jueves, 23 de noviembre de 2017

I love the night life


Llegó el sábado por la noche y mi corazón se me sale del corazón, es tanta la emoción que no me puedo esperar, aun lo recuerdo cuando cumplí mis dieciséis y mi primera cita fue un sábado por la noche, esa noche recibí mi primer beso, será por eso que me tiemblan las piernas por tan lindo recuerdos, esa noche fue tan interesante y excitante, hasta esa noche yo solo veía las noches de viernes por la noche desde mi balcón; veía pasar a las parejas muy bien vestidas y con la emoción a flor de piel, yo sostenía mi carita de niña con mis manos y me ilusionaba con que un día esa noche también sería para mí, del cielo me llegaban las más lindas melodías, al menos eso yo creía, pues las canciones las escuchaba desde mi walkman Sony que me regaló mi padre y en el cielo, una estrella fugaz, yo me subía en ella y viajaba por toda la ciudad a gran velocidad. Mis padres me decían desde su recamara. 

_¡Apaga la luz es tarde ya!

Yo la apagaba y luego regresaba a mi balcón, la luna que me miraba más brillaba y también bailaba, los chicos que por debajo de mi balcón pasaban con rumbo a quien sabe dónde, me enviaban besos voladores, esos que colocas sobre tus manos y luego los soplas yo los sentía cuando a mi boca llegaban, pero estos solo si quien me los envió me gustó de lo contrario los recibía pero unos en la mejía, otros en las manos, cuántos guarde, que hoy sería millonaria; así pasaban las noches de los viernes. 
Mis padres roncaban y sus ronquidos eran fuertes, tan fuertes que a pesar de lo alto del volumen los escuchaba. Pasaban las horas y yo soñaba con ser la pareja de John Travolta, eso me imaginaba.

Ahora que lo recuerdo, me coloqué los zapatos altos de mi mamá, una gabardina larga de mi tía, me amarré la cabellera para parecer una señora, me maquillé pero creo que se me pasó la mano y es que jamás antes lo hice, solo porque lo observé de mi madre y de mi hermana la mayor y salimos a escondidas con unas amigas del cole con rumbo a la luneta del cine, pues en aquella época había también galería, pero jamás estuve en ella, pagamos nuestros boletos, estos por medio de un parroquiano que nos hizo el favor; ya con nuestras entradas en mano entramos en el lobby y luego de una ahondada respiración para tomar valor caminamos como si éramos sirenas, claro, si estas tuvieran piernas y pies, mejor lo corrijo y digo que caminamos como lo hacían nuestras lindas Barbies, las de nuestras tardes jugando a las muñecas con las mismas amigas las de ahora en el cine, una vez paradas frente a quien recibe los boletos este nos vio de pies a cabeza y dijo con sonrisa en labios. 

_Ustedes no tienen la edad para ingresar, ¿cómo consiguieron qué les vendieran las entradas, vengan acompáñenme para que les devuelvan su dinero. 

Esto nos dijo el acomodador y receptor, pero yo le hice una carita de ángel la misma del Gato con Botas, este me vio y con tierna voz me dijo.

_Es que no las puedo dejar entrar, si las descubren me costará mi empleo.

Y a mí, poco me importó y  más endulce mis ojitos, este luego de ver para todos los lados murmurando dijo. 

_Siganme pero en silencio.

Y por detrás de él caminamos, una vez la sala a oscuras nos acomodó en un lejano lugar y nos advirtió que deberíamos salir al intermedio, antes de que se encendieran las luces y eso hicimos, desde ese momento quede enamorada por primera vez de una estrella de cine y en mi cuarto practicaba cada paso esperando que un día no muy lejano me llegara la edad para asistir a mi primera noche de discoteca. 
Hoy lo recuerdo, cuando soñaba recostada sobre la baranda de mi balcón, a veces me quedé dormida esperando ver regresar a las parejas que hace un buen rato pasaron por ahí, cuando iban pasaron separados a una distancia prudente pero cuando regresaban, ellos venían abrazados y besándose y mi corazón se ponía inquieto, justo como lo tengo ahora. 

