jueves, 22 de marzo de 2018

La niñera de mi primo


Eran las ocho de la noche y por la ventana del autobús todo era negro, mi rostro se refleja en el cristal, se nota que voy cansado, han sido cuatro horas de viaje y la tarde fue calurosa, el bus va lleno a reventar, el ayudante se pasó y sobre pasó lo permitido en la unidad, por el tiempo que llevo acá sentado creo que estamos por llegar. En cosa de media hora más escuché cuando el ayudante gritó el nombre del pueblo hacia donde me dirigía con mi hermana, eran nuestras vacaciones y siempre viajábamos para el que fue el hogar de mi madre y ahí nos esperaba mi abuelita. Al escuchar al ayudante que gritó el nombre ansiado por nosotros en escuchar, se escucharon los frenos de aire y el bus se detuvo, el ayudante nos pregunta.

_Traen equipaje para sacarlo.
_No solo lo que llevamos acá, gracias. Dijo mi hermana.

Nos bajamos del autobús y este siguió su viaje, quizá otra hora más para llegar a la terminal, pero eso ya carecía de importancia, pues nosotros habíamos llegado a nuestro destino, tomamos nuestras maletas y caminamos con rumbo hacia la casa de nuestra amada abuelita, quien nos esperaba con el reloj en mano, pues realmente este viaje si que fue tardado.

_Hola. Dijimos al entrar a la casa.
_Bendito mi Dios, ya están aquí. Dijo mi viejita muy feliz.

Corrió y nos abrazó y con el abrazo nos llenó de besos, por detrás de ella tíos y primos, quienes también esperaban por nosotros, mientras saludábamos a la familia, la abuelita decía.

_¿Y qué pasó que se tardaron tanto?
_Lo mismo venimos preguntando nosotros, este viaje fue cansado.
_Deben venir con hambre. Margoth prepara la cena para mis hijos.

Mi tía obedeció a su madre y se dirigió con rumbo hacia la cocina, encendió el fuego atizando los carbones o trozos de maderas que aún humeaban y este al mínimo de aire ardió de nuevo, yo traía hambre que me comería una de las vacas que ya pernoctaban en los corrales.

_Vamos al comedor mientras la Margoth calienta la comida, las maletas que las guarden los muchachos.

Dijo mi abuelita dirigiéndose a nuestros emocionados primos, mientras nos dirigimos hacia la cocina en una esquina mis ojos se toparon con un ángel, se trataba de una niña como de unos trece años, yo tendría quince, ella me veía con curiosidad, mi manera de caminar, de vestir, de hablar, todo un capitalino, esto era novedad para los que pertenecían a un pueblo, ella al percatarse de que mis ojos la veían ella bajó tímidamente su cabeza y se concentró en el bebe que dormía entre sus brazos. Ella era Ericka la niñera de mi primito de meses de nacido; mi hermana al pasar al lado de ella y el bebe , se detuvo para hacerle un cariñito al niño, yo deseaba hacerle un cariñito al ángel que cuidaba al culicagado de mi primo.

_Ella es Ericka y cuida al niño. Dijo mi abuelita.
_Mi´ja ve a prepararte, tu papá no tarda en venir por ti.

Dijo mi abuelita a Ericka, mientras mi hermana cargaba al culicagado, yo no podía quitar mis ojos de tan hermosa criatura, ella creo que me sonrió muy tímida cuando pasó al lado mío, mi corazón se fue tras ella y creo que ella lo supo.

_Ya está servido. Grito mi tía desde el comedor.
_Ya está servido vayan a comer. Dijo mi abuelita.

Yo aproveché el momento y dije.

_Solo me lavo las manos abuelita.
_Vaya mi´jo.

Me dirigí hacia la pila a paso apresurado para dar alcance a Ericka y si logré dar alcance a mi ángel, pero lamentablemente el padre la esperaba ya en la puerta, ella volteo y con linda sonrisa dijo.

_Hasta mañana.
_Adiós. Dije apesarado pero al tiempo feliz de saber que mañana estaría aquí.

