Tarde oscura, fría y melancolía,
mi nariz pegada al cristal
observando gotas de agua
que golpean con furia,
traen rabia, la misma que traigo yo.
Esperaba fuera una linda tarde
para compartir contigo,
pero no fue así
y ahora me tengo que conformar
con recordar, imaginar como pudo ser.
Pero será hasta mañana,
esperando haga tarde de sol,
cielo iluminado y despejado,
nubes dibujando lindas figuras,
como lo sería un enorme corazón.
Por tu lugar lloverá también?,
si es así, estarás igual que yo
observando por tu ventanal,
a las gotas golpear con fuerza
y resbalar al vacío?
Vacío igual hay en tu corazón
vaya decepción de dos
que esperaban con ansiedad
llegara este día para conocerse.
Pero el tiempo o el destino lo decidió así,
seguro decidió; dejémoslo
para otro día, otro día más de curiosidad
para que cuando se conozcan
no haya dudas
de que son el uno para el otro,
que la parte física no es tan importante,
como lo son las cosas del corazón,
esas pequeñas cosas
que han crecido cada día a través
de la conversación en una
línea telefónica.
Así es la historia de dos
que se conocen sólo de voz,
almas que congeniaron sin razón,
cosas del corazón, cosas extrañas
del amor.
Enamorarse solo por escuchar su voz,
sentir mariposa en el corazón
cuando el reloj marcaba la hora
para discar y escuchar
el deseado; aló, hola, eres tú?
Aún sabiendo que seguro sí eras tú,
no era hermoso iniciar la conversación
que quedó pendiente ayer.
Un te extrañé, un me haces falta
a esta hora.
Termino con mis obligaciones
y me preparo para escuchar
el ring del teléfono y el pon, pon,
de mi corazón.
Maldición como llueve hoy,
tampoco hay señal en el teléfono
por esta tormenta, la misma
que hay en mí por no lograr asistir
a nuestra primera cita.
Confieso que tengo miedo
de desilusionarte, de no gustarte...
Te gustaré yo?, esa es la cuestión,
mi preocupación, puede que,
tú seas lo que he pensado,
quien he imaginado, con quien
he soñado y eso me tiene ilusionado.
Pero si yo soy tu decepción,
eso sería mi perdición.
Mejor es que siga lloviendo hoy
y mañana también,
así tendré el pretexto de amarte
solo con la imaginación.
Aunque eso me limite
a no poder tomar tu mano,
a no lograr besar tus dulces labios,
es que eso quiero hacer...
Porque una mujer necesita amor.
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