martes, 28 de agosto de 2018

Entre maestros te veas


Hacía un buen tiempo que me había alejado de la docencia, pero no la convencional, sino la técnica, ahora trabajaba para una empresa en telecomunicaciones y por un acuerdo que teníamos con la secretaria del departamento técnico el cual era, que ella me apartaba las empresas que se ubicaran por mi sector, esta vez me entregó una orden de trabajo la cual cambiaría mi vida.

_Sergito, te tengo una orden para el Instituto de Padres Somascos.
_Gracias, por eso no te cambio, la dejo al último en mi itinerario.

Cuando hice todas mis visitas me encontré con la orden de trabajo de los Somascos, arranque mi carro y me dirigí por las aún cuasi vacías calles de la ciudad, el mismo que me llevaría hasta mi casa a pesar de que aún faltaba una hora para cumplir mi horario, esta era la ventaja de ser amigo de la secretaria que repartía las ordenes de trabajo, ella sabía mi secreto, salir antes de mi horario sin ser descubierto.

Llegué al instituto, en este según sabía solo era primaria y básicos, en las instalaciones también había otro edificio en el cual enseñaban carreras técnicas, pero nada que ver con los Somascos, lo cierto era que estaban por cumplir 20 años de estar en ese terreno alquilado o prestado, eso no lo sé, el caso era de que si se cumplían los 20 años ya no podrían ser expulsados de estos terrenos por ley, pero esta es otra historia.

Entré en las oficinas, lugar donde tenían la planta telefónica y alguien me atendió por ser ya horas fuera de oficina en una institución educativa me atendió el que era la mano derecha del sacerdote manda más de esa institución.

_Buenas tardes vengo a revisar su planta telefónica, ¿puede decir que problema tiene, por favor? 
_La verdad no sabía que estuviera descompuesta, pero ahora le averiguo, siéntese por favor.
Dijo quien me atendió.

Mientras este investigaba cual era el problema de la planta telefónica yo curioseaba en los avisos de las paredes, ahí me percaté de que solicitaban un nuevo instructor para la carrera de electrónica, esto me interesó y mucho, pues en la otra empresa no había manera de superar, además ser maestro tienen ciertas ventajas, no se trabaja más que de lunes a viernes, medias jornadas en sus horarios, 
toda la semana santa era feriado, en fin, la nostalgia regresó a mí por la docencia.

_Al parecer una extensión tiene un problema.

Dijo quien me atendió, a lo que no le presté atención, más bien le lancé la pregunta que me interesaba.

_Oiga, estos anuncios son del Instituto que esta acá al lado. Lo digo porque soy instructor y me gustaría dejar mi hoja de vida.
_¿Usted es instructor y de electrónica?
_Pues claro.
_No, el instituto de al lado es otro y están por irse, ya se cumplirán 20 años de estar aquí y debemos insistir en que se vayan. La solicitud de trabajo es para acá.
_¿Cómo, hay carreras técnicas también acá?
_Sí, si gusta pase mañana y lo presento con la directora, traiga su hoja de vida, me ha caído bien lo voy a presentar yo.
_Ok, gracias.

Dije, pensando y este que onda, tendrá peso, me parece un conserje, pero bueno mañana pasaré y dejaré mi hoja de vida.
Arreglé el problema de la extensión, pedí una firma en mi hoja de trabajo a la cual le dejaba en blanco el tiempo de servicio, hora de llegada y hora de salida, pues estaba una hora antes de nuestro horario laboral y eso significaba que debería de regresar a las oficinas, pero mi casa estaba a diez minutos de ahí, así que en casa coloqué el tiempo y hasta me pasé de la hora, para hacerme de unas horas extras. Aproveché e hice mi hoja de vida. 

Al otro día, llamé temprano a Maya, la secretaria de mi departamento y le pregunté si había alguna orden por acá cerca para pasar de una, pero la verdad que lo que deseaba era tiempo para pasar a dejar mi hoja de vida, Maya me dice que sí, justo a unas tres cuadras del instituto solicitaban de lo del servicio técnico y yo que siempre voy un paso adelante, cargaba de contrabando unas hojas de trabajo en blanco para estos casos, le conté a Maya y ella tan querida me hizo el paro.

Llegué muy bien vestido al instituto y pregunté por quien me atendió la tarde anterior, la secretaria lo llamó por el altavoz y este en cosa de minutos estuvo conmigo.

_Hola que bueno que has venido, nos urge un instructor, los alumnos ya llevan una semana sin instructor, creo que te darán el trabajo.
_¿En serio? Te debo una mi hermano. Dije, mientras este me llevaba a la dirección.


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