lunes, 10 de marzo de 2014

MI CACHORRO ES UN.....!!

Como cada tarde al regresar a casa del trabajo, mi pequeño y peludo amigo, corría como loco por toda la casa, su cola se batía a una gran velocidad y sus patas delanteras golpeaban a mis piernas como dándome un cordial saludo, con un su hueso plástico en su boca, señal de bienvenida. Así, era todos los días. Luego de cambiarme de ropa por un atuendo mas cómodo y de beber una cerveza, tome la correa de Waldo, éste se sentaba frente a mi, un tanto inquieto, pues él sabia que eso significaba, nuestra caminata diaria.
Luego de colocarle la correa a Waldo, nos encaminamos por nuestro itinerario de costumbre, Waldo caminaba con gallardía delante de mi, oliendo al caminar: arbustos, postes, neumáticos, troncos de árboles etc, lo típico de un perro normal, mientras nos encaminábamos por nuestra acostumbrada ruta, algunos niños salían al encuentro de mi blanco y peludo amigo con sus inconfundibles manchas café, él era muy atento con los niños, los vecinos nos saludaban como cada tarde. Ese día, era algo particular pues, estaba haciendo un extraño viento no muy normal en esa época del año, sentí que empezó a anochecer mucho antes de llegar a nuestro punto de retorno, el cual era un terreno baldío, al fondo de la colonia, lugar en donde mi pequeño acompañante acostumbraba realizar sus necesidades.
-Que te parece Waldo. 
-Ya oscureció, debe ser por que va a llover! Waldo, continuo su andar sin prestar atención a mis comentarios, mientras que yo, iba atento observando el cielo que ya se habia oscurecido por completo, sin luna, mucho menos estrellas en el firmamento, Absorto por aquella rara oscuridad que de pronto un sonido se dejo oír, junto con él todo se ilumino por unos segundos, dejando a nuestra vista a un tremendo perro, color negro de esas razas que suelen salir en las noticias que han mordido mortalmente a los hijos de sus amos; nos veía con unos ojos con rabia y de sus fauces salían dos colmillos enormes, por sus labios escurría una espesa saliva, la cual costaba que se cortara y cayera al suelo. Estaba allí, amenazador, frente a nosotros, para ese momento Waldo se me soltó y corrió, introduciéndose en aquel viejo terreno, el enorme perro negro salio tras él, yo corrí tras Waldo pero debido a la oscuridad tropecé y caí al suelo; mis anteojos volaron hacia algún lado y entonces mi preocupación y atención se volteó a encontrarlos, gateando y a tientas me encontraba cuando en ese instante, se escucharon los típicos gruñidos de dos perros peleando; entre la maleza que se veía agitarse violentamente, para entonces yo, escuche unos aullidos y nuevamente se ilumino todo por unos segundos, esta vez por un típico relámpago, esos que anuncian que una tormenta esta pronta a caer, pero esa luz, del relámpago, reflejo en la pared del terreno a una criatura enorme y extraña levantar su cabeza hacia el cielo yo que aun no encontraba mis lentes pensé. 
-Ese desgraciado,perro negro mato a mi Waldo. Lo raro era que, cuando ésta sombra se reflejo en la pared pendían de él, dos orejonas peludas tal cuales las de mi cachorro, pues el perro rabioso apenas si tenia orejas. Sobe mis ojos para poder mejorar  mi visión y logre divisar una cosa brillante adelante de mi, eran mis gafas, las tome y me las coloque, fue allí cuando salio corriendo del terreno baldío mi pequeño amigo, feliz como siempre, llego hasta donde me encontraba, le coloque la correa y regresamos a casa lo mas antes posible, pues sentía que se nos venia encima una horrible tormenta.
Ya adentro en casa, sobando su pelaje de Waldo, sentí que estaba todo húmedo, seguramente las babas del gigantesco perro, pero también descubrí cierta cantidad de sangre en él. Lo lleve al baño, llene la tina y le di un baño; para luego irnos a dormir. Esa noche no llovió.
Cuando volví del trabajo, al día siguiente, vi que metían al camión de basura a una rara cosa con pelo negro, la cual logre ver desde mi vehículo estaba como descuartizada, por un instante pensé. 
-El perro rabioso! pero luego dije, 
-No, no puede ser!
Llegue a mi casa y sucedió lo que siempre sucedía con Waldo, pero esta vez cuando le acaricie note que sus manchas color café se habían vuelto negras.
-Y, ésto, que te pasó? Lo tome y lo lleve a la clínica veterinaria, le consulte a la doctora. y ella me consoló diciéndome.
-Esto es normal en algunos cachorros, estos cambian de color a cierto tiempo.
-Vea que guapo se ve con este color!
De regreso a la casa recordé lo que habia sucedido la noche anterior a lo sucedido el día de ayer.
