lunes, 23 de julio de 2018

La diabla



Seguido recordaba mi relación con esa chica, algo que había sido tan fugaz, cosa de unos días, recuerdo que fue una noche que caminaba con rumbo hacia mi casa, llegaba de quien sabe que lugar, cuando por detrás mío escuchaba que alguien me hablaba con sonidos tímidos, nada que me hablaba, ella también llevaba el mismo rumbo que yo, se hacía acompañar de un par de chavales los cuales reían mientras ella muy intrépida seguía silbando como si yo fuera una chica. Esto no se veía por aquellos tiempos, me refiero que una mujer hiciera el papel del varón, por fin ella se atrevió a hablar ya que yo no le prestaba atención creyendo no era a mí.

_Oye creído, puedes esperar un momento.

Eso lo escuché muy cerca de mí, que con disimulo voltee y al hacerlo me encontré con aquella linda cara, cara de ángel con demonio por dentro; muy intrigado pregunté con una señal si era a mí a quien se dirigía. Ella, al igual que los chavales rieron con descaro, quise golpear a los culicagados que la acompañaban.

_Sí, es a ti bobo, ¿acaso no me has escuchado todo este tiempo?
_¿Era a mí? no inventes, ¿acaso te parezco una niña o peor uno de la otra banqueta?
_Para nada, por el contrario, me pareces muy lindo, de no ser así no te habría seguido por tantas cuadras.

Y así empezó aquella fugaz historia, la cual no sé si ya la conté y de no ser así se las contaré en otra de la serie.

Unos años después de aquella noche y de aquella historia de amor fugaz, mi amigo Rubén me presentó a su actual novia, y vaya sorpresa tanto para su novia como para mí, se trataba de la intrépida de aquella noche pero esta vez sin culicagados. Cuando mi ojos se abrieron para que la luz entrara en ellos, e iba a decir algo que la comprometiera, ella desde por atrás de Rubén me hizo señal de que no nos conocíamos, yo seguí el juego de la chica con cara de ángel pero demonio por adentro.
Ese día la pasamos los tres de lo mejor, Rubén me comentaba la manera en que había conocido al demonio de mujer, ella se hacía la muy inocente mientras yo por mis adentros me repetía la lastima que me hacía sentir el pobre de Rubén, quien se veía muy enamorado de ella.

Rubén era un buen amigo mío, sin mucha experiencia en cosas de amor, no digo lo mismo del demonio que tenía por novia, ella le aventajaba con un millaje de segunda vuelta, y en la primera vuelta estuve yo. Por sugerencia de ella, nos hicimos muy buenos compañeros de aventuras los tres, yo me la pasaba bien a su lado recordando y respetando lo irrespetable, a alguien que no deseaba ser respetada, más bien deseaba ser irrespetada al cien por cien y esta vez por mí. De la manera que ella me veía y me trataba llegué a pensar de que ella sentía algo por mí, como aquellas personas que sin ellos desearlo sus sentimientos les traicionan pero prefieren seguir con su vida desenfrenada y nunca abrir su corazón al amor.

A todo esto la chica demonio, había llegado al barrio y vivía en él, justo por el lugar de donde vino aquella noche que me siguió, de vez en cuando nos invitaba a su casa para merendar y así conocí a sus padres y hermanos, uno de los cuales al conocerme se hizo mi inseparable, nos acoplamos muy bien y cuando no estábamos los tres, me refiero a Rubén y su novia, el cuñado de Rubén y yo hacíamos de las nuestras, el hermano era un demonio, o sea, la versión masculina de su hermana y era un chico de buen ver, la verdad que a su lado yo me sentía un tipo poco atractivo, pero si bien era cierto los años de experiencia con esta mi falta de autoestima secuela de los recientes acontecimientos que le dieron nombre a mi libro: "Historias de un Adolescente Tímido", yo había encontrado lo que sin duda todos tenemos y no sabemos, me refiero a que mi dulce palabra la que emanaba la miel que las chicas deseaban saborear estaba a flor de labio, en otras palabras tenía una labia que se combinaba con lo natural y lo practicado por años.