Me lave las manos y mientras me secaba me observé en el espejo y en él vi un especial brillo en mis ojos, aproveché para darme un taco de ojo y ver como ella me vio, yo complacido con lo que vio, regresé al comedor con más hambre que antes. Esa noche se nos hizo larga hablando de cosas del pueblo y cosas de nuestra casa y la familia en la ciudad, como quien dice nos pusimos al día, pero en mi mente el hermoso rostro de Ericka.

_Por qué tan callado mi´jo.

Dijo mi abuelita y cuando iba a responder mi tía Margoth dijo.

_Debe estar cansado por el viaje, venga hijo lo acompaño a su cuarto.

Y así lo hice, como siempre mi cuarto lo compartía con mi primo Willy, con mi hermano no había secretos y de una le lancé la pregunta de la noche.

_Linda la chica ¿no?
_Ya sabía que eso dirías, jejeje.
_Pero ¿es o no linda?
_Si lo es, yo ya hice mi intento pero nada, creo que aún esta muy niña para estas cosa del amor, así que no te hagas esperanzas.
_Esta bien, pero tengo que hacerlo, no me puedo quedar con esa duda solo porque tú no pudiste.
_Si quieres que te deje con un palmo como yo, es tu problema, mejor vamos mañana pueblo arriba, han llegado también unas amigas de colegio de la prima Mandy.
_Me parece bien, pero eso no me hará dejar de intentar con Ericka, ¿así se llama verdad?
_Sí, así se llama.

Dijo mi primo ya algo cansado de mi insistencia y nos acostamos y hablamos y hablamos hasta que nos quedamos dormidos. Cuando vine a sentir los gallos cantaron y en la enorme casa se empezaron a escuchar indicios de vida, a pesar de que aún estaba oscuro, fue un lapso corto y de nuevo quedé profundo, de esto pasó mucho tiempo para cuando me desperté de nuevo, ya por las tejas los rayos de sol alumbraban el lugar, el cual aún tenía las ventanas cerradas para que yo descansara bien, mi primo ya estaba levantado haciendo las tareas que se le recomendaron un día antes, con mucha hueva bostecé y estiré mi cuerpo levantando mis brazos, otro que apuntaba hacia arriba era mi amiguin, como todas las mañanas, jejejeje; estuve en el cuarto hasta que este se fue calmando no iba a salir con una erección, bueno una vez todo en su lugar y tamaño me levanté y salí del cuarto.

_Buenos día abuelita.

Le dije y le besé la frene, hice lo mismo con el resto de tíos y tías, ya se sentía el calor típico del lugar.

_¿Quiere desayunar hijo?

Dijo mi tía y caminamos hacia la cocina, me senté, esperé a que mi tía me sirviera el desayuno, mientras lo hacía mi vista buscaba con ansiedad a Ericka, me preguntaba ya vendría a cuidar al culicagado, pero no la veía en todo aquello, la verdad la casa era enorme y podría estar en cualquier lugar.

_¿Qué busca mi´jo?

Me preguntó mi tía con una mirada que me indicaba que me había descubierto, yo casi tartamudeando respondí.

_Eh, no, nada tía. Bueno sí a Willy.
_¿A Willy, no? él anda haciendo un mandado, lo espero para que lo acompañara pero como se le pegaron las sábanas se fue, pero no tarda en regresar. ¿Ya le contó Willy que llegaron unas compañeras de Mandy de la capital?, dicen que son unas lindas niñas.
_Sí, algo me comentó; voy a estar pendiente a que Mandy las lleve a bañarse al río.
_Ah cuando no el mañoso, jajajaja. Coma hijo si quiere más, nomas me pide.
_Gracias tía, esto se ve rico.
_Buen provecho pues.

Yo comí en solitario, mi hermana ya se encontraba saludando al resto de la familia en sus respectivas casas diseminadas en el pueblo, estaba ido, con la mente en blanco cuando...

_Buenos días y buen provecho.

Escuché una vocesita, era una tierna y angelical, una dulce voz, la que me trajo de golpe a la realidad, pues no estaba en ningún lado.

_Hola, gracias.

Ella me vio de nuevo con esa mirada tierna y tímida cargando al culicagado de mi primo de meses, yo la vi también y le sonreí, ella me devolvió la sonrisa y a pesar de ser de pueblo el que estaba asustado era yo, ella me dice.

