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martes, 2 de octubre de 2018
La Medium 2
_¿Qué lugar es este señora?...
La vieja no respondió, siguió hablando en su dialecto, uno desconocido para quien sufría con la cosa que llevaba de residente, la vieja encendió un puro de ciertas hiervas y aspiro largo, muy largo, hasta que sintió que sus pulmones estuvieron llenos de aquel humo, allí lo sostuvo y se dio la vuelta, luego avanzó hacia donde estaba sentado el hombre con un nerviosismo a flor de piel, su hablar ya no era tan simple y normal, ahora se le dificultaba hasta hablar y sentía que le faltaba el aire, la vieja observó mientras avanzaba que la cosa le presionaba justo en el pecho y espalda dificultando con esto los movimientos del diafragma y el tipo estaba hiperventilando.
_No te acerques vieja porque lo mataréeeee!!!
Dijo la cosa presionando más en el tipo, la vieja siguió avanzando sin claudicar, segura de ella, y una vez frente al tipo, quien no podía más respirar y se empezaba a desesperar la vieja se inclinó al nivel del rostro del tipo y dejó salir el humo que llevaba en sus pulmones, lo hizo de manera que sopló por el aura del tipo, como si con el humo dibujara una silueta en su cabeza hasta los hombros; el hombre sintió un alivio, pudo respirar por un momento mejor a pesar de que el humo le hizo toser, no así para la cosa que se apartó del pestilente olor del humo blanquecino.
_¿Qué asco de mierda es ese humooooo?
La vieja seguía soplando hasta que no salió más nada de sus pulmones, luego la vieja retornó al lugar de donde tenía todos sus menjurjes con los que más de una vez engañó a muchas personas con su supuesta brujería sanatoria. Por entre unas rendijas la nieta observaba lo que adentro sucedía.
Y es que hubo un tiempo en que la vieja tuvo una especie de sanatorio espiritual, ella era conocida como la Medium, mujer de fama en curaciones y en hechizos, los cuales nunca fueron verdad, ella jugaba con la imaginación y sugestión de sus clientes, además el cuarto estaba lleno de trucos que un día le enseñó su madre, la hija de un brujo real, su abuelo, quien le enseñó cosas realmente interesantes y reales que con el tiempo olvidó, pues la necesidad le había hecho aprender las marufias de la madre quien no heredó el don del viejo, este que sí sanaba y que jamás cobró un solo céntimo, porque lo que es un don no se cobra no se hace negocio cuando se hereda un don, este se comparte y se usa para ayudar o mejor no se usa, mejor se ignora.
_Qué era ese humo me tranquilizó por un rato, pero ahora me siento peor.
Dijo el hombre que ahora caminaba desesperado por el rededor de la pequeña mesa, se le notaba el nerviosismo aumentado a flor de piel de nuevo; la vieja que sentía y escuchaba la desesperación del hombre ahora sin voltear preparaba un menjurge bebible, en una vasija de barro viejo, muy viejo, en él metía hojas y flores, luego las aplastaba con otro instrumento, hasta extraer de ellos su líquido vital, por otro lado calentaba agua bendita, la cual llevaba mucho tiempo envasada, a ciencia cierta no sabía si el agua aún era potable o no, pero eso no le importó.
_¡¡Señora siento que muero, ya las piernas no me sostienen!!
Dijo el hombre desesperado, mientras que la vieja lo ve de reojo y observa a la cosa que le retorcía su cuerpo, este estaba envuelto sobre el hombre como aquella serpiente que aprieta el cuerpo de su victima y en su rostro maldito la satisfacción de sentirse invencible.
_¿Crees vieja puta que con esas hojas y esas florecitas me vas a ganar esta batalla?, estás locaaaaa. ¿Por qué no miras como acabo con él, con tu protegidooooo?
La vieja lo ignoró y luego dijo.
_Aguanta hijo, ya pronto te vas a sentir bien.
Dijo con el brebaje humeante en mano, mientras avanza hacia el tipo, quien seguía moviéndose nerviosos y desesperado por la pieza.
_Aléjate vieja maldita, no te acerques o atentas con su vida, será tu culpa la muerte de este desgraciado.
_Calla la boca engendro del demonio quien pronto morirá serás tú.
_Jajajaja, eres estúpida, yo no puedo morir, porque soy de la muerte, soy eterno, ustedes criaturas tienen corto tiempo en este mundo que me pertenece a mí y los míos, jajajaja.
_Venga amigo y beba esto.
Dijo la vieja al hombre y cuando le entregó el brebaje, le extendió el brazo pues el tipo no podía ya alargar sus extremidades porque los sentía entumidos, la cosa le tomó el brazo a la vieja, ella sintió cuando este le tomó por el brazo, este le quemaba y le temblaba debido a la fuerza que la cosa ejercía para evitar que el brebaje llegara a la boca del hombre, la vieja empezó a sudar y en su rostro se notó el horror, cómo era posible esto, que la cosa hiciera contacto con otro que no fuera su victima, este ejercía su fuerza para evitar llegara la bebida al hombre y mientras lo hacía observó que a la vieja le afectaba, la cosas se estaba dando cuenta de cierto poder sobre la vieja, algo que la cosa también ignoraba y lo disfrutaba...
Continuará...
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