Con el paso del tiempo empecé a notar tristeza en mi amigo Rubén, él callaba su desengaño, la diabla había empezado a hacer de las suyas -como comentario diré que a ella no le gustaba ser fiel a nadie y que más de una vez nos confesó a su hermano y a mí que deseaba ser hombre para hacer de las suyas sin ser señalada ni criticada-. Además de aquella confesión, la cual yo entendí, nos enseñaba las maneras de tratar a una mujer, como debíamos vestir, como debíamos hablarles, como debíamos peinarnos para vernos mejor; en fin, ella era una enciclopedia de la cual aprendí tanto, bendita diablilla. Cuando hizo todo esto, yo sentía que a ella yo no le era nada indiferente y eso que para cuando nos conocimos yo era otro Rubén, -por lo comentado antes-.
Rubén me comentó que su novia estaba saliendo últimamente con alguien nuevo en el vecindario, un chico que al llegar a la adolescencia se fue para los USA y que ahora había regresado y traía un brío en estos asuntos del amor, ya para su corta estadía en el barrio había arrasado con las chicas más lindas y cotizadas y que ahora rondaba a nuestra diablilla y esto a ella le gustaba y por tanto le estaba quedando mal a Rubén, diríamos que lo estaba irrespetando por decirlo decorosamente.

Una tarde que me encontraba batallando con un Phillips, -quienes me han leído saben a qué me refiero-, entonces escuché que el timbre de mi casa sonó.

_¡Diablos!, ¿quién putas será? Dije molesto por la interrupción.

 Más bien fue porque me encontraba pariendo con esa condenada marca de televisores: me dirigí hacía la puerta y al abrirla, se trataba de mi entrañable amigo Rubén.

_¿Qué pasó Rubén? Entra.
_Gracias amigo.
_Qué te trae por acá, ¿no deberías estar con tu linda novia?

Dije camino hacía mi condenación electrónica.

_Pues para con ella voy, pero antes quise pasar para hacerte una propuesta.
_¿Así, y cuál es la oferta?

Dije sin apartar la vista en la circuetería electrónica del Phillips deseando que el componente quemado levantara sus patitas y me gritara; yo soy el problema, cámbiame y cobra.


_Es qué creo que aquella me está engañando con el nuevo.
_Ponle la firma, pensé... Así, ¿y por qué piensas eso?
_No me preguntes, solo lo sé, y lo que te vengo a proponer es...
_¡Espera!

Dije emocionado, creyendo haber encontrado por fin el problema, pero fue una falsa alarma.

_Nada, maldición, ok continúa.
_Te decía, que creo que me va a cortar por el chico nuevo, ese creído que está arrasando con todas nuestras chicas.
_Pobre, no sabe lo que le espera, deberías de dejarlo para que pruebe de su sopa.
_¿De qué hablas?
_No me hagas caso, es que estoy cansado ya con este maldito aparato. Y bien cual es la propuesta.
_Espero no te ofendas, pero he visto que te la llevas muy bien con ella y la verdad, prefiero verla a tu lado que al de ese cabrón.
_Wao, en serio, gracias. Pero ¿hablas en serio?
_Jamás hable más en serio que hoy.
_Pero ¿qué te hace pensar que ella podría querer estar conmigo?
_Ese ya es tu problema, o ¿acaso no te gusta?
_¡Siiiiiii! -Pensé-. Pues, es linda y me cae muy bien, además creo que le caigo bien también, ¿verdad?
_Yo creo qué sí. ¿Entonces que me dices?
_Pues, gracias por la confianza y estoy de acuerdo contigo, mejor con uno de nosotros y no con uno tirado con honda. Pues bien, escucha bien esto haremos...


Continuará...


Tomando del libro: "Historias de un Adolescente Timido 3" por SergioRaga.





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