Será por eso qué me gustan tantos estas noches de sábado y hoy ya que tengo edad y que vivo sola aquí en mi depa, duchándome y esperando salir del baño para cambiarme para ir a la disco, siento la misma emoción que hace unos años, me encuentro encuerada y bailando, me he resbalado pero solo fue un susto, se imaginan si me rompo un brazo o una pierna eso sería una maldición, ahora me coloco mi diminuta prenda intima, que excitación y no lo digo por lo que pueda pasar es solo emoción natural,  no me colocaré el sostén, esta noche quiero libertad, la minifalda me sienta bien, levanto mis nalgas y acomodo a mis lindas y no tan grandes pero si llamativas bubis, mi cintura sigue intacta y sin cirugía, me pintaré como la estrella de moda, un poco de rubor y labial, mis pestañas ya están alargadas, ahora mis zapatillas doradas y adoradas. 

_¡Ya voy! 

Sonó el timbre, deben ser ellas, sí mis amigas las del cine, alocadas se que estarán y emocionadas también como lo estoy yo.

_¡Ya voy chicas! 

Se escucha el cerrojo y ellas como locas gritan.

_¡Te ves sensacional, eres linda, siempre lo has sido!

Yo les modelo mi modelo y les hago un puchero y mi ya estudiada mirada del Gato con Botas la que me abre todas las puertas, este se quedó en el olvido, ahora él no causa ninguna emoción pero yo soy la sensación, siempre consigo el trago de cortesía. 

_¿Nos vamos amigas? 

Y salimos a la calle, caminamos por la acera, esta tiembla a cada paso y es que los tacones son de aguja y muy altos, nuestras piernas estiladas se ven  también bronceadas, me fascinan estas noches que me desestresan, mis amigas también son lindas y seguro todas encontraremos a un chico para pasarla bien. 

Hemos caminado varias cuadras y la disco esta a otras cuantas, hasta aquí escucho la música, esto hace palpitar a mi corazón y otras cosas que solo te podrás imaginar. 

_¡Esperen chicas!, o mejor sigan ya las alcanzo tengo que saludar a alguien que acabo de descubrir soñando y observando el cielo. 

Se trata de otra chica como lo fui yo, con su celular y sus auriculares observando al cielo y soñando, en ella veo a mi pasado, es linda la niña, que bueno que somos de diferentes épocas pues ella si que me opacaría, es linda niña. 

_Hola linda, ¿seguro soñándote sobre una estrella fugaz? 
_¿Cómo lo sabes? 
_Lo sé mi amor, ten paciencia que este día pronto te llegará solo debes de tener cuidado con las drogas.
 _Gracias, lo recordaré.
 _Gracias linda, seguro te veo cuando vuelva, si te duermes sueña el mejor de los sueños y controla a tu corazón que seguro ahora lo tienes a mil. 
_Así es, ¿quién eres tú? 
_Yo soy tu futuro, yo tuve tu edad y también me soñé sobre una estrella fugaz una noche de sábado. Me soñé sobre ella y por el mundo viajé. Hasta más tarde mi niña. 
_Hasta más tarde. Y sonreímos.

_¡Esperen amigas! 

Por fin llegamos, mira que larga la fila, pero eso no es problema yo traigo conmigo mi secreto infalible,  mi arma imbatible. 

_Hola Ernesto. 
_Hoy tendrán que hacer la fila, lo siento chicas. ¡No! por favor esa carita de ángel no, y esos ojitos que me matan; ¡no otra vez! Esta bien pasen. 
_Ten tu beso por ser tan bueno. 
_¡Ya cállense y esperen su turno! Gritó Ernesto ante los reclamos de la concurrencia.

Y aquí estoy entrando en este palacio con lindas luces y estridente música; un hola por acá, otro por allá. 

_¡¡Adoro las noches de sábado y la vida nocturna!!...

 


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