_¿Sergio verdad, ese es su nombre?
_Sí, así es, ¿y el tuyo es Ericka creo?
_Sí así es. Mucho gusto.
_Para mí también.

Dije y quedamos callados, ella fue la que luego hablo y dijo.

_Creo que se hizo popo, iré a cambiarlo.
_Bueno.

Dije, molesto y en mi mente dije: -Culicagado de mierda.

Ella se fue al cuarto a cambiar al baboso de mi primo, yo terminé de comer y estaba feliz, pues ya el hielo se había derretido entre Ericka y yo, ahora todo sería más sencillo, ella y yo ya éramos amigos, mis ojos seguían brillantes y con una luz que rara vez se ve en alguien, sería que me estaba enamorando de esa chica, no era algo imposible pues ella era lo más lindo que había visto en mucho tiempo, la pregunta sin respuesta era si ella veía lo mismo en mí, eso lo sabría más adelante cuando intentara lo que ya Willy y quien sabe cuantos lo habían intentado, besar su boca, ser su novio, su primer novio tal vez.

Ese día pasó sin pena ni gloria, Willy regresó de su mandado y una vez en casa nos cambiamos y salimos a las calles del pequeño pueblo a saludar a la familia y a visitar a mis lindas primas (pero esta es otra historia). Por fin llegó la noche, esta era deliciosa pues el pueblo se refrescaba y el odioso calor y sudor desaparecía, antes de salir por la noche todos nos dábamos un baño, el agua era fría, por supuesto que nadie protestaba cuando yo calentaba un poco de agua para matarle el hielo, pues no sé como podían bañarse con aquella agua tan fría, parecía que era salida del freezer, ya bañado nos vestíamos con nuestras mejores ropas para impresionar a las chicas que también llegaron por las vacaciones a la casa de mi prima, los chicos del pueblo andaban alborotados, no así las chicas estaban un tanto decepcionadas y enojadas pues les llegó competencia, jajaja, yo por mi cuenta y estrategia me tarde mucho en bañarme y cambiarme, lo que si no era estrategia era el peinar mi cabellera hasta quedar complacido y domado lo que no se dejaba domar y es que para esa fecha yo quería que mi peinado quedara igual al protagonista de la telenovela de moda y esto era una cosa casi imposible, así que se hacía lo que se podía para quedar satisfecho en lo que el cabello se domaba.

_Sergio ya te tardaste mucho, mejor llegas al parque, sino me quedo sin nada y eso te va a pasar si no te pones las pilas.

Dijo mi primo mientras se alejaba con rumbo al parque, yo me asomé por la puerta y la casona cuasi vacía, solo se escuchaba el sonido del televisor y enfrente a él mi abuelita y unas tías viendo su novela, ni las moscas en su cara les separaban la vista del emocionante episodio, salí de puntitas para no hacer ruido en busca de Ericka, me preguntaba si ya se habría ido pues, el culicagado ya estaba dormido, mientras yo buscaba con ansiedad.

_¿Busca algo? 

Escuché con esa linda voz, sí era ella, de donde salió quien sabe y no importaba.

_Eh, ejem, sí no sabes en donde guardan mis primas sus foto novelas, es que quiero...
_Sí sé, están en aquel cuarto de allá.

Menos mal que me interrumpió pues no sabía que decir, el cuarto que me señaló era el más alejado y oscuro, el lugar era el idóneo para intentar robarle un beso y por eso yo me moría.

_¿Cuál, aquel?
_Sí, aquel, ¿quiere qué vaya por algunas?
_Pues, si no es molestia, ¿podrías?
_No para nada, no es molestia, espere aquí ahora regreso.
_Gracias, ¿no quieres qué te acompañe, esta muy oscuro por allá? Dije.
_No es necesario, pero si quiere puede venir.

Dijo con esa inocencia que hasta me dio miedo de hacerle daño, pero era tan linda, y yo que ya estaba enamorado de ella, la seguí, mi corazón estaba que se me salía, todo iba a la perfección, condenado tienes una suerte, me dije. Llegamos al cuarto y ella dijo.

_Acá hay una vela la voy a encender.

