lunes, 6 de agosto de 2018

La instalación eléctrica


Ya todo un graduado en el arte de la profesión de electrónica e inscrito en la universidad, y si ha esto le agregamos mi deseos de superación, me inscribí en un curso libre de instalaciones eléctricas domiciliares, no recuerdo haber hecho algo sin invitar a mis amigos de infancia, a los cuales les contaba de mi próxima aventura y de los beneficios de ellos, claro si se trataba de estudiar no veía mucho ánimo en ellos, para esta aventura logré convencer a mi siempre amigo y hermano de vecindario Fredy (+), una vez concluido el curso y con diploma en mano, nuestras madres fueron nuestras voceras y en cuestión de unos días fueron requeridos nuestros servicios como electricistas, claro no fue a mí a quien contrataron para el trabajo, fue a Fredy. Les comentaré el por qué a él y no a mí; resulta que para un estudiante de una carrera de servicios lo más difícil de aprender es, cómo y cuánto cobrar, algo que no lo enseñan en los colegios ni universidades, esto más bien requiere de autoestima, de saber valorar lo que te ha costado aprender, entre otros ejemplos más; algo que para mí no fue problema jamás, y ya por el vecindario tenía fama de bueno, bonito pero caro. Por supuesto que yo no cobraba caro, cobraba lo que para mí era lo justo como profesional, pues yo no era un chapucero, valga la expresión, no era un profesional estudiado por correspondencia o a ojo, no; yo estudie tres largos años y luego a la universidad, entre otros cursos libres como este. Bueno era por eso que eligieron a Fredy para el trabajo y no a mí, pero no contaban con una pequeña sorpresa, esta era que a Fredy le daba pena cobrar y peor aún, no sabía cuanto cobrar, mucho menos hacer un presupuesto, a pesar de que esto si lo habíamos aprendido, pero obvio yo le llevaba la delantera pues Fredy era un Bachiller y yo todo un Perito en Electrónica, y esa es una enorme diferencia.

_Hola, me contrataron para una instalación. dijo Fredy un poco desanimado.

Este fue uno de tantos trabajos que realizamos juntos, pero esas son otras historias.

_Que bueno. Pues habrá que hacerlo. ¿Cuál es el problema, por qué esa cara de ahuevado?
_Es que, me pidieron un presupuesto de materiales y mano de obra.
_¿Y, cuál sigue siendo el problema, por qué no la ha hecho?
_El presupuesto de materiales ya lo tengo, pero no sé cuanto cobrar por la mano de obra.
_Mmmmmm. Ya entiendo. Pero tocará mi amigo.
_¿No me ayuda?
_Hagamos esto mejor, ¿que tal si hacemos entre los dos el trabajo y vamos mita y mita?

Fredy vio la luz al final del túnel, pues luego me confeso que no se sentía confiado en hacer un buen trabajo y que además le daba miedo la electricidad, y que si de pronto dejaba algo malo y incendiaba la casa. 

_Y ¿a quien hay que hacerle la instalación?
_A doña Mirna.

Dijo Fredy muy entusiasmado. Yo por mi cuenta pensé; a vieja traicionera. Y me aparecen un par de cuernos satánicos sobre mí.

_Pues manos a la obra, vamos a la casas de doña Mirna para saber que quiere se le trabaje.

Dije a Fredy y salimos con metro en cincho a la casa de nuestra primera clienta en nuestra nueva actividad comercial; mientras avanzábamos yo reía en mis adentros, por su cuenta Fredy iba relajado.
Llamamos a la puerta y fue doña Mirna quien abrió, cuando lo hizo, creo que se le pararon los pelos al verme al lado de mi amigo; claro la muy, muy sabía que me había quemado la canilla.

_Hola Fredy... ¡Hola Sergio!
_Buenas doña Mirna, venimos a hacerle el presupuesto para su instalación. Yo sonreí.
_Ah, claro, pasen adelante.

Entramos y Fredy no dijo más nada, fui yo quien pasé al frente y pregunté.

