No te escuché llegar, has de venir descalza,
sabes que me gusta ver tus pies desnudos.
Empezar de los dedos del pie
mi tour de amor y deseo,
lento para no perder detalle
asciendo por tus tobillos
y pantorrillas, que maravillas,
esas rodillas que las cubre delicada piel.
Sigo por tus muslos,
estoy llegando al lugar más ardiente de mujer,
la redondez de tus caderas
el marco perfecto de tu depilada vulva
que con deseo y pasión ya se asoma
deseosa de ser acariciada y besada.
Han pasado unos minutos
que parecieron segundos
y mis retinas siguen quemadas
con el calor que de ahí brota,
ahora ese lugar es más peligroso para mi vista
que ver al mismo eclipse sin protección.
Sigo observando,
pero me esperan otras bellezas femeninas,
la luz de luna se refleja en tu piel
formando los más bellos claroscuros,
y yo aún inseguro, pero seguro de seguir
con este maravilloso viaje.
Estoy en tu ombligo,
esos cuadritos trabajados
en el gimnasio pensando en mí,
en este preciso instante, para ser lucidos,
valió sin duda la pena tanta dieta y ejercicios.
A los costados de tu linda cintura
que se me figura un reloj de arena,
debo dar prisa pues ya estoy sintiendo comezón
y tú ya has tenido una delicia de sensación
en tu entrepierna al ver mi virilidad
apuntar al mismo cielo.
Lugar a donde llegaré
una vez termine de admirar
tu caminar descalzo.
Sigo con mis pupilas dilatadas, mi camino al cielo
y me encuentro con deliciosos manjares,
uno a la diestra otra a la izquierda,
están como yo, apuntando al cielo,
dos aureolas que resaltan de tu piel morena.
Se me hace agua la boca,
tanto tiempo solo imaginando
lo que me permitía ver tu blusa ajustada,
ahora lo tengo frente a mí
y son como las imaginé.
Las quiero acariciar y luego saborear,
han pasado otro par de minutos
que para mí han sido unos pocos segundos
no así para ti que vienes acercándote más a mí.
Esa delicia de cuello
que conoce de mis caricias y besos
y sostienen a tu linda cara,
acariciados por una cabellera color miel
que se mueven con cada paso que te trae a mí.
Veo tus labios mordidos por tus blancos dientes,
los mojas deseosos de tenerme en ti.
Estas ahora justo frente a mí, te puedo tocar,
me da miedo pero lo deseo,
acércate, quiero besar toda esta piel,
saciarme de tu miel.
Tú, mujer deseosa y encendida,
te ha excitado mi recorrido,
bendito recorrido; ha sido media faena sexual.
Ambos estamos que explotamos,
yo acaricio tus nalgas y beso tu vientre
y tú me aprietas contra tu cuerpo,
creo que lo esperado a empezado...
SergioRaga 28-01-19
Pies descalzos (poesía de erotismo ligth)
No te escuché llegar, has de venir descalza,
sabes que me gusta ver tus pies desnudos.
Empezar de los dedos del pie
mi tour de amor y deseo,
lento para no perder detalle
asciendo por tus tobillos
y pantorrillas, que maravillas,
esas rodillas que las cubre delicada piel.
Sigo por tus muslos,
estoy llegando al lugar más ardiente de mujer,
la redondez de tus caderas
el marco perfecto de tu depilada vulva
que con deseo y pasión ya se asoma
deseosa de ser acariciada y besada.
Han pasado unos minutos
que parecieron segundos
y mis retinas siguen quemadas
con el calor que de ahí brota,
ahora ese lugar es más peligroso para mi vista
que ver al mismo eclipse sin protección.
Sigo observando,
pero me esperan otras bellezas femeninas,
la luz de luna se refleja en tu piel
formando los más bellos claroscuros,
y yo aún inseguro, pero seguro de seguir
con este maravilloso viaje.
Estoy en tu ombligo,
esos cuadritos trabajados
en el gimnasio pensando en mí,
en este preciso instante, para ser lucidos,
valió sin duda la pena tanta dieta y ejercicios.
A los costados de tu linda cintura
que se me figura un reloj de arena,
debo dar prisa pues ya estoy sintiendo comezón
y tú ya has tenido una delicia de sensación
en tu entrepierna al ver mi virilidad
apuntar al mismo cielo.
Lugar a donde llegaré
una vez termine de admirar
tu caminar descalzo.
Sigo con mis pupilas dilatadas, mi camino al cielo
y me encuentro con deliciosos manjares,
uno a la diestra otra a la izquierda,
están como yo, apuntando al cielo,
dos aureolas que resaltan de tu piel morena.
Se me hace agua la boca,
tanto tiempo solo imaginando
lo que me permitía ver tu blusa ajustada,
ahora lo tengo frente a mí
y son como las imaginé.
Las quiero acariciar y luego saborear,
han pasado otro par de minutos
que para mí han sido unos pocos segundos
no así para ti que vienes acercándote más a mí.
Esa delicia de cuello
que conoce de mis caricias y besos
y sostienen a tu linda cara,
acariciados por una cabellera color miel
que se mueven con cada paso que te trae a mí.
Veo tus labios mordidos por tus blancos dientes,
los mojas deseosos de tenerme en ti.
Estas ahora justo frente a mí, te puedo tocar,
me da miedo pero lo deseo,
acércate, quiero besar toda esta piel,
saciarme de tu miel.
Tú, mujer deseosa y encendida,
te ha excitado mi recorrido,
bendito recorrido; ha sido media faena sexual.
Ambos estamos que explotamos,
yo acaricio tus nalgas y beso tu vientre
y tú me aprietas contra tu cuerpo,
creo que lo esperado a empezado...
SergioRaga 9 oct 21
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