Mujer exótica, mujer trigueña
Retener tu amor
es como querer retener
el agua entre mis manos,
se escurre o se evapora.
Azul como el mar y el cielo,
con un brillo especial que eclipsa
a la luna y el sol;
son los ojos de las que me enamoré.
Larga y fresca cascada
entre la montaña,
con un olor a hierba fresca;
es la cabellera de la trigueñita
de quien me enamoré.
Labios de manantial,
agua fresca y natural,
que ahoga mi sed en cada beso;
es la boca
de la mujer que tanto amo.
Montaña dormida en el horizonte
con perfectas dunas
que atraen a la luna
e invitan al lobo aullar;
espectacular cuerpo color moreno
de la mujer que me enamoré.
Natural con su carita sin pintura,
de pequeña cintura,
caderas y busto justo para mi gusto,
color cobrizo que no doró (quemó)
el sol.
Envidia para toda rubia
de piel blanca como la fría nieve,
linda como ninguna,
es la mujer trigueña
de la que me enamoré,
solo me provoca
su naturaleza de mujer exótica
y color moreno o trigueño.
SergioRaga
24-5-2022
.. (24-5-2022)
Retener tu amor
es como querer retener
el agua entre mis manos,
se escurre o se evapora.
Azul, como el mar y el cielo
con un brillo especial que eclipsa
a la luna y el sol;
son los ojos de los que me enamoré.
Larga y fresca cascada
entre la montaña,
con un olor a hierba fresca;
es la cabellera
de quien me enamoré.
Labios de manantial,
agua fresca y natural,
que ahoga mi sed con cada beso;
es la boca
de la mujer que tanto amo.
Montaña dormida en el horizonte
con perfectas dunas
que atraen a la luna
e invitan al lobo aullar;
espectacular cuerpo
de la mujer que me enamoré.
Natural con su carita sin pintura,
de pequeña cintura,
caderas y busto justo para mi gusto,
color cobrizo que no doró el sol,
envidia de toda rubia
de piel blanca como la fría nieve,
linda como ninguna,
es la mujer de la que me enamoré,
solo me provoca
su naturaleza de mujer exótica.
SergioRaga 03.12,18
es como querer retener
el agua entre mis manos,
se escurre o se evapora.
Azul, como el mar y el cielo
con un brillo especial que eclipsa
a la luna y el sol;
son los ojos de los que me enamoré.
Larga y fresca cascada
entre la montaña,
con un olor a hierba fresca;
es la cabellera
de quien me enamoré.
Labios de manantial,
agua fresca y natural,
que ahoga mi sed con cada beso;
es la boca
de la mujer que tanto amo.
Montaña dormida en el horizonte
con perfectas dunas
que atraen a la luna
e invitan al lobo aullar;
espectacular cuerpo
de la mujer que me enamoré.
Natural con su carita sin pintura,
de pequeña cintura,
caderas y busto justo para mi gusto,
color cobrizo que no doró el sol,
envidia de toda rubia
de piel blanca como la fría nieve,
linda como ninguna,
es la mujer de la que me enamoré,
solo me provoca
su naturaleza de mujer exótica.
SergioRaga 03.12,18
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