Casi llegando al terreno baldío, vi una luz brillante bajar del cielo y caer sobre el terreno, entonces se me soltó la correa y Waldo salio a perseguir a aquella cosa brillante cuando Waldo la halló la tomo en su boca y la trajo conmigo, pero al llegar justo a mi; ya no llevaba nada.
-Si!, ahora recuerdo! 
-Y si Waldo se la comió y por eso le cambio el color.
-No, eso es una locura. 
Varios meses después de aquellos acontecimientos, todo habia vuelto a la normalidad, excepto el color de mi ahora ya no tan cachorro Waldo.
De regreso a casa hicimos la misma rutina de siempre, pero esta vez nos paso algo increíble. Resulta que al llegar al baño de Waldo, mientras éste hacia de las suyas, un sujeto mal encarado se me acerco y me asaltó, yo temblaba de pavor este se aprovecho de mi frágil humanidad y se llevó lo que quiso, todavía me estaba golpeando cuando salio como rayo que lo vi hasta en cámara lenta o eso creí, pues mis lentes iban en la mochila del ladron, una especie de animal o semi-animal y semi-humano de sus costados pendían un par de orejonas tomo al ladrón y lo destrozo por completo o al menos eso alcance a distinguir, lo arrastro hacia el terreno baldío y de inmediato se escucharon entre aullidos caninos unos grito humanos. Corrí como loco por el vecindario dando de tumbos pues no tengo una excelente vista,  luego de correr varias cuadras me alcanzo Waldo, traía la mochila enrollada en su correa los tome  a ambos y nos fuimos a nuestra casa. Ya en ella esculque la mochila y el botín era grande habían otras cosas que no eran mías, tome mis lentes y me los coloque, allí estaba Waldo nuevamente con sangre en su pelaje, nuevamente lo bañe y se fue a dormir. Por la mañana una cinta amarilla rodeaba al terreno baldío, algo grave habia pasado allí, muchos vecinos regresaban haciendo comentarios desagradables respecto a lo que la policía habia encontrado en el terreno. Pensé.
-Dios mio, en que se convirtió mi pequeño Waldo?
-Qué le habrá hecho a ese atracador, qué todos regresan con caras de enfermo y terror?
Durante un tiempo no salimos de la casa, al fin a insistencia de mi perro salimos nuevamente, pero esta vez nos encaminamos por  otro sector ya no quería ir a aquel terreno nos introdujimos por las calles de mi colonia, esa noche todo estuvo tranquilo. No fue sino a un par de meses que fui testigo de lo que le sucedía Waldo cuando era motivado por el odio y maldad de alguien hacia otro ser humano. Si, fuimos testigos del robo a la casa de los Arriaga, un par de ancianos que vivían por los extremos de la colonia, los atracadores los tenían amordazados, amarrados de piernas y brazos, mientras que eran golpeados para que dijeran donde tenían las cosas de valor los ancianos parecían como si estuvieran a punto de desfallecer, cuando éstos se desmayaron fue cuando de mi lado se abalanzo un ser al cual no puedo describir, algo como un hombre lobo para no dejarles en el aire con la descripción pero en realidad no se que era realmente, lo que si sé fue lo que éste ser infrahumano les hizo a los asaltantes, no les dio tregua ni tiempo a reaccionar sus movimientos eran tan rápidos y certeros que de aquellos tipos casi no quedo nada, cuando el peligro pasaba esa cosa se volvía a transformar en el adorable perro que me hacia compañía, quien podría imaginarse que aquella mascota, a la que todo el barrio le daba amor, podría hacer todo ese daño. 
Me lo lleve a casa, teníamos un gran secreto, era algo de lo que debíamos tomar conciencia y darle el uso adecuado, pues aquello era una gran responsabilidad, y ésa caía sobre mí.
A partir de aquellos hechos que de algún modo tenían alarmados a nuestros vecinos y a la vez seguros; pues nadie volvió a realizar un atraco en nuestra colonia, pues Waldo ahora con mas edad podía oler el mal a metros, sus ojos me pedían que lo sacara a caminar, y yo esa noche escuchando los noticieros y viendo las calamidades que tenían que vivir algunas familias, que vivían en zonas rojas; decidí que mis paseos nocturnos, serían en aquellos parajes. Fue allí, cuando ambos nos vimos a la cara y nuestras miradas se entrecruzaron, como aceptando el reto y nuestro destino, el cual seria, defender al desvalido de la maldad de ciertos malhechores, los cuales no tenían sentimientos a la hora de atacar a sus victimas y que, en muchos casos llegaban hasta a asesinar.
Aquella noche, Waldo y yo, con solo una mirada, nos juramos que saldríamos a limpiar las calles todas las noches, en donde nos necesitaran. 
  


