martes, 20 de noviembre de 2018

La prima de mi ex


Para cuando dejé de ser el adolescente tímido y me convertí en quien deseé ser siempre me convertí en alguien que hoy día desearía borrar de mi pasado, pero sin duda, había dejado de ser tímido, pero no había madurado, y para ser honesto, creo que aún me falta madurar hoy día. Resulta que si la chica que salía conmigo hacía una bobera a la cual no compartía o simplemente no me gustaba, simplemente me desaparecía y jamás regresaba, es decir, esa chica no sabría nunca más de mí y lo peor, no sabría el por qué de mi olvido hacía ella, el por qué se había terminado nuestra relación, de una semana, un mes o de tres que era lo más que duraban. simplemente luego de ver, escuchar lo que no me gustó, seguía la tarde como si nada, luego me despedía y al irme todo había terminado, para mí, más no para ella, ella se iba a su casa ilusionada o enamorada deseando llegue el día siguiente para verme, pero eso no pasaría nunca más.

_Te veo mañana a la misma hora.
_Claro, aquí estaré.

Un beso, acompañarla hasta su lugar y desaparecer para siempre. 

Esto no era problema para mí, pues, ya había alguien que esperaba por mí, así era, ese siguiente día visitaba a quien me gustaba y yo sabía que le gustaba y a empezar una nueva aventura amorosa, la cual llegaría as u fin cuando esta hiciera algo que no me gustaría, o diría algo que me molestaría, o su comportamiento no era el que yo desearía, en fin, cualquier cosa era el detonante para no aparecer jamás.

En una tarde que estaba echando la hueva en mi habitación, sonó el teléfono (no era celular, no habían redes sociales, o sea, no había manera de encontrarme en el mapa) respondí y la voz que escuché no me era familiar, es más no era desagradable...

_¡Aló!
_¡Hola! ¿Sergio?
_¿Sí? ¿Quién habla?
_Una amiga.
_Y, ¿cómo se llama esa amiga?
_Eso lo tienes que adivinar, ¿no qué eres tan bueno pues?
_Pues, no doy, no te reconozco. ¿Me dices quién eres por favor?
_Que decepción, pensé eras más bueno, pero veo que no.

Y colgó, yo me quedé intrigado, quién sería esa chica, esa tarde me quedé pensando quién sería, pues mi orgullo había quedado maltrecho, pero por más que pensé y pensé, además hice algunas llamadas a posibles amigas que pudieran ser, pero no eran; no pude descifrar el enigma. Así llegó la noche, salí con mis amigos, les pregunté y es más les comenté y nadie me podía ayudar, yo, esa noche estuve ausente.
Al día siguiente y a la misma hora, el teléfono de nuevo timbró. 

_¡Aló!
_Hola, soy yo, ¿ya sabes quién soy?
_Pues no, no sé, y es más no me interesa en absoluto, así que adiós.

Y colgué. El teléfono de nuevo timbró y timbró y yo no respondí, ahora era yo quien tenía de nuevo el control de la situación, Sergio estaba de regreso. Ese día, estuvo normal, todo muy lindo, la confianza volvió a mí y mucho más cuando regresé a casa y mi hermanita me dijo que el teléfono no había dejado de timbrar y que cuando ella contestaba colgaban, me sacó la madre por las locas de mis amigas; yo sonreí sabía quien era y por ello salí de la casa para evitar la tentación de responder; pero, quién era esa chica loca.
Al siguiente día, timbró de nuevo el teléfono.

_Si no me dices quién eres, cuelgo. Dije muy serio.
_Esta bien, te lo diré, pero no cuelgues por favor.
_Ok, ¿quién eres? Dije con autoridad.
_Soy Elsa.

Yo, me quedé en las mismas, pensando; ¿Elsa,.. Elsa... Elsa?

_Hola sigues ahí. Dijo Elsa.
_Sí, aquí estoy, pero no conozco a nadie con ese nombre, debes de estar mintiendo, así que colgaré.
_No, espera, es cierto no me conoces, pero yo a ti sí, es por eso que te llamo, porque quiero ser tu amiga.
_Ah bueno, eso esta mejor. Y podrías describirte, para darme una idea y saber con quién hablo, lo digo pues, tú ya me conoces.

Elsa se describió como una mamacita, yo le creí, y a partir de esa tarde todas las tardes ella me llamaba y hablábamos por largo rato, pero había algo raro en nuestras charlas, lo digo pues, ella decía conocerme y cuando yo le preguntaba algo de mí, ella tapaba el micrófono del teléfono y a lo lejos se escuchaba que ella preguntaba sobre lo que yo quería saber y alguien le respondía, fue ahí que, yo me supuse que ella solo era un intermediario, pero me hice el loco y le seguí el juego, mi meta ahora era hacer que ella se acostumbrara a mí, enamorarla si era posible para tener todo el control de la situación, y el Sergio, seductor salió a escena, para esto ya tenía muchas tablas de experiencia, y así lo hice por varias semanas, a veces no le respondía y me iba a fregar con mis amigos y amigas, ella ya acostumbrada a nuestras tardes de tertulias se inquietaba, es más, me percaté que en muchas otras veces que me hablaba ya no había nadie con ella como en las primeras veces, ella le estaba jugando la vuelta a su prima.

Con el paso del tiempo fui conociendo más de ella, se convirtió en una de mis mejores amigas. Y una tarde la descubrí.

_Tú eres amiga, hermana o prima de mi ex, de...

Ella se puso nerviosa y empezó a reír, su risa la delataba, por fin lo aceptó y me contó todo, el por qué, cómo, y el objetivo de sus llamadas telefónicas, mi ex deseaba saber por qué la había dejado sin explicación alguna, algo que hasta el día de hoy ella ignora, la única que sabe de este secreto personal es mi esposa...


Continuará...


Tomado del libro: "Historias de un Adolescente Tímido 2"


SergioRaga 20.11.18



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