sábado, 27 de octubre de 2018

Navegante errante


Navegante, soy un navegante, 
quiero libertad y también quiero la verdad, 
erradicar la maldad, quiero humildad, 
quiero honestidad, quiero encontrar humanidad, 
una hermandad, pero que ya no la hay.

Navegante, soy una navegante, 
que navega errante 
en busca de lo que en el tiempo se perdió, 
es el mejor tesoro, 
no busco joyas, busco a personas honestas, 
libres, pensadoras, creadoras, 
que amen al prójimo, que amen a su mascota 
y que respeten a la naturaleza.

Navegante, soy un navegante, 
quizá solo quede yo, 
no he encontrado a otro igual a mí en los siete mares, 
solo encuentro amargura y basura, 
qué le hicimos a nuestro hogar, 
los cielos y océanos ya no son azules, son grises 
y el sol lentamente mata, 
no quedan lugares bellos para descansar y amar.

Navegante, soy un navegante, 
me siento un Quijote 
sin su Sancho y sin su Dulcinea, 
no hay molinos para pelear 
ni perros que me ladren al pasar; 
todo está desolado 
y los pocos que quedan están ocupados, 
sumergidos en el nuevo océano, el internet, 
se perdió el interés 
por el prójimo y la confianza por el vecino, 
ahora se enamoran personas del mismo sexo, 
qué es eso, 
será por la violencia entre los sexos, 
el machismo y el feminismo.

Navegante, soy un navegante, 
navegaré hasta encontrar el final del mundo 
y al llegar por el vacío caeré, 
no hay nada que me detenga, sigo navegando 
y a mi paso veo a las ballenas muriendo, 
ya no quedan delfines me me acompañen, 
ya no hay nada por lo que deba luchar, 
dónde quedó la fe y la esperanza, 
tal vez en algunas bolsas plásticas.

Navegante, soy un navegante, 
soy errante 
y visité los cinco continentes, 
la Antártida y el polo norte, 
ya no queda nada de lo que fue un manto blanco 
ahora gris y pronto marrón, sin esperanza de vida, 
sin agua, solo petróleo y más plástico. 

Quiero llorar pero estoy deshidratado y desmoralizado, 
sigo mi viaje hacia el fin del mundo, 
puede alguien oírme en este eterno silencio, 
sé que estoy cerca, 
se escucha una enorme cascada caer a la nada 
y en ella, un navegante errante quizá encuentre 
lo que busca y ya no encontró.



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