 








jueves, 6 de marzo de 2014

un disparo de rifle en mi cabeza!!

Aquella tarde, después del almuerzo y debido a que el día era de asueto y habia quedado en medio de la semana, me quede en el instituto; de lo contrario me habría ido para la capital. En esos días, me encontraba trabajando en el Adolfo V Hall de Zacapa, como capitán asimilado en una de las áreas técnicas. Mientras comíamos, en el rancho, Percy y algunos militares dispusieron irse de casería, a las cercanías del rió Motagua; yo, que recién habia llegado a trabajar al lugar, fui invitado por mi amigo Percy y la invitación fue secundada por el resto de deportistas. Como nuevo que era, no me quedo otra mas que aceptar. Fue así que luego de la hora del rancho, nos subimos a un par de pick-ups y nos dirigimos al lugar donde seria la casería, en esta oportunidad las invitadas de honor serian, unas palomas. Tomaron el camino indicado, hasta llegar a un lugar donde los pick-ups ya no podrían entrar. A que nos apeamos de los vehículos, tomaron cada quien sus armas, luego me dieron un rifle 22, pequeño, e idóneo para el neófito en estos menesteres. 
-Alguien, que  me explique como usar este artefacto. Pregunte, con el rifle entre mis manos
-Va! no le hagan caso, este es Jutiapaneco, no creo que no haya usado nunca uno de estos.
Se introdujeron en la selva Zacapaneca y al llegar a un lugar, alguien se en cuclillo y de inmediato todos hicimos lo mismo, yo parecía mono recién cazado imitando todo lo que veía.
-Escucharon, dijo Percy, quien era el experimentado cazador.
-Si! dijeron los demás en vos baja. Mientras que yo, no habia escuchado absolutamente nada. Así que procedieron a hacer sus grupos quedándome yo nones, entonces decidí que así fuera, en menos de un minuto me encontraba completamente solo en aquel lugar, tirado en el suelo, sin saber que hacer ni escuchar nada. Luego de un buen rato de estar bajo aquel sol de Zacapa, con la piel bien sudada, me vi los brazos; éstos estaban completamente negros, pues sobre mi piel se encontraba una jauría de hambrientos zancudos, enormes y negros, dándose tremendo banquete; pase mi mano sobre uno de mis brazos, para espantarlos, pero éstos solo brincaban mi mano y caían nuevamente a donde habían estado antes de que mi mano pasara sobando mi brazo. Así lo hice varias veces, pero al ver la insistencia de los zancudos que ni matándolos se terminaban, me toco que darme por vencido y aguantarme, no se como tendría mi pescuezo y mi rostro, pues solo podía ver a mis brazos. De pronto se dejaron escuchar unos plomazos y una bandada de palomas salían volando asustadas a consecuencia del sonido; los disparos se escuchaban en varias direcciones, creo que el único que no habia hecho ningún disparo era yo. Aburrido, de los mosquitos y del calor, le coloque el seguro, a mi 22 y decidí regresar al lugar en donde estaban los pick-ups y esperar ahí hasta que regresaran los cazadores con sus trofeos. Me levante pues, ya mis piernas estaban tullidas de estar en aquella posición y no habia podido tomar valor de matar a ninguna de esas pobres aves. Vi hacia el cielo, el cual a penas se alcanzaba a ver pues las copas de los arboles eran altísimas y estaban bien tupidas, pero el calor si era agobiante. Luego de ello y de tratar de recordar por donde habíamos entrado, empece mi caminata de regreso, me acompañaban mis amigos los mosquitos, llegue al lugar en donde estaba una cerca con alambre de púas y al otro lado habia un caminito.
-Este debe ser. Me dije mentalmente, ahora el problema era para el sur o para el norte. decidí tomar para el norte y empece a caminar, creo que ambos caminos me llevaban al mismo lugar, solo que uno era mas largo que el otro y yo me decidí por el mas largo, pues mas adelante un charco que parecía una laguna, por las lluvias de la noche anterior, no lo habíamos pasado cuando veníamos todos juntos, me detuve frente a él, y pensé.
-Diablos, me perdí.
-Ahora que hago?.. Regreso? en esa disyuntiva estaba, cuando un parroquiano paso por el lugar, éste para no pasar sobre la laguna tomo sus tecomates y los colocó a su espalda, tomo su machete y lo coloco en su cintura, luego agarrándose de las ramas y el alambre que salían  del tapial y con los pies sobre un borde de tierra ceca; casi que estaba colgando, logro sortear el charco, mientras que su par de vacas y su perro se refrescaron atravesando el charco.
-A pué! me dijo el hombre, cuando pasó a mi lado.
-Disculpe! Me puede ayudar?
-Como en que, amigo? Me pregunto quitándose el sombrero y secándose el sudor con la otra mano.
-Creo que me perdí, estoy buscando a dos pick-ups. Le informe.
-A si! paisano, siga recto y al llegar al tope, cruce a la izquierda, otro tramo largo y va encontrar otro tope allí vea para la izquierda.
-Allí están dos pick-ups, seguro que son los que busca.
-Gracias, don, muy amable!
-Va pué, adió!
Quede un rato pensando, como iba a pasar a aquel tremendo charco, que minutos antes vi que a las vacas le habían llegado como un par de cuartas de profundidad a sus patas. Recordé la forma empleada por el campesino, así que, procedí a emular su forma de sortear aquel charco. 
-Bueno. me dije.
-Ya le puse el seguro al rifle. Entonces pase por mi cuello el cinturón que sostenía al rifle, éste me quedo al frente no a la espalda pues, eso me desbalanceaba mas. Me agarre de los bejucos, tratando de no agarrar una púa del alambre con púas y procedi a hacer lo mismo que el campesino, total no se habia visto complicado. Pero vaya que si lo era; era muy dificil mantener el equilibrio, pero toco y allá iba yo, colgando prácticamente del tapial del cual salían unas hojarascas, palos, espinaderos, y ahí estaba el alambre de púas, ademas los mosquitos seguían chingando y la manera en que el cuerpo quedaba era muy incomodo pues, casi formábamos un triángulo; mi cuerpo, los brazos y el tapial de ramas y alambre de púas. Eme allí a medio charco, cansado y con un tenis sucio, pues un poco a tras se me resbalo y entro en contacto con el charco. De pronto, algo no me dejaba avanzar se trataba de mi única carga: el rifle.
-Mierda! se trabo en ese ramaje! Viendo de reojo como el rifle se colocaba horizontal, pues se habia trabado en algo, lo tome por el cañón y lo hale, pero no conseguí nada, mas que ensuciar mi otro tenis, el agua chuca, entro en mis calcetines.
-Rayos!!
-Que asco!! Ya estaba irritado pues, me encontraba cansado, sudado, picado, mojado de mis pies con esa agua chuca, y mis brazos ya no daban mas, pues sobre ellos descansaba todo mi peso.  En un momento de desesperación le di un tirón con toda mi fuerza al rifle, con la idea de que la rama que lo trababa se quebrara y así lo soltara. Pero eso no sucedió, lo que si paso, fue que el cañón del rifle quedo a un centímetro de mi frente; cuando le di con toda mis fuerzas aquel jalón, la parte que se habia trabado del rifle fue el gatillo y al hacer aquel movimiento rudo, hizo que éste se disparara. El sonido me dejo sordo y con un agudo silbido en mis oídos, luego de unos segundos y ver al humeante cañón a la par de mi frente, todo  mi cuerpo se aguado, que me solté y caí sentado en el charco. Pasaron varios minutos, antes de que me levantara de ese lugar, mientras tanto en mi cabeza desfilaron una serie de imágenes indescriptibles. Para luego reaccionar.
-Puta!, Que mula!, Por poco y me quiebro el culo, yo mismo!
-Pero, si le puse el seguro! Según yo le puse el seguro, pero lo que seguramente hice fue quitarle el seguro. Percy, me dio su rifle con el seguro puesto y yo en mi ignorancia se lo quite, pensando lo contrario.
Cuando seguramente regrese a mi cuerpo y el corazón volvió a palpitar en mi cuerpo, el color volvió a mi rostro, mis pupilas dejaron la dilatación que tenían, logre darme cuenta que mis pulmones estaban recibiendo oxigeno, sentí que mi culo y mis piernas estaban completamente mojados y que todos los zancudos se habían ido a la mierda. Si, después  de todo lo anterior me incorpore, camine el resto del charco por en medio de él y camine según las indicaciones del campesino, cuando volví en mi, pues todo ese tiempo no era mas que un zombie; me encontraba sentado en la palangana del pick-up; ya casi oscuro, se veía a un grupo de cazadores, felices con sus preseas volver por el camino correcto. Llegaron conmigo y me preguntaron donde estaba la paloma, a la que le habia disparado.
Tome una respiracion profunda y les conté mi odisea, de la cual solo gracias a Dios habia salido con vida, de esa tremenda cacería. Todos me escucharon con los ojos bien abiertos, con cara de asombro. Fue cuando les dije.
-Si me vuelven a invitar a una mierda de estas, los mataré con el arma que me den. Luego de unos segundos, comenzaron a reír y mi lamentable aventura se volvió una gran historia chistosa de regreso al Hall y ésto, trascendió durante mi estadía en aquel centro de estudios; allá en Zacapa.

