sábado, 6 de octubre de 2018

La firma


Estaba por terminar el ciclo escolar y a uno de nuestros maestros de la secundaria se le perdió el libro de notas, así que o ganábamos todos o perdíamos todos, pero había otra manera de solucionar este problema y era que, todos lleváramos nuestros trabajos ya calificados para ser revisados y revaluados, así que nuestro flamante maestro sin que nosotros supiéramos su desesperada situación nos dijo.

_Jóvenes pongan atención. ¡Silencio!... ¡¡SILENCIO!!.. Gracias, escuchen bien, para el día de mañana me traen todos los trabajos que realizamos en el año, muchos van mal y es mi deseo ayudar a esos que van mal y dar otra oportunidad para revaluar sus notas.
_¡¡Ehhhhhhhh!! ¡¡Buena onda Teacher!!

Gritamos los incautos sin saber que le hacíamos un favor a él y no él a nosotros. Hubo quienes se ahuevaron pues, eran de aquellos alumnos que una vez calificados sus trabajos los tiraban a la basura, no era mi caso, yo guardaba todo para eventualidades como la presente, claro yo era otro que ignoraba lo que le sucedía al maestro. (Con el tiempo supe de esto porque mi hermano mayor era maestro en otro establecimiento y este maestro daba clases ahí también y en una cantina le comentó a mi hermano su suplicio y mi hermano me lo comentó a mí. Obvio el maestro ignoraba que éramos hermanos).

Entonces empezó el ahora problema para muchos de mis compañeros, los cuales desesperados buscaban entre las cosas viejas y hasta en la basura que ya no estaba en casa la mayoría de los trabajos posibles para no perder la clase. Entonces al ver su predicamento, les di mi punto de vista.

_Yo no pienso traer ni un solo trabajo pues, no necesito ayuda del profe, pues esa clase, técnicamente ya la aprobé. Así que si ustedes consideran llevar una buena nota no necesitan traer los trabajos, le diremos al profe que nos califiqué con lo que tiene. ¿No creen?
_Pues tiene razón el Raga. Chingue su madre el profe con esos trabajos que ya no tengo.

Dijo más de uno, sin embargo, el resto, la mayoría no pensaron así, entonces decidieron llevar sus trabajos para mejorar su nota final. Lastimosamente para Jorge Mario, mi gran amigo, era imperativo llevar sus trabajos, unos que nunca entregó, para que nos entendamos de cincuenta trabajos él solo entregó cinco. Aquel necesitaba llevar los trabajos para poder pasar el grado, pero el problema era que nunca tuvo los trabajos, pues jamás los hizo.

_Sergio, tengo este problema...

Y me comentó. Yo pensativo le dije.

_Y si los haces, él no se recordará que no los entregaste y además quiere ayudarnos.
_Pues, sí es una buena idea, pero el problema es que todos los trabajos entregados llevan su firma y si los hago de un día para otro, tendré los trabajos pero no valdrán nada sin su firma.
_Vamos a casa y vemos la firma, de pronto no es tan difícil de falsificar.

Nos fuimos para mi casa y vimos la firma impresa en mis trabajos, yo la observé detenidamente y luego tomé un bolígrafo y al quinto intento...

_¡¡Esa, jajaja, esa, te ha quedado idéntica!!

Dijo Jorge Mario besando mi frente, yo me sentí orgulloso y era verdad me había quedado igual.

_Bueno, ahora vamos a trabajar. Le dije.
_¿Me ayudarás?
_Pues claro, somos amigos ¿no?
_Te amo amigo. Y de nuevo beso mi frente.
_Si me volves a besar te mando a la mierda. Dije molesto.

Después de horas trabajando y con ayuda de su hermano menor, al que hubo que pagarle hicimos un 75%, bueno a nada era bastante.

