Mis amigos me vienen a ver,
me invitan a salir,
me cuentan que afuera
la vida sigue
y que el tiempo nada lo detiene.
Pero para mí se detuvo
cuando tu luz se extinguió.
Me dicen, cuanto vacío
y silencio hay hoy aquí,
lugar que fue de gran diversión;
y te recuerdan.
Me ven llorar, como ese día
y cambian el tema,
me repiten; ven con nosotros amigo,
pero no puedo dejar de llorar por ti.
Mejor se van y me dejan
con el otoño
que nunca se va de mi cuarto
lugar de eterna primavera
cuando estabas viva.
Déjenme llorar,
déjenme con mi dolor,
déjenme en paz
y no vuelvan jamás.
Por la noche
veo hacia el cielo
y creo que te veo sonreír,
sé que me cuidas,
por eso yo nunca no te olvido.
Me atrevo a escribir
nuestras historias de amor
en las hojas en blanco
de tu diario,
en ellas repito lo que tú
un día enamorada escribiste,
pero ahora tienen otro sentido
porque soy yo quien las escribe.
De todas las estrellas
las que brillan más
son las que nacen de mis ojos
y entre sollozos
la única música que puedo escuchar
son quejidos llenos de un dolor
que desgarran mi pecho,
pero te lo mereces
porque fuiste mi luz,
fuiste mi musa,
fuiste mi amor,
mi eterno amor.
Ahora lo entiendo;
era tu piel mi miel,
era tu risa mi sinfonía,
era tu cabellera mi compañera,
eran tus ojos mi luz,
era tu olor mi amor,
eras toda tú mi todo.
Cuanto silencio
hay en esta habitación,
cuanta amargura
dejó toda tu dulzura,
cuantas anécdotas
quedaron grabadas en estas sábanas,
cuantas risas y suspiros
fueron nuestras mañanas,
cuantas veces pensé
aprovechar cada minuto,
cada segundo
que ahora son largas y eternas
sin tus piernas entre las mías.
Y aún así, me cuentan
que afuera la vida sigue
y que el tiempo nada lo detiene,
para mí todo eso es mentira,
aquí todo se detuvo ese mismo día
que dejó de latir tu corazón.
SergioRaga
12/6/18
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