_Muy bien doña Mirna ¿qué trabajo desea qué se le haga?
_Pues verá Sergio, me están haciendo un cuarto en el fondo del patio y deseo un par de focos y una toma ce corriente.
_Excelente, nos lleva al cuarto por favor y nos indica donde quiere los focos y la toma.

Ella nos condujo hasta el lugar y nos señaló los lugares, yo como todo un contratista experimentado le dije a Fredy tomara nota de los datos que le proporcionaría, Fredy apuntaba mientras yo con el metro tomaba la medida, una vez hecho esto Fredy me pregunta muy disimuladamente.

_¿Y de dónde sacamos la corriente para traerla hasta acá?
_Pues de algún lugar de la casa principal. Dije con autoridad.

Entonces le digo a doña Mirna.

_¿Podemos revisar la caja de flipones y el cuarto más cercano a este doña Mirna?
_¿Y eso como para qué Sergio?
_Pues es obvio doña Mirna, es para ver si el amperaje soportará un poco de carga adicional y también para ver de donde sacamos la corriente para alimentar a su nuevo cuarto, ¿usted me entiende, supongo?
_Ah, sí, claro. Fredy solo observaba.

Una vez realizado el trabajo, nos retiramos para hacerle el presupuesto, cotizar el material y lo que mi estimado amigo no se animaba a hacer, cuanto por la mano de obra.

Ya en mi casa con los datos de los precios de los materiales, le digo a Fredy, cobraremos por este trabajo 30 (dolares, nuestra moneda estaba al uno por uno). Al lado nuestro mi madre.

_¿No será muy caro hijo?
_Tranquila madre, yo sé lo que hago y te garantizo que estoy por debajo de los electricistas autorizados.
_Está seguro Sergio, me parece que es muy alto el precio. no podemos dejarlo a 10, cinco para cada uno.
_No señor, el precio está correcto, un electricista autorizado andará por los 45. Así que estamos super abajo. 

Yo pensé; claro que si me hubiera hablado a mí en lugar de a Fredy le habría cobrado 20, pero por traicionera, le tocará pagar 10 más, jejeje.

_Bueno Fredy como a usted lo contrataron no a mí, le tocará dar a usted el presupuesto.
_¿A mí? Dijo Fredy aterrado.
_Pues claro, ¿no fue a usted a quien le pidieron el servicio, o fue a mí?
_No, pues fue a mí.
_Entonces ¿cómo quiere qué llegue yo con la batuta en mano? Yo soy su ayudante, no lo olvide.
_Pues sí verdad, bueno vamos.

Llegamos a casa de doña Mirna y Fredy con los huevos en la garganta le dijo primero el precio de los materiales con proforma en mano y después, doña Mirna observó el documento y estuvo de acuerdo, pues no le quedaba de otra, entonces preguntó.

_¿Y ustedes cuanto me cobrarán de mano de obra Fredy?

Fredy tosió y luego aclaró la voz, yo, mientras disfrutaba del momento.

_Bueno de la mano de obra serían 30, ¿no sé si está bien?
_¿Qué si está bien?...

Fredy sufrió por unos segundos imaginando que nos sacaría la madre y nos echaría a la miércoles (iba a escribir a la mierda, pero por respeto no lo haré).

_Gracias muchachos, que me han ahorrado unos dolares. ¿Cuánto necesitan para empezar?  
_Solo nos da para comprar los materiales, por la mano de obra no se preocupe, hasta que no quede satisfecha con el trabajo no nos paga nada. ¿Le parece? Me adelante a opinar.

Doña Mirna extrajo el dinero de su delantal y fuimos con Fredy a comprar los materiales, Fredy iba que no se la creía, iba haciendo planes de lo que haría con sus 15 dolares; yo lo veía y sonreía.

El trabajo quedó tan bueno que a los pocos días, Fredy llegaba a mi casa con la novedad de que nos habían contratado para otra instalación, doña Mirna, al igual que nuestras madres nos estaba recomendando. 

Cómo y qué pasó mientras hicimos la instalación será otra historia. 


Tomado del libro "Historias de un Adolescente Tímido" de SergioRaga. 
A la memoria de mi amigo de infancia Fredy.   


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