             A LA MEMORIA DE MI AMIGO: PERCY OROZCO, Q.E.P.D.

Nota: para no pasar por lo que te he contado, has un disparo al aire, así verificaras si el arma esta o no con el seguro puesto










lunes, 3 de marzo de 2014

MI HERMANO Y LOS JUDICIALES

Eran los 70´s y la situación ya era insoportable para aquellos llamados, comunistas o su sinónimo guerrilleros. Las fuerzas de la seguridad en el país, fundaron una fuerza exclusivamente para estos casos, Los Judiciales. Esta fuerza de seguridad, estaba designada; al igual que la Santa Inquisición, a buscar y encontrar a como diera lugar a los comunistas, que serian como quien dice, los guerrilleros citadinos. Eran personalidades especialmente elegidas. En su mayoría, por no decir en su totalidad, orientales; seres sanguinarios, que te hacían decir hasta lo que no sabias; torturar, luego asesinar, para luego arrojarlos en el rió Motagua, entre otros puntos emblemáticos. Se conducían en unos Jeeps de color rojizo y de color crema (amarillentos), siempre se acompañaban en dos Jeeps y traían la puerta trasera abierta con un individuo armado listo a dispara. Si te subían a uno de estos Jeeps, eras hombre muerte, y tu muerte iba a ser lenta y dolorosa. 
Esta pintoresca aclaración, es para que entiendas, la angustia que vivió mi hermano mayor, cuando fue conducido por uno de estos Jeeps, por alguna parte de la ciudad.

Ese día mi hermano Elfidio, salio tarde de su lugar de trabajo, la mueblaría La Estrella, ubicada en la avenida Bolívar, al salir, se ubico en la parada de buses. Pero, luego de unos minutos de espera, decidió tomar camino hacia el sur, pues de todas formas por esa vía, quedaba nuestra casa; pensó     -Mientras me alcanza un bus, avanzo hacia la casa. 
-Quiero llegar lo mas rápido posible!
En esas estaba, caminando por la avenida Bolívar, su sombra era su único acompañante, pues por la hora ya la mayoría estaban descansando, pues no era un día viernes; era apenas la cintura de la semana, distraído por sus pensamientos, cuando un vehículo rojizo se detuvo delante de él y otro quedo atrás, cuando cayo en cuenta se detuvo de golpe, viendo asustado para todos lados. Del Jeep amarillento se bajaron dos tipos altos, uno fornido y e otro  chaparro y barrigón, con acento oriental le pidieron que e apostara contra uno de los carros, le esculcaron para saber si iba armado, le hicieron una simple interrogación. Entonces, de adentro de uno de los Jeeps, se escucho un grito.
-Suban a ese hijo de puta al carro! Mi hermano sintió que se desvanecía, pues sabia lo que eso significaba, su único delito por el que podrían haberle subido a esas carrozas de la muerte; era por ser estudiante universitario. Pues, ser San Carlista, era sinónimo de guerrillero. Así que Elfidio subió al vehículo color rojizo, resignado con su suerte, al subir por la puerta trasera lo apostaron en uno de los asientos, detrás del chófer; ya con la mercancía a bordo tomaron camino. Durante el viaje le iban interrogando.
-Escucha bien cerote, que no te lo pienso repetir!
-No quiero que me veas, porque si lo haces, en ese instante te meto un plomazo entre las cejas.
-Entendiste cerote!
-Si! respondió con vos temblorosa.
-Sos guerrillero, verdad?
-Noo!
-Nuestros informantes, dicen que sos, y de los gruesos!
-Usted, me esta confundiendo!
-Insinúas que somos mulas!
-Te hemos estando vigiando por meses, sabemos que sos San Carlista y guerrillero!
-No! Eso es mentira, véame bien, vera que esta confundido.
-Ni mierda, sos o no San Carlista!...
-Estudias en la Facultad de Leyes, cerote! 
-Si!...  La temática fue ésta, durante varios minutos, que para mi hermano pareció una eternidad, lo pasearon por la avenida del cementerio, y la avenida Bolívar. Entonces el jefe de los judiciales dio la siguiente  orden:
-Llevemos a este hijo de puta a la Cuesta de las Cañas, ahí le quebramos el culo y lo tiramos, ya saben donde!
-Como usted ordene jefe! Respondió el custodio de mi hermano. pero a éste se le escapo una sonrisa picaresca que mi hermano observo de inmediato. Ésto hizo que mi hermano viera de reojo al copiloto, quien era el jefe de estos judiciales, al principio no distinguió nada, por lo oscuro de esos vehículos cerrados herméticamente, con vidrios polarizados, pero al pasar a la par de un poste de luz, ya en la calzada Roosevelt, se le ilumino la cara al jefe; mi hermano exploto, con una especie de cólera y con un breve aliento de esperanza; diciéndole al jefe.
-Mapache hijo de cien mil putas! desgraciado que agüevon me diste. El jefe, ya no aguanto y soltó tremenda risada.
-Mumita!, como estas hermano?
-Como querés que esté, cerote?... Bien cagado!
-Jajaja, rieron todos ya relajados. 
-Que hago jefe, sigo hasta las cañas?
-No seas mula! no ves que éste es mi hermano, mi amigo de infancia. 
-Llévanos a la cantina mas cercana, para echarnos una cervecita con mi querido amigo.
-O no querés?
-Jajaja, claro que sí! 
-Necesito ponerme a verga, después de este susto. Y así fue, no salieron de la cantina, hasta no estar bien socados. Para luego de ello, llevarlo hasta la puerta de nuestra casa. Allá, en la zona once. En la colonia Roosevelt.