_Gracias hermanito, me has salvado repetir un año.
_Ningún gracias, me pagas o le cuento a mi papá.
_Ah desgraciado ya sabía que me ibas a sangrar. Está bien, a fin de mes te pago.
_Oye Jorge, si le vas a pagar a tu belleza de hermanito, ¿no crees que deberías de pagarme a mí también?, al fin de cuentas, falsificar una firma es un delito y eso es grave, podría perder el año si nos descubren.
_Esta bien, a vos te pago con mucho gusto. ¿Cuanto por las firmas?
_Un dolar (moneda nacional, este es un ejemplo) por firma.
_¡Puta me saldrá caro!
_Más caro te saldrá repetir el año.
_Es cierto, cuenta con la plata mi hermano, pero te tienes que esmerar para que te quede muy bien esas firmas.
_Dalo por hecho.

Ese fue el trato y me senté y sobre la mesa los trabajos de Jorge Mario, yo muy critico decidiendo la nota y luego firmaba.

Para el día de la entrega de los trabajos, algunos como yo no llevamos nada pues, sabíamos que íbamos muy bien en su clase y creo que para él no fue sorpresa y nos colocó una nota en base a nuestros laureles conseguidos con antelación, él nos evaluó en base a nuestras notas en años anteriores o nuestro récord como estudiantes, nos conocía muy bien; sin embargo los que pasaban a entregar sus trabajos fueron los de siempre, aquellos que no eran muy buenos en todas las materias, aquellos que solo llegan a fregar y sacar canas verdes a los catedráticos. Entonces el tocó el turno a Jorge Mario y yo, como quien no quiere nada me acerqué lo más que pude para saber si nos cachaba, o mejor si cachaban al pobre de Jorge Mario quien era un manojo de nervios, por momentos nos veíamos a los ojos mientras el maestro revisaba los trabajos y escaneaba su firma.

_¡Un momento! Aquí hay una anomalía Jorge Mario, creyó que me podría engañar, estas firmas son falsas, usted las falsificó y pensó que no me daría cuenta.

Dijo el hombre endemoniado, el salón enmudeció y nuestras miradas con Jorge se cruzaron, tanto aquel como yo, sentimos que se nos vino la santa inquisición encima, el pobre de Jorge no decía nada mientras el maestro lo veía con una enorme V entre las cejas.

_Bueno profe, debo aceptar que sí, lo quise engañar y pido me perdone por favor, no me mande a la dirección, si mis padres se enteran me castigaran de por vida y es posible que me expulsen.

Dijo Jorge Mario y yo le veía como queriendo decir: -No me metas en tú problema. Y este como todo un hombre aceptó solo la culpa y las consecuencias y yo que ya me había gastado la mitad de lo que me había pagado, este era otro de mis problemas.

_Mire Mario, a pesar de que me molesta y mucho que me haya querido ver la cara de maje, lo voy a disculpar por esta vez, ya que, solo ha falsificado mi firma en cinco trabajos, la verdad que no era necesario pues con los que ya le había firmado eran suficientes para aprobar mi clase y recordando que el objetivo era para ayudarles, haré como si esto nunca pasó. Y que quede claro jóvenes que a mí nadie me engaña, este es un claro presidente de que descubrí a su compañero falsificando estos cinco trabajos. Y levantó los trabajos para enseñárselos a todos, cual fue nuestra sorpresa con Jorge que los trabajos descubiertos con la firma falsificada eran los únicos que él había firmado y los que yo firme según él eran sus firmas, Jorge Mario me vio asombrado y yo le sonreí satisfecho por mi trabajo y por que ya no tendría que devolverle nada del dinero pagado. Jorge Mario aprobó la clase gracias a mis firmas.


PD. Creo que la confusión y el descubrimiento del maestro de la falsificación de firmas fue que la mayoría de los trabajos tenía mi firma, así que cuando se topó con las suyas, las originales, les vio algo diferente y pensó que eran falsas. Después ya de vacaciones le conté a Jorge Mario el predicamento del profe y nos reímos mucho más del Abogado y Notario.

Hoy día Jorge Mario es un prestigioso Abogado y Notario, coincidencia o casualidad, eso no lo sé, solo espero que no necesite mis servicios de falsificador.



Tomado del libro: "Historias de un Adolescente Tímido" por SergioRaga.


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