Girando la cuchara en el café
formando un torbellino
me llega tu recuerdo con su aroma.
Afuera la oscura fría tarde
y su fuerte lluvia,
el olor a tierra mojada
me trae tu recuerdo también.
Mirada en la nada perdida
sintiendo en mi sangre ese frío,
un te quiero sin querer,
me trae tu recuerdo.
Sin poder evitar
nace una lagrima
que recorre su camino
al vacío.
Sobre los sombreros y paraguas
otras mil gotas
me recuerdan mi soledad
y el olvido
mientras se enfría mi café.
Sigo formando en la oscuridad
de mi café todo un torbellino
de recuerdos,
en él tu imagen me sonríe
y también yo contigo.
Y entre nostalgias y recuerdos
pregunto por qué,
por qué ya no estás aquí a mi lado
como en tanto atardecer.
Fue aquel día,
tarde maravillosa de una primavera,
tomando un café
cuando de mí te despides;
súplicas que espere, que volverás,
pero eso jamás y heme aquí.
Sigo moviendo mi café
uno que nunca tomaré
pretexto nada más,
sigo en este apartado lugar
preguntándome por qué.
Apartado y fuera de moda
ya está este café,
lugar que fue nuestro refugio,
lugar que sin querer
un día te encontré.
Vestida con aquel vestido rojo
y el logo del café,
sonriente me preguntas qué te sirvo.
Así empecé a beber café,
de su aroma y tu sonrisa
me enamoré,
tantas tardes fueron este mi lugar
hasta que te pregunté
y me respondes que sí.
Después, cada tarde
tomando mi café
esperé a que terminara tu turno
para salir a las calles tomados
de la mano.
Disfrutar de tu linda compañía,
sonrisas y largas caminatas en silencio
sintiendo el calor de tus manos,
debajo del farol,
se endulzaron mis labios
y sentí tomar un delicioso
y caliente azucarado café.
El tiempo pasó y el café se terminó
(se enfrió) y vacía la tasa quedó
así estoy hoy, moviendo la cuchara,
endulzando mi amargo café.
En torbellinos con imágenes
me invaden de recuerdos,
mientras afuera sigue lloviendo
y mis lágrimas siguen muriendo en el vacío,
pero tu recuerdo sigue tan vivo.
En uno de mil suspiros
vuelvo y pregunto por qué,
en dónde estás, me recordarás,
beberás tu café también.
Sigo aquí en solitario
moviendo la cuchara
para endulzar un amargo café,
amargo como es hoy mi vida.
Me dejaste en el olvido
sufriendo de este inclemente frío,
solamente moviendo la cuchara en mi café
y recordando aquel último café.
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