domingo, 2 de marzo de 2014

ESTA DESPEDIDO!! (una sucesión de eventos)

-Marisol?... llámeme a Eugenio!
-Si licenciado! En pocos minutos el eficiente Eugenio se hizo presente ante su jefe, el licenciado Concienzudo.
-Vea, Eugenio, hemos contratado a un estudiante universitario para que sea su asistente.
-Pero, eso no era necesario Lic. Concienzudo.
-Vamos Sheno, no sea modesto.
-Lo que si quiero; es que, en menos de un mes, el joven sepa el teje y maneje de lo que usted hace... Entendido!
-Así será Lic.!... Permiso. Al día siguiente, estaba Eugenio y su asistente, en pleno adiestramiento. Al mes y fracción, el jovencito hacia el trabajo de Eugenio, excelentemente solo le faltaban algunas aristas, para hacer el trabajo a la perfección, aristas tales como lo es, la experiencia que dan los años. Al enterarse el lic. Concienzudo, del adelanto del muchacho, le pidió a Marisol que le llamara a Eugenio a su oficina.
-Me mando llamar, Lic.
-Si, Eugenio, pero siéntese por favor. Eugenio se sentó, con un horrible presentimiento a lo que estaba por acontecer. Pues el Lic, nunca habia sido tan seco y ceremonioso con él.
-Eugenio, usted sabe que la empresa esta pasando por una situacion muy ajustada al igual que todas las demás en el país...
-Por lo que con mucha pena, le notifico que a partir de la presente fecha (...) 
-Usted ya no labora para nosotros.
-ESTÁ DESPEDIDO!
-Pero, licenciado son 20 años trabajando para ustedes. -No me pueden hacer esto!
-Bueno, Eugenio, su asistente ya conoce perfectamente su oficio, así que no necesitamos a dos en ese cargo.
-Pero Lic., a mi edad, seguro no conseguiré empleo en ningún lado y usted conoce mi situación; sabe que tengo niños;  ya no podre pagar el colegio; y que mi esposa esta enferma y no puede trabajar. Eugenio, se tomaba de la cabeza, se ponía de pie  y caminaba como león enjaulado, en su rostro se reflejaba la desesperación por tan inesperada noticia.
-Lic., ademas todavía me faltan 5 años para terminar de pagar mi casa. Por favor!
 El lic. lo escuchaba indiferentemente, nada de lo que Eugenio le exponía le haría cambiar de opinión.
-Lo siento mucho Eugenio, pero ya no se puede hacer nada. Ya encontrará, como arreglárselas
-Pase a contabilidad, para que le finiquiten. 
-Que tenga un excelente día.
-Un excelente día!, no me haga reír Lic.; le suplico que reconsidere. Si es por el sueldo del patojo, le acepto ese sueldito. pero no me saque.
 -En verdad necesito el trabajo.
-Que le vaya bien Eugenio, retírese por favor.
-Bueno Lic., me voy, pero no olvide que algunos de mis ruegos y de lo hablado este día en esta oficina, resonaran en usted, algún día. 
-Buen día, Lic.  
Y Eugenio se retiro, sus compañeros sintieron mucho la salida de Eugenio, pues conocían de los problemas que esto le acarrearía. Eugenio tomo sus cosas y se fue.
En días subsiguientes, el licenciado le llamaba la atención al muchacho; por no agilizar unas diligencias, aludiendo el porque, Eugenio lo hacia tan rápido y este muchacho hacia tanto problema con eso que para Eugenio era tan simple.
-No entiendo Marisol?
-Eso se llama experiencia licenciado!. 
-Supongo, retírese por favor.
-Con su permiso lic. Abandonando la oficina estaba Marisol, cuando se dio vuelta para darle al licenciado, un recado pendiente.
-Ah! licenciado, se me olvidaba. Llamaron del colegio su hijo, parece que les urge hablar con usted. El licenciado tomo un poco de aire como preguntándose, en que problema se habría metido su retoño.
-Gracias Marisol, salgo para allá!
-Buenos días señor Concienzudo, pase y siéntese. Le invitaba la directora del colegio. El Lic. sintió que en sus huesos le recorrió una corriente eléctrica pues, parecía, por la expresión y forma de hablar de la directora que esta vez era algo mas serio que las otras veces.
-Licenciado!, señora directora, se tarda un poquito mas, pero se lo agradeceré, no estudie tanto para no usar mi titulo.
-Como sea Lic. Le contesto en tono pesado, la señora directora. Y sin tanto rodeo llamo a su secretaria.
-Rosita, traiga los papeles del joven Concienzudo!
-Los papeles, directora? Qué significa, eso?
-Lo que significa, lic, es que su hijo esta: EXPULSADO!
-Pero, usted no nos puede hacer esto señora directora!
-Claro que puedo, lic. y lo estoy haciendo. ya no aguantamos las insolencias de su maleducado hijo!
-Ya no lo quiero en mi colegio!
-Pero! y ahora que haré? A estas alturas, donde lo pondré a estudiar, ademas este es el tercer colegio de donde me lo echan.
-No puede usted reconsiderar su decision señora directora, entienda que este muchacho sin estudiar se me va a descarrilar. 
-Eso debió haberlo penado antes, Lic. 
-Y tuvo que haberlo corregido, ahora es demasiado tarde.
-Y debo informarle que, entre  colegios tenemos una buena comunicación y creo que de los colegios con quienes  nos comunicamos, no le recibirán a su hijo.
El licenciado se tomaba su cabeza, y caminaba como león enjaulado. 
-Pero señora directora, usted sabe mi situacion; sabe que soy viudo. Y que mi hijo, desde que murió su madre se volvió rebelde.  
-Qué haré yo con este muchacho ahora?.
-Dígame! qué haré?... Le pagaré el triple de la colegiatura, pero por favor, dele otra oportunidad!
-No licenciado, su hijo ya esta consumiendo drogas, entre otras cosas delicadas. 
-Tome sus papeles y llevárselo, por favor.
-Pero que haré ahora, señora directora?
 -Lo siento mucho licenciado, pero ya no se puede hacer nada;  ya  encontrara como arreglárselas. Fue entonces cuando el Lic, se recordó de Eugenio...

