jueves, 4 de octubre de 2018

Tattoo


Cuando por fin me decidí hacerme un tatuaje, luego de horas fuera del establecimiento entré.

_Hola, ahora te atiendo.

Dijo quien tatuaba la zona privada de una linda chica, ella no se inmutó ante mi presencia, la verdad que no estaba parado frente a ella, pero si tuve el tiempo necesario para ver su linda zona erógena, esto me dio ánimo de realizar mi tattoo, al cabo de un tiempo la chica salió del estudio feliz con su tatuaje, el cual no veía el momento de que un afortunado chico lo observara antes de la acción, luego de ello, salió un tipo gordo, alto, sin expresión en su rostro, era el artista, sin decir nada caminó hasta detrás de un mueble y extrajo una especie de catálogo y ya con él sobre el mueble me vio, seguía sin expresión alguna, yo como mula aún sentado.

_Mi chavo, ve con el artista y elige la obra de arte que se te inmortalizará sobre ese lienzo que es tu piel.

Dijo quien me invitó a entrar a su negocio.

_Ah, ok, gracias.

Dije ahora mucho más mula que antes, mientras el otro con rostro sin expresión esperaba por mi elección, mientras avanzaba con rumbo hacia el mostrador, lugar donde estaba esa bola de carne pintada de colores y con figuras de otro mundo. Este me golpea con un enorme dedo sobre el libro para que elija el diseño a tatuar.

_Ah, gracias pero no es necesario, yo traigo el mío.

Dije con mucho orgullo y extraje de mi billetera mi diseño, uno que me llevó varios días perfeccionarlo y con sonrisa de satisfacción en el rostro le extendí el papel y le mostré mi diseño, ahora si escuché la vos del extraño personaje, la cual parecía ser de ultratumba. 

_Una mariquita... Jajajajajajaja.
_¿Qué sucede, que es lo que te causa gracia?

Dijo el propietario y a mí me hace la observación.

_Desde que lo contraté jamás escuché que se riera y menos así. ¿De qué se ríe?

El tipo que parecía sacado de una película en blanco y negro de terror de los años cuarenta le muestra mi diseño al dueño y este por educación solo esbozó una sonrisa y agregó.

_Al cliente lo que diga, si él quiere este diseño, pues simple, se lo haces.

El animalón regresó a su estado natural y con una señal me dice que le siga, yo lo hice, ahora con temor, pues, quien me aseguraba que este monstruo no haría algo para vengarse de mí por mi atinada elección, la verdad que la mariquita no era fea, además el rojo sobre las líneas negras lo hacían resaltar y para mí no se veía tan mal. Con otra seña me pregunta en donde quería mi tattoo, yo le señalé que por el omóplato izquierdo, entonces me dijo, siempre con señales que me hiciera sobre la cama, una vez en ella sentí cuando me esterilizaba la espalda, lo hacía en toda, sentí después como se dormía mi espalda, para mí todo aquello era normal, no caía mal un poco de anestesia local para evitar el dolor de las agujas, pero era necesaria toda la espalda, bueno cada quien conoce su trabajo y me dejé llevar por la relajación que creo me quedé dormido. Al tiempo, el cual ignoro cuanto, con un golpe me despertó quien me tatuó, sobre toda mi espalda un lienzo, el cual se me indicó no me lo quitara en horas para que no se me infectara, yo estaba ansioso por ver a mi mariquita, pero debía esperar unas horas, cuando salí de la clínica hacia la sala de espera ya el dueño se había ido y el lugar ya estaba cerrado al público, cuando le pregunté al gorilón cuanto le debía este dijo con esa extraño tono de vos.

_Es cortesía de la casa.
_¿En serio? Dije anonado.
_Eso dijo el patrón. Respondió.
_Pues, muchas gracias, sin duda esta mariquita me trajo suerte. Ah, puedes agregarla a tu catalogo, ya verás que será una sensación.

Le dije muy emocionado mientras abandonaba el lugar, pero escuché como mi mariquita se estrujaba entre las manos del tipo y en su rostro el placer de hacerlo, yo sentí pánico y salí de prisa del lugar, me encaramé en mi moto y me dirigí hacia mi casa, sentía la espalda pesada, pensé que era normal, claro entraba y salía la aguja con la tinta en mi espalda era normal que esta se lastimara. Llegué a mi casa y entré sin que nadie se percatara, pues la mariquita y yo, seríamos un secreto por mucho tiempo, me recosté sobre la cama para después quitar el lienzo y al fin observar mi obra de arte sobre mi lienzo, mi piel. Pero me desperté hasta el día siguiente, y cuando me quise levantar para  ir al baño y ver a mi linda mariquita, entró mi hermanita, yo al sentir que alguien invadía mi privacidad me escondí bajo mis sábanas y al hacerlo sentí una cosa muy fría y mojada bajo mis sábanas.

_¿Qué será esto, será que me cagué, pero bajo las sábanas?

No podría saber que era hasta que no se fuera de mi cuarto mi hermanita de cinco años.

_¿No has visto a Kitty?

Kitty era su gatita, su adoración, la consentida de todos en la casa, menos mía, pues la odiaba, siempre me han caído mal los gatos y esta no era la excepción y mucho más por ser la consentida de la casa y ella lo sabía.

_No, no la he visto, es más no la quiero ver, así que sal de mi cuarto ahora mismo.
_Si la vez, dile que la estoy buscando hermanito.

Dijo mi linda e inocente hermanita mientras salia del cuarto. Cuando cerró la puerta me levanté como si fuera un superhéroe y llegué hasta la puerta y eché llave, me olvidé de la mierda abajo las sábanas y con ansiedad entré en el baño, cerré la puerta también con llave y me extraje de mi espalda con mucho cuidado el lienzo.

_¿Tanto lienzo para una diminuta mariquita? Vamos a ver...

Dije mientras buscaba otro espejo y así ver con los dos la obra de arte en mi espalda.

_Aquí está, veamos... ¡¡¡¡Noooooo!!! ¿Qué diablos es esto Dios mío?

Grité asombrado y muy asustado, ahí estaba mi mariquita, la cual lucía muy linda pero a su alrededor un enorme tatuaje que cubría toda mi espalda y eso no era lo peor, lo peor era que el diseño era muy parecido al del engendro que me hizo la broma, eran símbolos diabólicos, jeroglíficos o algo parecido.

_¡Maldito, deforme animal, hijo de puta, pero los demandaré!

Dije muy molesto, mi espalda era una especie de caverna o tumba egipcia recién descubierta por Indiana Jones. Cuando salí del baño como la gran puta, dispuesto a demandar a esos desgraciados me recordé de la mierda bajo las sábanas. 

Vaya sorpresa, no era mierda, era Kitty, descuartizada, pero por quién, quién hizo aquella maldad con la pobre de Kitty, Dios mío y ahora que hago, mi cama estaba llena de sangre y la Kitty en una posición que parecía un sacrificio satánico.



Continuará...



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