes de una mente. Pero la realidad es que ya no estás.
Sueños soñados y robados a una mente enamorada, despertar es mi pesadilla, pues ya no estás. 
Deberías estar amándome, pero ya no estás, esto seguro es amor, pero sin ti, te has ido, me desterraste a la soledad y la oscuridad, encerrada en una habitación que guarda aun tu olor.

Es de día, otra noche soñando contigo mi amor, dormir es mejor, dormir es vivir, porque despertar es un horror, es como estar en una pesadilla de la cual despiertas, pero sigues en ella y de nuevo despiertas, pero sigues ahí, sufriendo el que ya no estés.
Me levanto sin deseos de hacerlo no quiero dejar de soñar, pero la vida continúa y la debo de enfrentar aunque ya no estés.

Esto debería de ser amor, pero para ti sigue siendo un error, me invitan a salir pero debo regresar a mi prisión, condena que debo terminar sin ti, pues ya no estás.
Lágrimas en mi almohada, susurro en mis oídos, recuerdos en mi piel, aromas de tu olor, quejidos que son eco entre estas paredes que son mi prisión, mi larga condena, ausencia de amor. Ya no estás.



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