Lamentablemente, siempre queremos mas dinero y fue por esta ambición que el Licenciado despidió a Eugenio y a otros, sustituyéndolos por jóvenes, que no tienen responsabilidades y se conforman con un sueldo de hambre.. Ademas, la gente poderosa cree que, el dinero lo soluciona todo. Pero esta vez, ni sus millones podrán enderezar la vida de su hijo.

HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA DE LA SERIE: "UNA SUCESIÓN DE EVENTOS"


sábado, 1 de marzo de 2014

LA DEMANDA (una sucesión de eventos)

-Felicitaciones, amiga, ese juicio era complicado y como siempre ganaste. 
-Eres la mejor! Así, felicitaba a su compañera de oficina, la abogada Ligia Contrespo.
-Gracias Lic. 
-Tu no te quedas a tras. 
-Pero hazme caso, no debes ponerle sentimiento a algunos casos, ésto es un negocio.
-Lamento diferir en esto, contigo... Pero así soy!
En medio de la plática, la licda Contrespo, buscaba afanosamente unos documentos de un cliente muy poderoso, al que no le podía  fallar.
-Qué buscas, con tanto afán?
-Recuerdas que a don Despotati se le caso su hijo.
-El que recién falleció?
-Si, ése! 
-Debo ir a desalojar de la casa a la viuda del joven!
-Que maldad! Y qué hará esa muchacha con su niño?
-Ese no es mi problema. Yo cumplo con mi trabajo!
-Esos casos no son para mi.
-Exacto, es por eso que aun eres un licenciado pobretón, a diferencia mía que ya tengo una pequeña fortuna con casos como éstos... Pan comido! 
-Y cobras una buena comisión!
-Mira! Acá están! 
-Me voy, hasta mañana.
Ya en casa de la viuda, con la policía y todo lo reglamentario para la diligencia, la muchacha con el niño en brazos, lloraba desconsolada; pues, no tenia a donde ir y el desalojo de la casa era con todo y mobiliario, pues todo le pertenecía a don Despotati.
-Señora, a mi no me interesa lo que usted haga, solo váyase y desaparezca de la vida de mi cliente.
-Esta bien señora licenciada, lamento que gente como usted, sea aun mas malvada que la persona que representa.
-Señora, no es personal, es mi trabajo.
-Debió, haber contratado un buen abogado -aunque lo hubiera destrozado también- murmuro entre dientes la muy segura licenciada. A lo que la viuda le respondió.
-Yo tengo al mejor abogado, licenciada.
-Así, y entonces porque usted esta en la calle y yo e incrementado mi cuenta en el banco.
-Mi abogado señora, es DIOS, y en su momento usted y mi suegro, tendrán noticias de Él. 
-Bla, bla, bla!...
-Que tenga un buen día licenciada. Con su permiso. Tomo lo único que le pertenecía y se retiro con su bebe en brazos.
-Ah! siempre lo mismo, amenazas torpes de gentuza que no tiene mas argumentos que su Dios.
Terminada la diligencia, despacho a sus acompañantes, que de paso sea a nadie le era de su agrado dicha licda., por ser una persona prepotente, aprovechada, ambiciosa y déspota.
Al cabo de un par de meses, la licenciada se dirigía a otra diligencia legal, de otro opulento cliente. Ese día habia llovido a cantaros y a esa instancia, solo quedaba un leve llovizna, por lo que la calzada Roosevelt, estaba congestionada la vía que conduce hacia Mixco; no así la que viene hacia el Trébol, ésta estaba un poco mas fluida. Ella, se conducía en su BMW, casi a vuelta de rueda, retocándose el maquillaje y hablando por teléfono.
De pronto un golpe seco, sobre su windshield le oscureció todo, cayendo al suelo celular y lipstick.
-Qué diablos fué eso? se pregunto ella. Al parecer debido a la llovizna, un desafortunado transeúnte se atravesó la calzada y cuando llegaba al arriate central un vehículo lo  alcanzo; elevándolo varios metros, cayendo sobre el BMW de la licenciada, para luego caer al pavimento, ya muerto. Por la llovizna, nadie se percato como fue el percance. Solo fue, cuando impacto contra el coche de la licenciada que la gente se dio cuenta del accidente; para ese momento los vehículos ya estaban avanzando a una velocidad promedio, pero ella por estar pintándose y hablando por el celular, no habia avanzado y los vehículos detrás de ella venían como a una cuadra. Ella, descendió de su carro para verificar el estado del parroquiano, que prácticamente le habia caído del cielo. En cuestión de minutos, las sirenas se dejaron escuchar y le rodearon tanto bomberos como la policía, los cuerpos de socorro, vieron que no habia nada que hacer y procedieron a colocarle la camilla encima al cadáver, mientras que la policía, colocaba la cinta amarilla.
-Sus papeles señorita.
-Esta en graves problemas.
-Pe....
-Le sugiero que no hable, hasta que se haga presente su abogado.
-Coloque sus manos. Le pidió el policía y le esposo. Fue introducida a una patrulla y llevada a los separos. Estando allí dio su declaración y llamo a su compañero, con quien compartía la oficina de abogados. Mientras éste, se hacia presente los abogados de turno en dicho recinto judicial, opinaban.
-A esta vieja, ni DIOS, como abogado  la podrá sacar de este clavo!
-Si, La conozco es una vieja bruja, me alegro que se la lleve la gran puta! dijo el otro güizache.
Al escuchar las murmuraciones de los señores abogaduchos, recordó, lo que la viuda le habia dicho: "Yo tengo mi propio abogado: DIOS. Y pronto, tendrán noticias de ÉL".
Tanto la licenciada Ligia Contrespo, que fue  a parar a prisión y perdió su licencia profesional, como su cliente don Despotati, quien era un mafioso, al no tener a su defensora corrupta, también fue a dar a prisión. 
y esta vez, Solo el abogado de abogados podría salvarles!
HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA DE LA SERIE: "UNA SUCESIÓN DE EVENTOS
  









viernes, 28 de febrero de 2014

EL PARQUÍMETRO (Una sucesión de eventos )

