sábado, 8 de septiembre de 2018

Ella era como reina de belleza


Era linda 
como una reina de belleza.

Me dijo 
que yo era quien le robaba el sueño.

Yo no lo pude creer y la deje ir.

Ella insistió por tres meses
y yo repetí tres veces 
que eso no era verdad, 
que seguro era una apuesta 
que quería ganar 
y yo, no era trofeo para lucir. (competir).

Ella era linda 
como una reina de belleza.

Y tal vez lo que dijo era verdad,
pero cómo creer tal aseveración,
si yo físicamente era una aberración.

Y aunque no me arrepiento 
de haber soportado por tres meses 
el acecho de tan  linda mujer, 
me reprocho, 
no haber averiguado si era verdad,
algo lindo para  ahora contar. (presumir).

Ella era de ojos azules
como el cielo y el mar,
de cabellera rubia
como hilos de oro,
de piel blanca
como leche descremada,
de labios con hipnótica sonrisa
y de su cuerpo
por la censura no diré nada. (no puedo hablar).

Era hermosa 
como una miss universo.

Cómo imaginar 
que lo que decía era verdad y más, 
si cuando me invitaba a bailar, 
todas las miradas me intimidaban,
se burlaban o me envidiaban,
eso jamás lo sabré,
pues nunca acepté
nada de aquella bella mujer.

Una vez acepte a salir con ella
y nos la pasamos muy bien,
todo era verdad,
y yo preocupado de ser solo un juego 
que ella deseaba ganar,
todo iba muy bien,
me empecé a desvestir
y ella espera por mí desnuda en la cama, 
pero me despertó mi mamá
diciendo; por qué pujas tanto hijo,
tienes un mal sueño, 
ve y lava tu cara.

Lo hice, y mientras lo hago, 
pienso en ella, 
me decido a buscarla, y lo hago,
pero ya han pasado tres meses
y ahora, ella camina tomada de la mano 
de otro más aberrante que yo,
me doy de golpes, 
sospecho que todo era una cruel verdad.

Ella contonea sus caderas 
de la mano del que confío en su sex appeal
y mientras avanzan
ella me ve y me sonríe 
como diciendo, 
tuviste tu oportunidad y la despreciaste, 
ahora comete esta.

Entonces, aquella chica, 
que parecía una reina de belleza 
tenía una debilidad por los hombres feos 
pero con elevada autoestima, 
esto sí que me lastima.


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