Yo me dije. - Suertudo y a la luz de una vela.

_Aquí están, ¿quiere elegir una?

Dijo sentándose en un camastrón, el cual yo ignoraba que era el camastrón de Tino (esta también será otra historia), se sentó sin malicia, con la inocencia en ella, yo me acomodé a su lado y lentamente me fui acercando a ella y como película gringa, bostecé y mis brazos los estiré, cuando estos regresaron uno de ellos quedo sobre los hombros de ella y esta no dijo nada, solo sentí que empezó a temblar y con ella yo, entonces la abracé y ella seguía disimulando viendo las revistas, entonces con mi otra mano, le tomé la barbilla y con mucho tacto y dulzura le giré su linda cara la cual quedó enfrente a la mía, mi corazón me latía a un ritmo que cuasi moría, ella quedó muda y sus ojos brillaron en la oscuridad, luego me sonrió como entregándome el permiso para probar sus labios, unos que quizás iban a besar por primera vez, no era mi caso, me fui acercando muy lentamente para no asustarla y ella esperaba con las mismas ganas que yo, puedo jurar que su corazoncito también se agitaba como queriendo salir de entre sus aun en crecimiento senos, los cuales ya eran unas lindas joyas, no los toqué pues no era correcto, esa chica se merecía ser un caballero, yo solo deseaba besar sus labios y ella seguro los míos. Me fui acercando y  ya sentía el olor de su aliento, estábamos a un milímetro de concretar lo por mí y también por ella deseado desde ayer que nos conocimos, cuando mis músculos me permitieron seguir adelante y mi sentido del gusto se preparaba para saborear esa deliciosa boca.

_¿Aquí estas no?

Vaya susto, ella brincó y se separó de mí y de una cogió las revistas para disimular, yo también hice mi movida de desentendido; era Tino, quien entraba a su cuarto, no para dormir sino para joder y salvaguardar la virginidad de Ericka, pues a pesar de que se quedaba por momentos dormido de pie, el condenado cuando nosotros veíamos que se dormía hacíamos el intento de consumar nuestro ansiado beso, pero en el preciso momento, este empezaba a hablar.

_¿Y qué hacen aquí en mi cuarto? Y quedaba privado otra vez.

Nosotros lo intentábamos de nuevo y este... 

_Ya no tarda en venir tu papá Ericka deberías de... Y se dormía otra vez.

Ahí íbamos de nuevo otra vez y...

_Se va a enojar tu papá por no encontrar... Y a roncar el condenado.

Yo dije, me vale madre este atarantado de Tino yo la beso y qué, al fin de cuentas ella esta dispuesta así que voy por esa deliciosa boca; y...

_Aquí estas Ericka ya tu papá esta preocupado que no aparecías, mandamos a Tino a buscarte. Hace ratos que vinieron por ti. Vamos te llevo con tu papá para que no te regañe, ya veré que le digo, contigo hablo luego -me dijo mi tía muy molesta y remató diciendo- Y vos Tino acostate y te dormís, no en balde te dicen Perica.

Esa noche terminó así, mi tía no me dijo nada, yo decepcionado me fui a acostar sacándole la madre al Perica Choca, por lo imprudente que fue, me acosté imaginando lo que pudo ser y no fue, con la esperanza de que mañana si sería.

A la mañana siguiente, lo mismo, me desperté tarde, ya todos en sus quehaceres y yo con mis brazos en alto desesperanzarme y estirándome y mi amiguin en las mismas que yo. Salí a saludar de beso a mi abuelita y desde la cocina mi tía Margoth me gritó.

_Sergio ya esta su desayuno.  

Se notaba algo molesta, pero no dijo nada, nadie habló del tema.

_¿Tía quién es esa señora?
_Ah, esa señora es la nueva niñera de su primo, el Tino contó lo de anoche y el papá de Ericka la regañó y se la llevó, o sea, que olvídese de la niña y hoy por la noche llévese a esa señora al cuarto de Tino. El Fiiiiiiiiinnnn ¡Maldición!!! Bueno aún quedaban las chicas del colegio compañeras de mi prima, pero esta es otra historia.



Tomado del libro: "Historias de un Adolescente Tímido 3" por Sergio Raga.


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