Llegamos a nuestro destino y procedimos a buscar un lugar en donde parquear el vehículo.
-Ahí!
-Dónde? 
-Aquí! aquí hay  lugar!. Y no tiene parquímetro!.
-Que suerte!
Descendiendo del vehículo, cuando en bicicleta se acercaba un agente de Emetra, con su típico uniforme verde, revisando los parquímetros. 
-Qué hacemos?
-Pues nada, no ves que no hay parquímetro. Nos encaminamos hacia nuestro destino cuando el agente nos dio alcance.
-Van depositar su moneda? Nos cuestionó.
-A dónde? si acá no hay parquímetro.
-Claro que hay, señor.
-Es aquel. señaló a uno solitario, a varios metros de allí.
-Es un parquímetro múltiple! Nos vimos las caras con mi hermano. Buscamos una moneda pero lamentablemente nadie tenia sencillo; para eso, llego con nosotros la persona  con la que teníamos nuestra cita.
-Qué sucede?
-Hola! 
-Acá, buscando una moneda para el parquímetro. 
-Pero, no tenemos sencillo. 
-De casualidad usted no tiene, licda.
-Déjeme revisar...
-Van a poner una moneda o no? Dijo el uniformado ya con el tono elevado.
-Señor, no ve que estamos buscando; ademas solo es de firmar este documento y se van, no nos toma mas que, un par de segundos, 
-No sea pura lata.
-Y, no no tengo la moneda.
-Firmemos, dijo mi hermano, mientras el señor de Emetra, extrajo su cámara y empezó a tomar fotografías al carro.
-Que bárbaro! 
-No pudo tener un poco de consideración; son unos lagartos ustedes. Le replico la licda.
-Solo es una moneda, señora! Para cuando ellos discutían esto, nosotros tomamos nuestro camino de regreso a nuestra oficina; pero la licda. y el agente se quedaron discutiendo sus puntos de vista.
-Vea, señor agente, lo que usted hizo hoy aquí y me refiero, a no ser un poco flexible, si vio no fueron mas que un par de minutos. 
-Usted!, y óigame bien, usted lo va a pagar y de una manera que ni se imagina. 
-Usted, va necesitar que alguien sea un poquito condescendiente con usted y le va a pasar lo mismo que aquí...
- Y, se va recordar de mi, se lo garantizo. Se retiró, bastante enojada, la licda. a su oficina, haciendo ademanes indicándole que ya no quería escucharle mas.
-Solo era una simple moneda; tacaños! Grito el abnegado oficial quien, solo cumplía con su trabajo, a letra muerta. Se subió a su bicicleta y continuo con su trabajo, revisando parquímetros y colocando remisiones.
      No fue sino hasta un par de semanas mas tarde, cuando el oficial llego a su casa como era costumbre, y se encontró con la novedad de que a su niña de 7 años, le dolía el estómago, era tanto el dolor de la niña, que no dejaba de llorar.
-Que bueno que llegaste, llevemos a Karen al hospitalito de niños.
-Claro mi amor, llévala al carro yo dejo esto y nos vamos. Salieron lo mas rápido que le fue posible al señor agente, quien en esos momentos no era mas que otro ciudadano común y corriente. En pocos minutos, estaban en la emergencia del hospitalito para niños, de la zona 7.
-Enfermera, traigo a mi hija con un fuerte dolor de estómago, que no se le quita con nada. -Podrían evaluarla por favor! Pidió ayuda la angustiada madre; a lo que la enfermera le respondió.
-Trae su carné?
-Si, señorita, acá lo traigo. Buscaba entre sus cosas, la nerviosa madre, mientras que el ahora ciudadano normal, tomaba  a la niña, quien no dejaba de llorar por el inclemente dolor de estómago.
-Aquí esta! señorita.
-Bien, ahora pasen a la caja a cancelar la consulta.
-No hay problema -dijo el padre de la niña- pero atiéndanmela ya por favor.
-No podemos señor, solo hasta que cancele su consulta...
-Pero eso es rápido. Vaya por favor.
El señor agente, corrió desesperado a la caja, a que le cobraran la consulta, llevaba en la mano un billete de a 100 para ahorrar tiempo.
-Señorita! 
-Por favor, una consulta para la emergencia! Es urgente, por favor. El desespero, se veía en la cara del señor. Pero la cajera le responde, con tono pesado.
-Acaso, no sabe leer? Arriba de ella habia un letrero grande que indicaba: Favor traer sencillo.
-Cuanto es señorita? pregunto el afligido hombre, pues el llanto de la niña resonaba en todo el hospitalito.
-Son veinte, señor!  Por mas que el tipo se busco, solo encontró otro de a cien.
-Señorita; tome el billete y quédese con él, mientras encuentro el sencillo, para que atiendan a mi niña. 
-Acaso no la escucha, esta sufriendo de dolor.
-Eso, no es posible señor. Las normas son claras, usted debe traer sencillo.
-Lo se señorita, Pero no puede ser un poco flexible con esa norma, se trata de una emergencia! suplico el señor agente.
-Si las normas y las leyes, fueran flexibles, nuestra sociedad seria un caos. 
-No cree, señor? Y cerro su ventanilla. Un acompañante de otro paciente se levanto y le dijo.
-Amigo, mejor lleve a su niña al Roosevelt, pues aquí nadie se la atenderá, sin el pago de la consulta, y encontrar quien le haga sencillo  a esta hora, que hasta los chicleros se fueron ya. -Nadie le hará sencillo.
-Y le recomiendo que llame a los bomberos, pues con el trafico de esta hora y con los nervios que tiene usted, se tardará mucho en llegar, de acá al Roosevelt.
-Gracias, señor, llamare una ambulancia.
-Señor! le grito otro individuo, que también andaba con su hijo en la emergencia. 
-Aproveche, ahorita llego una ambulancia, hábleles.
-Gracias!
Al rato iban: él, su señora y la pequeña Karen, quien no paraba de llorar del dolor. La ambulancia llevaba las sirenas encendidas e iba a una  gran velocidad, hasta subiéndose en las banquetas, pues habia mucho transito y sí, era una emergencia. Los minutos se hacían eternos para la pareja de esposos, quienes se consolaban entre si. En ese momento, el agente de Emetra, recordó las palabras de la licda. Y pensó; aya una moneda y acá sencillo, ninguno de los dos fuimos transigentes, flexibles, a las normas de nuestros trabajos. Meditando eso iba, totalmente ausente del lugar en donde se encontraba cuando, un grito le hizo volver en si. 
-Nooo! karen..., hija! El bombero somató el vidrio al chófer, dándole indicaciones y el chófer, simplemente apago la sirena y bajo la velocidad para pasar a ser un simple vehículo mas. El agente de Emetra, simplemente coloco sus manos sobre su cabeza y en breves segundos después, grito.
-Licenciadaaaa..., nooooo!.....

