martes, 17 de octubre de 2017

Solo otra vez, eso jamás


Fue duro el dolor que me causó ver en otros brazos sonriendo y feliz a la mujer que un día juré que amaría y respetaría, lo mismo ella me juró, qué fue lo que cambió; solo, una vez más me vi, abrazado por la distancia, en la oscuridad, por la ansiedad, mi corazón no soportó y casi murió. 

Pero después de días muriendo en soledad, me prometí y lo pienso cumplir; solo, otra vez, eso jamás, aún me duele y es en el corazón, ver a quien tanto amé, en brazos de otro, sonriendo y sigue feliz, mientras yo sigo pensando en ella. 

Hasta cuando seguiré con tanta soledad, sufriendo por recuerdos lindos que no logro desterrar de mi mente y corazón, ya dejé atrás distancia, oscuridad y ansiedad, mi corazón que casi colapsó está en plena recuperación, pero es duro y el dolor seguirá junto a su traición, aunque, solo, eso jamás. 

Solo otra vez, eso jamás, esto me prometí y lo espero cumplir, rodeado de mis amigos, quienes han estado a mi lado desde aquel día, y es que, siempre lo supe, me lo dijo mi padre, rodeado de amigos siempre intenta estar, recuerda esto; la familia se termina, los padres y abuelos se mueren, la mujer envejece, los hijos se marchan a hacer su vida propia y te encontrarás en soledad; pero un buen amigo, este junto a ti siempre estará, si está lejos una llamada bastará para saber que solo nunca más lo estarás y si se frecuentan, traten de establecer ese vinculo, bromas y convivencias son importantes, nunca olvides, que mientras envejeces, ellos también lo hacen, a tu lado envejecerán,  junto a ti lo harán.

El tiempo ya pasó, y de aquel duro dolor ya nada me quedó, más que un mal sabor de boca, me duele pero solo el ego, la volví a ver, ya no era feliz, ya no sonreía, la mujer que un día juré que amaría por siempre y que la respetaría, y ella, lo mismo dijo; hoy es la sombra, distinta, se le ve la ansiedad en sus ojos por acercarse a mí otra vez, me he preguntado qué querrá, seguro pedir perdón, ella no lo sabe, pero hace mucho que la perdoné, pues, como alguien dijo; sufre más quien odia que a quien se odia, no permitiré que me contamine otra vez con sus mentiras, que se quede en su lugar, yo ahora estoy tranquilo, estoy con mis amigos, nos la pasamos de maravillas y cuando sin querer ella llega a nuestra tertulia, cambiamos de tema, porque son mis amigos, no quieren buscar entre mis heridas cicatrizadas que queden otra vez expuestas y al rojo vivo, al descubierto, mi cuerpo ya no tiene la habilidad de sanar, si de joven fue difícil, hoy sería pero.

Ahora comprendo el consejo que me dio mi viejo, era sabio, o tal vez, a él le tocó también vivir en carne propia el concejo que me dio. Te lo agradezco mucho.

En aquel momento, cuando me juré no estar un momento solo otra vez, perderme en la distancia, oscuridad y ansiedad del duro dolor que me causó verla en brazos de otro, ser feliz y sonreír, cuando escapé de mi refugio ayudado por mis amigos, claro está, los que eran realmente amigos, los que sufrieron conmigo, a mi lado, los que me salvaron, los que sanaron mis heridas mortales; ellos me presentaron a quien hoy es mi refugio, a quien me dio la felicidad y las risas que en la otra vi; nunca juré serle fiel, pero sin ella saberlo, pero sí  presentirlo, siempre fiel le fui; en mente y corazón, porque, solo otra vez, eso jamás.
   
Por eso, cuando la volví a ver, pena por ella sentí, recuerdos de golpe me volvieron, pero no me afectaron, satisfacción, fue lo que sentí, pues, no era para mí, aunque yo eso quería, a eso me aferraba, la vida es sabia al igual que mi padre, en aquella instancia maldecía y siempre al cielo pregunté; ¿por qué, por qué? 

La respuesta no me llegó de inmediato, eso era desesperante, hacer preguntas, tener mil dudas y no tener las respuestas a ninguna, era decepcionante, era frustrante; pero con el tiempo las respuestas llegaron, fueron claras como mis lágrimas, pero sin su sabor salado, más bien, fueron dulces como su amor hacía mí.

Qué tal, si hubiera estado en soledad, con mi ansiedad, en aquella oscuridad, eso habría sido fatal, mi corazón habría muerto y de mí, ni un recuerdo, eso sería hoy, ni un recuerdo, pero me juré; solo otra vez, eso jamás. 

Vaya, y me alegra haberlo cumplirlo, benditos amigos y bendito mi padre quien me vio sufrir y conmigo en silencio él también seguro sufrió... ¡Solo otra vez, eso jamás!





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