Nada nos cuesta, tomar decisiones justas en nuestro trabajo, pues las reglas, normas y leyes las hacen burócratas, a los que solo les interesa el ingreso del dinero, no el servicio al publico, que es para lo que fueron nombrados. Si, nuestro agente de Emetra, hubiera sido un poco flexible al reglamento, quizá la señorita cajera, también lo hubiera sido. 
........HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA DE LA SERIE:     "UNA SUCESIÓN DE EVENTOS" 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Meu amor é mais jovem que eu... (el de la gorra roja)


Recuerdo que de niño, en mi barrio, una noche de enero, presente a mis amigos con un grupo de chicas, de las cuales la noche anterior, me había enamorado de una ellas, la de los guantes de boxeo. Y concertamos una cita, para que se conocieran entre ellas y ellos, y yo que era quien les había conectado, a mí nadie me hizo caso y todos se burlaban de aquel que solía andar con una gorrita roja.

_¡Jaja! fue el único que no consiguió chava.
_Ni siquiera la Ondina le puso coco, ¡jaja!

Pero ya entrado en los años, aquello cambió, la gorra roja desapareció y se perdió en el tiempo.

Otros se murieron, mientras que otros crecieron y se casaron, pero ahora están separados; yo ahora con mis veinte y tantos años, me encontré con una de las niñas feas de mi barrio, que poco tiempo después de eso se cambiaron de colonia. 

En aquel entonces de mi bochornoso suceso; ella era una peque como de 7 años, pero me llamaba tanto la atención, que siempre me acerqué a ella, y ella respondía a mis cariñitos de niño, imitando a ser un adulto. 

Ahora me he encontrado a chavos que yo había unido aquella noche y que estuvieron tan enamorados, pero me los he encontrado solos, a cada uno por su lado. Incluso me encontré con Ondina, la chica de la que me había enamorado al verla con los guantes de boxeo y que, esa noche me cambió por otro  mayor que yo de los que llevé esa noche. Ahora al saludarme, lo ha hecho tan efusivamente, me ha dicho que he cambiado, por supuesto que para bien y me ha preguntado que cuando le invito a salir. Pero le he contado que yo el que aquella noche me quedé sin amor de cachorro, ahora tengo quien me espera y que me ama y que en otra vez será. 

El único problema es que esta chica, Jessika, es mucho mas joven que yo, pero tengo a alguien que me ame como yo a ella.

_Hola vos infanticida. Me dijo una ves Jacobo, un amigo del colegio. 
_Hola, ¿Cómo estas?
_¿Y vos qué, seguís con es niña?
_Si, ¿por qué?
_Nada, no me hagas caso, en verdad que esta linda.
_Cuando se aburra de vos y te corte, me contás, para ver si la conquisto.

Pero, estamos tan enamorados que creo que nada nos podrá separar. Ese era mi pensar. 
Hasta que un día, ella me llamo toda angustiada para contarme que su papá se había enterado de lo nuestro y que le había prohibido seguir viéndome. Eso si que fue una gran desgracia, por suerte que la madre de Jessika sabe lo nuestro y nos apoya. Y así, a escondidas seguimos viéndonos por un par de meses más. Pero un día, me dijo.

_Mi amor, me tendré que ir por unos seis meses.
_¿Cómo?... ¿Adónde?
_Me mandan a los Estados Unidos a estudiar ingles.
_Pero, creo que mi papá  lo hace para separarme de ti. 
_Pues me sigue diciendo, que mi amor es muy joven para estar con alguien de tu edad.
_Solo son unos pocos meses y cuando regrese estaremos juntos, ¿qué dices?
_Pues, si no hay de otra.
_¿Cuándo te vas?
_Pues, a mí me dieron recién la noticia, pero creo que esto lo vienen planeando desde hace días pues me voy en 8 días. 

Como es bien sabido, esos 8 días pasaron velozmente. Y el día del adiós llegó. 
Quedé destrozado y algunos de mis amigos allegados me decían.

_Es que vos deberías de estar con alguien mas adoc a tu edad, esta Jessika es muy joven para vos. 

Eso me hizo recordar aquella noche en que todos se rieron de el de la gorrita roja, que me propuse no volver a estar más solo. Y de allí en adelante los amores que busqué ya nunca más fueron mas jóvenes que yo. Busqué parejas casi siempre de mi edad o de unos pocos años menos que yo, y si que me divertí con ellas. 

Cada vez que termino con una de ellas, vienen a mi mente todas aquellas amigas de Ondina, de aquella noche, que nadie me eligió, pero ahora yo me doy el lujo de elegir y dejar, estar con quien yo quiera.

Eso sí, nunca se ha podido borrar de mi mente aquella niña mucho más joven que yo, que me amó tanto y por miedo de sus padres nos separaron. 

Pasado el tiempo me la encontré, seguía hermosa, ahora con más edad, pero en sus ojos, se veía que no me había perdonado el que la hubiera cambiado por otras y no la hubiera esperado, pues efectivamente a los seis meses regresó, pero yo me encontraba ocupado, saliendo con otra chica, y eso le dolió tanto, que jamás me lo perdonó... Y eso porque: Meu amor é mais jovem que eu.

    Inspirado en la canción del mismo titulo de Julio Iglesias


  Tomado del libro: "Historias de un Adolescente Tímido" por SergioRaga.